Nuevas Tradiciones - Feliz Año Nuevo

Magnus Bane odiaba las llamadas a su ocupada persona cuando eran, a lo que podía ser cuestionable, de vital importancia y urgencia. Las odiaba aún más cuando de forma oculta sabía que no obtendría una paga como a las que estaba acostumbrado.

En esta ocasión la inesperada llamada vino de Leila, una loba de un clan diferente al de Maia, Magnus pensó que quizás esta era la razón de que le llamaran a él y no a Alec. En el último año, Alec había reforzado las alianzas entre Cazadores y subterráneos, eran ahora un frente unido en contra de problemáticos subterráneos o demonios que aparecían en Nueva York, pero ahora estaba al otro lado de la isla, se podría decir que fuera de los alcances de la amabilidad y encanto de su amado Alec Lightwood, Magnus sonrió ante este último pensamiento.

El chico que le estaba guiando le miro con extrañez. Y Magnus le quito importancia.

Solo un viejo chiste que recordé.

El chico no sonrió en lo absoluto, Magnus pensó en solo irse de ahí y ya.

Leila dice que eres poderoso, el mejor de Nueva York.

Leila es sabia ―dijo Magnus mirando las paredes oscuras, oscuras y sucias del edifico al que había sido convocado―. ¿Leila esta por aquí o pretendes hacerme caminar aún más?

El chico suspiro, se miraba quizás un poco más joven que Alec, tenía un aspecto rudo, como casi todos los lobos que conocía, chaqueta negra, jeans desgastados y perforaciones en su nariz.

Esta escondida, ella debe esconderse, un vampiro la amenazo con asesinarla si la miraba de nuevo por aquí.

Cuanta falta de cortesía.

El chico lo confronto.

¿Te estas burlando?

Magnus rio un poco.

¿En verdad quieres tomar ese camino? Tu líder estará decepcionada si dejas que su potencial salvador se vaya, y deja decirte, estoy seriamente considerándolo.

Tranquilo, Jonas ―dijo una voz desde la oscuridad de la habitación―. Es de fiar, te lo dije.

Los ojos de Magnus brillaron con mayor intensidad para lograr ver a la chica que se acercaba.

Le agradezco, señor Bane, que haya venido, sé que es un hombre ocupado.

Es considerado de tu parte mencionarlo. ¿Qué necesitas de mí, Leila?

La chica agacho la cabeza y Magnus entendió que la respuesta le era muy difícil de pronunciar. Jonas no tuvo ese problema.

Que asesines al vampiro que la amenazo ―respondió el chico con alarmante seguridad.

Creo ―dijo Magnus sin perder su perfecta postura―. Que ambos están muy mal informados respecto a mí.

¡Te pagaremos!

No hay un precio para tal cosa, no asesinare a nadie, sin importar nada.

Ambos lobos se miraron muy consternados.

Magnus suspiro con cansancio.

¿Han intentado, no lo sé, dialogar?

Miles no dialoga.

¿Miles? ―pregunto Magnus―. ¿Miles Reed? ¿El más antiguo de los vampiros de Nueva York? ¿Por qué quisieran asesinar al buen Miles? ―lo pensó un poco más y corrigió―. De acuerdo, quizás no sea tan bueno, pero hasta donde sé, no anda por ahí asesinando personas.

Las razones no deberían de importarte, brujo, te pagaremos, te lo hemos dicho.

Magnus había alcanzado su límite.

No, no pasara, hasta nunca cachorros, en verdad espero no volver a verlos.

¡No puedes hacer eso! ―Jonas le grito y se movió en su dirección, Magnus lo detuvo con un simple movimiento de su dedo.

Tu no vas a decirme que puedo hacer, niño. Son ustedes los que no tienen una idea de lo que piden o lo que intentan. Abandonen esa estúpida idea, es el consejo que les doy ―Magnus movió su dedo y el chico salió volando hacia atrás, su habilidad de lobo le ayudo a caer ágilmente sobre una de sus rodillas. Magnus sonrió un poco―. Y ese consejo se los doy gratis.

El brujo se alejó caminando por el mismo lugar por donde Jonas le había guiado, no podía dejar de pensar en la ridícula petición, un desperdicio por completo de tiempo, aun así, sabía que esto difícilmente podría ser el final del asunto, una visita casual a su viejo conocido Miles Reed, quizás le ayudaría a comprender el porqué de la petición.

Salió a la calle, no se sentía listo para volver a casa con la mala experiencia tan próxima. Cerro su pesado abrigo para cubrirse del frio, pronto salió de los pequeños callejones para llegar a la calle principal, en donde se podía oler las mezclas de olores de los diferentes restaurantes, había gente con prisa de arriba abajo, eran los últimos días del año y se preparaban para una tradicional celebración. Su mal humor fue desplazado al ver en un aparador un horrible sweater navideño de lana y estorboso, pensó en los hermosos ojos azules que combinarían con ese rojo intenso y el Santa deforme estampado en él. Sonrió abiertamente al imaginarlo.

Estaba por entrar a la tienda cuando observo a Jonas cruzando la calle para acercarse.

Era verdad ―dijo Magnus antes de que el chico dijera cualquier cosa―. No estoy interesado en lo absoluto.

Jonas tenía el rostro enrojecido por el frio, solamente llevaba lo que para Magnus era una ligera chaqueta de mezclilla.

Lo sé, pero quizás si escuchas un poco más de la historia, tu…

Magnus miro al aparador con tristeza.

Está bien, cachorro ―le dijo mientras señalaba al café de enfrente―. Veamos que tienes para decir.


* * *


No Lily ―dijo Alec hablando por teléfono con la líder del Clan de vampiros―. No voy a dejar a mis hijos por una fiesta, ya te lo dije. No puedo creer que si quiera me lo pidas.

Las protestas de Lily se escuchaban a través de la bocina, al parecer tenia bastantes razones para seguir insistiendo. Alec paso por la sala de estar, se inclinó para tomar un plato vacío con restos de galletas y camino con cuidado para no perturbar a sus dos pequeños que estaban seriamente concentrados al dibujar.

Alec se rindió con Lily.

Voy a colgar ―anuncio―. Por el ángel ―dijo después de haberlo hecho.

Se quedó recargado en la encimera de la cocina mirando a los dos niños, Max tenía tres años y estaba usando sus manitas regordetas para formar manchas en el papel, Rafael ya con cinco usaba métodos más sofisticados, estaba recostado sobre su estómago, con una expresión de total concentración usando lápices de colores. Le observo con más tiempo y un dolor le inundo el pecho, aun le era difícil ver el rostro de su hijo y no recordar aquella vez en la que le encontró en la calle, temblando y llorando por el miedo, el hambre y el frio. Un niño nunca debería de pasar por eso, pero había niños allá afuera, como su Rafe que seguían pasando por incluso cosas peores, entonces Rafe levanto su cabeza, le miro, le sonrió y fue como si todo aquel dolor se hubiera desvanecido.

El niño levanto su dibujo con emoción.

Papi ―dijo con entusiasmo.

Pero Alec se sintió confundido.

Am, no, Rafe. Papi esta fuera, salió a atender un clien… ¿Por qué te digo esto si no me entiendes? ―el joven se sentó en el suelo cerca de ambos niños.

Papi fue, no fue ¿Eso tiene sentido, hijo? Dime que me entendiste.

El rostro de Rafe decía exactamente lo contrario, el de Max también.

Supongo que no ―se dijo a sí mismo―. Pero Papi volverá pronto y nos ayudará a entendernos.

Tomo los dibujos de ambos niños y los hizo a un lado.

¿hambre? ―pregunto en un mal español―. Am… ¿Tiene hambre? ―Pregunto en uno peor, suspiro y decidió preguntar en un idioma en el que no se equivocaría.

Hizo un gesto con su mano, como hablándole a un bebe y ambos niños entendieron.

Estaban los tres sentados en la mesa comiendo y jugando, aun así, Alec noto que Rafe se miraba diferente, con una angustia lejana que no le dejaba estar tranquilo, le miraba sin hablar, Alec le sonreía, pero Rafe no decía nada, poco tiempo después pasaba lo mismo. A la quinta ocasión Alec estiro su mano para tocar tiernamente el pequeño brazo del niño.

¿Qué pasa, Rafe? ¿No te gusta la cena?

Pero Rafe no le respondió, le miro y miro a Max que estaba sin mucha elegancia devorando un brócoli. El gesto amable de Alec pareció haberle dado valor.

Papi ―dijo de nuevo.

Alec se sintió de nuevo confundido.

No, Papi no está, pero vendrá pronto, ¿quieres que le llamemos?

La mirada inquietante de Rafe volvió, el niño termino de comer en silencio y de la misma manera se retiró.

Les observo de nuevo ahora con sus pijamas puestas jugando con unas cucharas de madera, saltando de sillón a sillón gritando como piratas. Aun así, Alec no podio dejar de sentir que algo había hecho mal.

La energía de Max fue poco a poco apagándose, el bebé bostezo y tallo sus ojitos, una clara señal para que Alec lo llevara a la cama, lo levanto en brazos y este se acostó sobre su hombro, miro a Rafe y extendió su mano hacia su pequeño.

Ven con nosotros ―le pidió y caminaron hacia la habitación al llegar a ella el bebé ya estaba dormido.

Lo coloco sobre su cuna y Rafe se quedó sentado a la horilla de su cama mirando a Alec y como acariciaba el cabello azul del niño.

El joven giro y noto como su hijo apartaba la mirada, como si lo hubieran descubierto haciendo algo malo. Alec se arrodillo frente a él.

Dulce ―le dijo y Rafe movió la cabeza, ya que no quería un dulce.

Entonces Alec supo que de nuevo se había equivocado.

Perdóname ―le murmuro aun sin estar seguro de que le entendería―. Quiero decirte que te quiero, pero no sé cómo.

Rafe agacho la cabeza y jugo con sus manitas nerviosamente. Alec se resignó por esa noche, levanto las mantas de la cama y metió al niño en medio, le acerco uno de los muchos conejos de peluche, le beso la frente y toco su nariz.

Tranquilo, hijo ―le dijo formando una promesa―. Daddy lo va arreglar.

Lo arropo y se quedó a su lado hasta que el niño se quedó dormido.


* * *


Bien ―dijo Magnus tomando un trago a su bebida―. Te escucho.

El chico se miraba algo incómodo, Magnus pensó que quizás su elección de restaurante había sido demasiado elegante para el chico, o que quizás estuviera intranquilo porque lo vieran en compañía de un hombre tan apuesto como él, en todo caso, el que debía estar intranquilo por esto último era él, pensó el brujo.

Después de un momento Jonas decidió romper el silencio.

Mi hermana cometió un error ―dijo mirando la mesa―. Ella, ella se enamoró de alguien que no debía.

Magnus se movió galante en su asiento.

El amor es imprudente, inapropiado en ocasiones, pero pocas veces erróneo. ¿Qué te hace decir eso?

Se enamoró de Brandon Reed.

Magnus estuvo a punto de echar afuera de su boca su bebida.

¿Brandon Reed? ¿El hijo de Miles Reed? ¿Un vampiro? ―Magnus se sintió maravillado por la simple idea―. ¿Cómo paso ese milagro?

No te burles, brujo. Es una abominación, un vampiro y un lobo, es, es…

Señal de que no somos dueños ni de nosotros mismos.

Jonas estaba peculiarmente rojo, quizás no sea solo la compañía, el en verdad estaba avergonzado y enojado por lo que acababa de decir.

Magnus se compadeció.

Escucha. Quizás no sea lo más ortodoxo del mundo, pero son otros tiempos, conozco a dos chicas; una loba y otra vampira, te lo juro, se podrían frente a la otra para recibir cualquier daño en su lugar, y a su vez, ambas lo harían por un Cazador de Sombras. Y como ese, hay otros casos, ¿Haz escuchado sobre un Cazador de Sombras y una bruja? ¡Y! que además antes él fue un hermano silencioso. Son unos locos esos dos.

El chico parecía confundido.

¿Estás diciendo que está bien?

Estoy diciendo que no hay nada de malo en ello, deberías dejar que tu hermana tome sus propias decisiones, dime algo ¿Él la ama?

Si ―respondió con una gran furia en su voz.

Magnus dejo salir el aire con fuerza.

Si incluso tú lo sabes, ese amor debe ser fuerte, así que intentar separarlos podría ser peor que cualquier cosa, créeme, lo he visto de cerca.

Tomo de un trago lo último de su bebida de la copa y continuo.

Creo que puedo ver cuál es el problema aquí. Así como tú, Miles está indignado con la simple idea, ¿No te estremece la idea de que ambos son muy parecidos? ―Magnus rio a la reacción de Jonas y de nuevo suspiro―. Creo poder ayudarte, déjame ir a ver a Miles Reed, hablare con él, podría persuadirlo de declinar su idea de asesinar a tu hermana y dar un poco de aire fresco a esta situación. Pero, con respecto a los sentimientos de Leila; solo ella puede elegir que hacer.

Jonas no estaba en condiciones de rechazar una oferta tan buena como esa, movio su cabeza aceptando con pesadez.

Hay cosas peores que el amor, chico. Siéntete con fortuna.

Al salir del restaurante y ver como Jonas se alejaba con sus manos en los bolsillos, Magnus se puso a trabajar, una audiencia con el antiguo de Nueva York no era simple, estaba incluso por encima de los clanes. Mientras que los líderes de clanes actuaban como presidentes, haciendo y deshaciendo cualquier problema para que los vampiros siguieran las reglas de La Clave, Miles y su clan, compuesto simplemente por familia y allegados eran más como la realeza, mantenida por apariencia y honor a viejas costumbres.

El primer paso fue armar la cadena que le llevaría a una audiencia con el antiguo Miles, hizo las llamadas precisas y ahora solo necesitaba esperara a ser convocado.

Magnus se lamentó al ver hacia el aparador que antes había mirado con el sweater en él ya que al parecer alguien lo había comprado ya y había sido reemplazado por uno nuevo. Seria para la próxima vez.


* * *


Alec regreso a la sala de estar cuando Rafe finalmente se durmió, recogió los crayones, los lápices de colores y las acuarelas que ambos niños habían estado usando, las guardo y volvió por los dibujos en el suelo, las manchas de Max eran como las de siempre, pero debía estar al pendiente de los dibujos de Rafe, eso a consecuencia del consejo de Catarina Loss, la cual ayudo a tratar a Rafe cuando lo habían traído con ellos a Nueva York, había aliviado los maltratos de su cuerpo por haber vivido en la calle y les dijo que quizás el daño en su mente tardaría más en sanar.

Es pequeño para decir lo que siente, pero puede expresarlo de otras maneras. Había dicho la bruja y así ocurrió, Rafe había comenzado a dibujar criaturas extrañas que había mirado, los, vampiros y demonios que miraba pero que no podía mas que comprender como monstruos.

Al estar revisando los dibujos se topó con una increíble novedad.


* * *


Magnus entro al apartamento, se quitó el pesado saco y dejo que el calor le inundara por un segundo más.

Nada como el calor de hogar ―se dijo a sí mismo y camino hacia la cocina en donde encontró a un pensativo Alec tomando café, miraba hacia la mesa, hacia unos dibujos ahí colocados.

Magnus se acercó y beso su frente.

¿Qué pasa, Ángel?

Mira estos dibujos ―respondió el chico―. Los hizo Rafe hoy.

Magnus lo hizo con atención, en ellos había motivos navideños, un árbol de navidad, Un Santa Claus cruzando el cielo de una catedral.

¿El instituto de Argentina? ―pregunto Magnus.

Eso parece ―respondió Alec―. Seguramente es ahí en donde vivía. Pero, es extraño, los Cazadores de Sombras no festejamos Navidad. ¿Crees que su familia lo hacía?

Quizás, con un niño tan pequeño quizás intentaban darle algo de diversión, los países de habla hispana son mucho más culturales, no te ofendas, pero son más habituados a tradiciones familiares, incluso siendo Cazadores de Sombras… no dejan de ser humanos.

Y no tiene nada de malo, siempre he creído que no aceptamos costumbres mundanas por creernos superiores, pero no le digas a nadie.

Magnus le sonrió.

Tu secreto está a salvo conmigo.

Alec se levantó, preparo una taza de café para Magnus y al entregársela le beso en los labios tiernamente. Se recargo después en la encimera.

Noche buena fue hace unos días y no fue que digamos una digna celebración.

Tuvieron ambos obsequios, cena familiar y una montaña de caramelos, creo que fue más que una celebración digna.

La voz de Alec fue plana.

¿Crees que espere algo para el fin de año?

Podemos preguntarle.

Alec miro hacia otro lado.

¿Podemos?

Magnus se levantó, tomo su barbilla con dos de sus largos dedos.

¿Qué ocurre? ―pregunto alarmado.

Creo que hice algo muy malo hoy, creo que lo herí de algún modo.

Eso es imposible.

No logro entenderlo, no logra entenderme y…

Y eso cambiara, dale tiempo, date tiempo. Te estas esforzando, te he visto, lo intentas tan duro cada día.

Es solo que… Con Max fue de lo más sencillo ―dijo Alec.

¿Sencillo? ―se sorprendió Magnus―. Aún tengo camisas manchadas que demuestran lo contrario.

Alec sonrió un poco en agradecimiento por intentar animarlo.

Max es un bebé, quizás por eso no puedo acercarme a Rafe, no sirvo realmente para ser su padre.

Wow, wow, wow. ¿Qué tontería dices, Alec? ―lo que más perturbo a Magnus fue conocer a Alec y saber que lo que decía lo decía porque realmente lo creía, no porque quisiera alivio de nadie ni frases alentadoras, el único que podía hacerle sentir lo contrario era su testaruda propia convicción―. Es tu hijo, eso no lo va a cambiar nadie, lo único que importa es lo mucho que te estas esforzando, cuando eso cambie, entonces tendremos un problema.

Solo quiero lo mejor para él, quiero que sea feliz con nosotros.

Lo es, claro que lo es, ama a su hermano, y nos ama a nosotros, aun cuando no se acostumbre a nosotros, aún.

¿Cuánto crees que tenemos que esperar para eso?

Magnus le sonrió, tomo su rostro entre sus manos y le beso.

No importa, porque tenemos todo el tiempo del mundo, ya lo veras.

Alec metió sus manos dentro del saco purpura que llevaba. Se sentía mejor mucho mejor, busco sus labios una y otra vez.

Pregunto por ti ―dijo dándole a su amado una encantadora noticia.

¿Lo hizo?

Dos veces.

Magnus lo beso, ahora con más intensidad.

Debo prepárame ―dijo Alec sin aliento―. Jace, Maia o Lily no tardaran en llamar para… ―Magnus estaba besando su cuello―. Para… ir a patrullar.

Las manos del brujo comenzaron a explorar su espalda por debajo de su camiseta.

No esta noche ―dijo mientras ambos caminaban sin desenredarse el uno del otro hacia su habitación.


* * *


Esa mañana fue tranquila, los dos pequeños hijos de Alec y Magnus no se habían levantado temprano como siempre para jugar.

Magnus salió de la ducha y se encontró con Alec escribiendo sobre unas tarjetas.

¿Qué haces, Ángel? ―pregunto asomando su cabeza por encima de su hombre.

Tarjetas para practicar, anoche le dije a Rafe Dulce en lugar de… Am

Magnus sonrió, tomo una de las tarjetas y con su delgada caligrafía escribió Te Amo La coloco frente a su rostro y lo repitió de una forma que Alec sintio el calor subiendo a sus mejillas.

Cuando tú lo dices asi…

Dilo tú.

Alec lo hizo, Magnus se rio, le ánimo para que lo hiciera una vez más y lo hizo mucho mejor.

¿Lo ves? ―Solo te hace falta práctica. ―le animo Magnus.

Mucha practica ―dijo Alec con pena pasando una a una las tarjetas para leerlas―. Estuve pensando en lo que dijiste anoche.

Magnus acerco a Alec jalándolo de la toalla que estaba alrededor de su cintura.

¿Qué si lo hacíamos de nuevo?

Alec soltó una risa fuerte.

Después de eso ―ahora sus mejillas estaban color carmín―. Después de todo, quiero decir.

Ambos rieron.

Lo que dijiste sobre Rafe siendo joven, es cierto, él an no aprende todo lo que debe, creo que si sigo con esto ―levanto las tarjetas―. Podemos encontrarnos en alguna parte a mitad del camino.

Así se habla, nunca te das por vencido o das algo por perdido, Te amo por eso.

¿Amas mi testarudez?

Amo tu determinación, espero que nuestros hijos lo aprendan de ti.

Alec tomo las manos de Magnus y las beso.

Espero y ellos sean como tú.

Magnus lo acerco a él, sus cuerpos fueron en un momento una línea unidad perfecta.

Nunca me habían dicho algo como eso, solo de pensar en el futuro de nuestros pequeños es…

No quiero ponerte ansioso, Magnus, perdóname.

Para nada, Alec, es… emocionante, muy emocionante.

Lo es ¿cierto? Es decir, quitando todo el terrorífico asunto de tener en tus manos la obligación de ser un buen padre y no equivocarte.

Darles una buena alimentación ―comento Magnus.

Lograr que sean felices ―dijo Alec.

Las camisas arruinadas.

De nuevo ambos rieron.

Después, el semblante de Alec cambio a uno de reflexión.

¿Puedo decirte algo? Han sido pocas las veces en mi vida en la que me he sentido diferente, como un hombre nuevo, la primera fue después de haberte besado en el salón de los acuerdos. Después cuando te encontré en Edon, eso fue… como si nada más en el mundo importara, después cuando me preguntaste si quería estar contigo en ese tejado.

Alec.

Y cuanto encontramos a Max y decidimos que queríamos formar una familia con él y ahora con Rafe, todos esos momentos me hicieron ver la vida diferente, como si antes la hubiera estado mirando a través de una ventana y finalmente una pared cayera para dejarme ver el mundo detrás y con cada suceso el mundo se hace más grande y me siento más fuerte y capaz de hacer cualquier cosa.

Y lo puedes hacer, eres el más capaz y valiente que conozco, todo estará bien, mientras estemos juntos, todo estará perfecto y cada vez mejor.

Alec asintió complacido.

Rafe es nuestro más nuevo comienzo, no podemos decepcionarlo ¿cierto?

Magnus respondió besando sus labios dulcemente.

No lo haremos.

Cuando Alec entro al vestidor a terminar de alistarse, Magnus pensó en todo lo que le había dicho, fue muy poco el tiempo que paso antes de que una maravillosa idea se le ocurriera.

¿Alec? ―pregunto llamándolo en voz alta―. ¿Tenemos los viejos dibujos de Rafe?


* * *


Los niños se habían levantado hambrientos y ahora devoraban los pancakes que Magnus había preparado para todos, Alec se encargaba de que Max no hiciera un desastre con su leche o que la usara para decorar la mesa. Magnus y Rafe conversaban en español, Magnus le hacia una traducción a Alec muy detalla ya que estaba realmente atento a lo que ambos decían.

Rafe hablo sobre la comida y dulces que comió esa última navidad que recordaba, cuando el pequeño se puso ansioso, Alec lo tomo en brazos y lo llevo al balcón para buscar ambos a Presidente, a Rafe le encanto el gato muy rápido y no perdía una oportunidad para cargarlo en brazos.

Seguían ambos jugando en balcón cuando Alec se dio cuenta de alguien corriendo en medio del tráfico, el muchacho tenía un glamur encima, ya que nadie parecía alterarse por él, no como él lo estaba.

¿Qué te pasa? ―le grito el cazador desde el 2do piso.

Magnus, necesito hablar con Magnus Bane, es una emergencia.

Te abrire la puerta.

Se escuchó el ruido chillante y después el chico entro. Alec entro al apartamento, tomo una de sus armas mientras que Magnus tomaba a Max y Rafe se colocaba a su lado.

El chico lobo entro al apartamento.

Hasta ahí ―le advirtió Alec con una espada en su mano.

El chico no dejaba de ver a Magnus, parecía que había corrido durante mucho tiempo para llegar ahí.

Magnus, ¿Lo conoces? ―pregunto el cazador siendo practico.

Lo hago, su nombre es Jonas, me reuní con él y su hermana ayer.

¡Mi hermana! ―dijo Jonas y por un segundo pareció haber puesto la atención que no había puesto en Alec en un principio. ― ¿Eres un Cazador de Sombras?

Lo soy ―le respondió Alec―. Y no dejare que intentes nada torpe contra mi familia, así que comienza a decirnos que haces aquí.

¿Tu familia? ―Jonas miro a Magnus, al niño en sus brazos y al otro detrás de él, Alec se miraba como un cazador de sombras, pero sin su habitual equipo de caza, claramente había tomado a esta familia muy temprano por la mañana. ―Ya veo.

¿Qué ocurrió, Jonas? ¿Qué le paso a tu hermana? ―pregunto Magnus.

La han tomado, Miles y su sequito se la ha llevado.

¿Miles? ―pregunto Alec con seriedad ―El antiguo del Bronx.

¿Lo conoces? ―pregunto Jonas con sorpresa.

Sé todo sobre él, no ayuda a los clanes, pero es extraño que haga esto, ¿Tiene enemistad con tu clan?

Es un tanto más complicado que eso, cariño.

Alec ideo el mejor plan y el mas rápido en su mente.

Llevalo con Miles ―pidio a Magnus―. Intenta hablar con él, yo llevare a nuestros hijos al instituto con mi madre y pediré ayuda a Jace y los demás.

No queremos inmiscuir a los directores del instituto. ―alego Jonas.

No estás en condiciones de ser selectivo, Jonas, somos tu mejor opción. Si pediste ayuda a Magnus, pediste nuestra ayuda también, somos un equipo.

Mandare a hacer nuevas tarjetas de presentación. ―dijo Magnus y ambos se sonrieron.

Con un chasquido el portal al instituto se abrió. Los rostros de Jace, Clary y Maryse se vislumbraron borrosos de inmediato.

Te veo allá. ―dijo Alec saltando con ambos niños hacia el portal y desapareciendo después con ellos de la vista de Magnus.

Se cerró inmediatamente después y Jonas se miró alarmado.

Puedes hacer un portal hacia mi hermana?

Puedo acercarme ―respondió Magnus―. Pero los terrenos de Miles tienen hechizos hechos por hadas, podemos entrar ya que ellos rompieron los acuerdos entre los lobos, pero tenemos que hacerlo al modo tradicional.

Estoy listo ―dijo Jonas acercándose al brujo―. Mi manada esta lista.

Magnus movió sus manos para crear otro portal, ahora hacia los terrenos de Miles.

Esperemos no tener que luchar ―murmuro Magnus más para sí mismo―. Andando.


* * *


Leila intento una vez mas romper la cadena que sujetaba su tobillo, pero fue inútil, los vampiros habían usado plata en el grillete y cada vez que intentaba romperla, su piel ardia haciéndola gritar.

No tardo mucho tiempo antes de que la puerta de su celda se abriera y dos sujetos enormes, claramente vampiros llegaran por ella, la sujetaron aun cuando ella intento resistencia.

¿Qué quieren? ¿Qué harán conmigo? ―exigió la chica.

Uno de ellos ni siquiera volteo a verla, en cambio el otro se miró entusiasmado por contar los planes preparados para ella.

Nuestro amo borrara cada rastro de la vergüenza que nos persigue.

A Leila no le gusto en absoluto como sonó eso y lucho aún más con todas sus fuerzas durante todo el trayecto al que fue obligada a avanzar.

Llegaron a un gran salón con grandes candelabros y techos altos, la decoración era vieja aun cuando tenía una sombra de haber sido nueva y hermosa alguna vez, había dos mesas de banquetes vacías a los costados, ella fue guiada por en medio de ambas como un largo pasillo hacia una tercera que estaba colocada en transversal en dirección a las otras, no había nadie ahí, pero entonces todos los lugares en las tres mesas fueron ocupados por vampiros, todos ancianos, no en el aspecto en el que lucían viejo, el tiempo real de su existencia se notaba en los ojos y en la forma de moverse y hablar.

Los vampiros la dejaron sola en el suelo y se alejaron, aun cuando la ocasión llego como una oportunidad para escapar, la lobo sabía que era por completo inútil con todos esos vampiros rodeándole.

Miles Reed se acercó a ella.

Veo porque mi hijo quedo encantando contigo, hay lucha en tus ojos incluso en estos momentos que son los últimos de tu existencia.

Leila no dijo nada, se quedó sorprendida por el parecido del vampiro hacia Brandon, era muy extraño que hubiera familias de vampiros, Brandon le hablo de la suya, de cómo antes de que existieran Los Acuerdos, Miles había sido convertido y él había decidido no estar solo, convirtió a su familia también, a sus dos hijos y a su esposa, su hija nunca despertó de la tumba, no escarbo entre la tierra para surgir y tener una No-Vida. En la mente de Leila surgió la voz de Brandon cuando le dijo con dolor: Según las leyendas, mi hermana esta en medio de dos mundos muriéndose de hambre eternamente, y a él parece no importarle.

La historia de lo ocurrido con su esposa fue algo más común, ella se volvió loca, se obsesiono con los niños y otros vampiros tuvieron que matarla para contener el caos.

No todos pueden ser un vampiro, ahora este hombre estaba protegiendo a la única familia que conocía.

Si me lastimas ―dijo Leila―. Brandon nunca te perdonara.

¡No te atrevas a hablar por él! ―la golpeo y los vampiros a sus costados gruñeron de excitación―. No dejare que destruyas el honor de mi clan, ni que corrompas a mi hijo.

Levanto su mano para golpearla de nuevo, pero un ruido fuerte le hizo detenerse, ahí frente a ellos y frente a todos los vampiros se encontraban un puñado de lobos guiados por Jonas y un puñado de vampiros guiados por Brandon dispuestos a luchar lado a lado para salvar a Leila.

La mirada del antiguo viajo por toda la línea de combatientes, miro con horror a los lobos que habían entrado a sus dominios, a su hijo colocándose no frente a ellos para combatirlos, si no a su lado y también a otro antiguo, el mago más poderoso que había conocido.

Magnus Bane ―dijo Miles―. ¿Te haz atrevido a introducir a estos monstruos a mi hogar?

Quisiera llevarme el crédito ―dijo Magnus mirando a Leila con preocupación―. Pero la parte difícil la hizo tu hijo, muy amable de su parte dejarnos pasar sin mayores molestias.

Los ojos de Miles se encendieron hacían el joven vampiro.

¿De nuevo me desobedeces? Esto lo hago por nosotros, por nuestro Clan.

Lo haces por tu orgullo ―respondió Brandon desafiando a su padre―. Y para mí, no vale nada en lo absoluto.

Miles fue diplomático.

Cuando esto acabe, cuando ella muera, tu serás el mismo hijo obediente, no tenemos que recordarlo nunca y podremos seguir adelante como siempre lo hemos hecho, solo debemos acabar con ella de inmediato.

Brandon dio un paso al frente.

No la vas a tocar, padre.

Ese fue el esperado grito silencioso de guerra que se había esperado, antes de que el choque entre ambos frentes surgiera, una horda armada y bien organizada de Cazadores de Sombras inundaron la habitación. Miles y su antiguo ejército de vampiros se miraron con sus cuellos y pechos amenazados por espadas brillantes, frente a él, un grupo de Cazadores de acercaron, una flecha le apuntaba al corazón, un látigo se movía como una serpiente en busca de su presa y en medio de ellos con su mismo paso dos jóvenes con espadas se dirigieron a él.

Somos Clary Fairchild y Jace Herondale, líderes del instituto de Nueva York. En nombre de La ley, el Cónsul y los Acuerdos, te ordenamos te detengas, Miles Reed.

¿Sus entradas siempre serán así de espectaculares? ―pregunto Simón en un murmullo a Magnus que le respondió con una sonrisa.

Entonces el ejército de Miles bajo las manos dejándolo solo con su lucha, Miles dio un paso atrás derrotado.

¿Por qué no le ayudas? ―pregunto Alec al chico vampiro detrás de él.

El vampiro se movió hacia Leila y rompió la cadena que le apresaba, fue como si ambos se hubieran olvidado de la multitud, él la abrazo y la sostuvo en brazos como el mayor de los tesoros, se escuchó un murmullo de ellos un Lo siento que lleno el salón con una tranquilidad inesperada.

Rápidamente la escena cambio de un posible campo de guerra a una sala de detenidos, los agentes de La Clave llegaron y apresaron a Miles, dejar en manos de La Clave a los infractores de Nueva York no era algo que a Jace y Clary les gustara hacer, pero Miles Reed era un caso especial y solo podía ser tratado por las leyes más antiguas de La Clave.

Alec se acercó a Magnus en medio de la multitud.

¿Estas bien? ―pregunto mientras apartaba un mechón de cabello de su frente.

Ni un rasguño ―respondió Magnus―. Nada mal para un día de trabajo.

Alec rio.

Sí, nada mal ―El cazador agarro con un puño la chaqueta del brujo y lo acerco ferozmente para besarlo, con las miradas de todos sobre ellos desapareciendo poco a poco con forme el beso les inundaba.

Seguían besándose cuando terminaron de entrevistar a Leila y Brandon. Jonas se acercó cuando el agente de La Clave se alejó.

¿Ven eso? ―pregunto a ambos ―Estuve en su casa hoy, tienen dos hijos.

Estaban sorprendidos.

Todo esto es muy nuevo ―comento Brandon―. La forma en la que los nephilims han venido a ayudarnos, nunca había escuchado algo así, normalmente solo ayudan a los suyos.

Los Nephilims están cambiando ―dijo Jonas―. Quizás nosotros podamos hacerlo también.

Jonas levanto su mano hacia Brandon, el vampiro la miro sorprendido, pero no dudo en tomarla, un nuevo comienzo se creaba entre ellos a través de ese gesto de amistad, un comienzo lleno de posibilidades.

Ahora eran Alec y Magnus quienes lo miraban.

Grandes sorpresas de la vida. ―murmuro Magnus y abrazo a Alec con fuerza.


* * *


¡Me encanta esto! ―dijo Isabelle entrando al gran comedor del instituto con una charola llena de pastelillos ― ¿Por qué no lo habíamos hecho antes?

Nos aterraba la idea de que quisieras cocinar algo ―respondió Jace y un panecillo se estrelló en su abrigo negro.

Podemos hacerlo de ahora en adelante ―dijo Maryse ignorando los panecillos voladores, ella acomodo la pequeña corbata de Max. ―Una cena familiar es siempre bien recibida.

Esto es más un banquete ―dijo Simón atrapando un panecillo y mordiéndolo, estaba delicioso.

Digo si a esa propuesta, Maryse ―comento Magnus colocando una servilleta en las piernas de su hijo Rafe―. Crear tradiciones es importante para la unión familiar.

Y la nuestra es cada vez más grande ―Clary coloco una mano sobre el hombro de Alec quien le sonrió en respuesta.

Démonos prisa ―aviso Magnus―. El fin de año está cerca y tengo una sorpresa para todos.

Rafe estaba en una intensa batalla con la envoltura de un chocolate.

¡Papi! ―exclamo en un grito por ayuda.

Magnus se movió, pero Alec le detuvo.

Nop, yo soy Papi, tu eres Papá, lo descubrí esta mañana.

No lo entiendo ―dijo Magnus.

Alec explico.

Para Max tu eres Papá y yo soy Daddy, de igual forma es para Rafe, pero en su idioma.

Magnus lo comprendió de inmediato y se sintió muy feliz.

¿No es cierto, hijo? ―pregunto Alec al pequeño Rafe que ya estaba comiendo su chocolate.

¡Si! ―respondió Rafe en el mismo idioma de Alec y los demás.

Era la primera vez que Rafe hablaba en otro idioma que no fuera su idioma de nacimiento, todos le celebraron y animaron por el esfuerzo del pequeño.

La fiesta continua, ahora en los jardines del instituto, los dos niños fueron abrigados por su abuela y sacados afuera tomados ambos de la mano.

Magnus hizo aparecer un globo blanco para cada uno de los que le acompañaban, uno para su familia también.

¿Magnus? ―pregunto Alec confuso, pero sin perder su sonrisa.

¿Recuerdas que te pregunte por los dibujos de Rafe?

Entonces las hojas aparecieron, Alec y Magnus se agacharon para estar a la altura de los niños, Magnus explico a Rafe en su idioma. En esta ocasión y gracias al gran esfuerzo que había hecho, Alec entendía lo que le estaba diciendo.

Dejaremos que todas las cosas que te asustan se vayan, que se vayan lejos de ti para que no puedan lastimarte.

Rafe asintió con entusiasmo, Magnus amarro los dibujos al globo y dejo que Rafe lo dejara ir, el globo pronto desapareció en la oscuridad de la noche, los demás hicieron los mismo, dejando ir las cosas que les provocaron miedo, incertidumbre o dolor en ese último año.

Ahora debemos llenarnos de nueva luz ―Magnus hizo aparecer en cada uno de las manos un farolillo brillante, miro al rostro fascinado de Alec y sus dos pequeños―. Los nuevos comienzos deben ser representados por la luz. Ahora más que nunca tenemos a personas que nos aman y amamos, más que nunca nuestro futuro es más brillante. Aprendamos a iluminar la oscuridad con las personas que amamos.

La familia de Alec y Magnus dejaron libre los farolillos haciendo que la noche se iluminara y fuera impresionante. Rafe observo como todas esas luces se arremolinaban haciendo que la oscuridad se alejara por unos instantes, tomo la mano de su pequeño hermano, ahora se sentía protegido, sabía que tenía a dos padres que lo cuidarían, a más personas que lo mantendrían a salvo, no pudo más que devolver la promesa de que él protegería al pequeño brujo, era su deber de hermano menor, eran su familia y estaba decidido a crecer, ser fuerte y protegerlos a todos, como ellos lo protegen a él.

Alec coloco su mano alrededor de la cintura de Magnus mientras miraban al cielo.

Creí que no podías ser más mágico, siempre me sorprendes.

Para ti, mi magia será eterna. Feliz año nuevo, Alec. Te amo.

Te amo ―le dijo en respuesta.


Fin



Espero lo hayan disfrutado tanto como yo disfrute escribiéndolo, recuerden nunca darse por vencidos, amar con toda su alma a su familia y ayudar a quienes lo necesitan. Sean buenos, fuertes, sean Nephilims o subterráneos, sean un buen mejor amigo, sean brillantes en lo que les gusta y nunca dejen de esforzarse.

Más que eso debo darles las gracias a todos por un año más de grandes aventuras. ¡GRACIAS!

¡Feliz Año nuevo 2018 para todos ustedes!


@MayGraciel

*Este capítulo se lo dedico a mi esposo.
gracias por ser como eres, Te amo*

Comentarios

  1. Esto fue hermoso 😍 hermoso de verdad May 😭❤ gracias por seguir escribiendo y compartiendo tus bellas historias, Feliz año y que todos tus sueños y deseos se cumplan 🎉🎉🎉🙌🙌🙌 Gracias por todo May 😘❤

    ResponderBorrar
  2. Muy feliz año, gracias totales 😘😘

    ResponderBorrar
  3. Feliz año nuevo! Fue muy hermoso. Me dejo un muy grato sentimiento. Gracias

    ResponderBorrar
  4. Sumamente bello. Me encanta que hayas hablado del hecho que Rafa y Alec hablan idiomas distintos, no se hace tanto incapie en ello y es algo que considero importante. La comunicación con los niños es esencial, sea verbal o no

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Me encanta que lo hayas notado, me llamo la atención ese tema desde que leí LoS. Espero y Cassie nos de a conocer mas de Rafe en TEC y veamos como Alec sigue con ese tema porque como tu dices; la comunicación con los niños es muy importante.

      Gracias por leer ❤

      Borrar
  5. Gracias de nuevo por hacernos vivrar con tus relatos, son sencillamente impresionantes, y tu si que nunca dejas de sorprenderme, para mi eres una gran escritora, ojala que editaras todas estas historias yo las compraria solo para releerlas, me gusta el papel tambien. Contigo descubri el placer de leer historias malec, y he leido muchas y son estupendas pero para mi las tuyas son las mejores, escribes y transmites todos los sentimientos de los personages que das vida, en todo momento eres muy delicada con todo lo que escribes. Feliz año para ti y porsupuesto para toda tu familia. BESOSSS

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Que lindo comentario, muchas gracias por tus palabras las valoro mucho y gracias por tus buenos deseos de parte de toda mi familia ❤

      Borrar
  6. Hermosaaaa historia haces que me enamoré todavía más de esta pareja y sobre todo del mundo de cazadores de sombras *.*

    Espero más historias tuyas :)

    ResponderBorrar
  7. Como siempre me ha encantado.....

    Quien es Abi? me encantan los dibujos que pones de portadas.... Y en el que están Will Max y Nathan con una chica de pelo negro es genial.... la identificas como Abi pero no se quien es....

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Abi es un personaje prestado, ella aparecerá pronto en unos de los fics de Neiara (Buscala en wattpad 😉) También apareció en un capitulo de Guerra Fría.

      Ella queda encantada con Max y Nat y es fanShipper de ellos desde entonces. Pronto conocerás mas de ella y de las vidas futuras de los jóvenes que aparecieron en ese fic.

      Este año vienen cosas geniales 😚

      Gracias por leer ❤

      Borrar

Publicar un comentario