Mundo Invertido 3 - Buscandote

Se sentía como un sueño, un sueño perfecto y hermoso, uno que deseaba nunca terminara, estar con Alec de esta forma, tan entregado al momento, sintiendo sus caricias, sus labios en cada parte de su cuerpo, los latidos acelerados de su corazón, su piel vibrando al toque de sus dedos. El estremecimiento y la seguridad de los brazos de Alec al aferrarse a él, del sonido de su voz al susurrarle las palabras indicadas para hacerlo sentir el más afortunado y amado del mundo. Estar tan empapado de él y aun así no sentir que fuera suficiente. El sueño perfecto hecho realidad.

La mañana llego como últimamente lo hacía, en silencio y lentamente, Magnus abrió los ojos y ahí estaba, su amado Alexander mirándole, pero completamente vestido.

- ¿Qué haces vestido? – Pregunto Magnus somnoliento, jalando el saco de Alec. – Vuelve a la cama. – Por lo general era igual cada vez que Alec se quedaba, ambos dormían hasta tarde, Magnus invocaba el desayuno en cama y en muchas ocasiones simplemente no salían de ella en todo el día.

Alec rio, pero no se alejó, por el contrario, se recostó a lado de Magnus por encima de las mantas. – Debo ir a clases. – Dijo mientras acariciaba el hombro desnudo de su novio. – Lo siento, no puedo quedarme.

Magnus parpadeo, el comentario le había despertado un poco más. - ¿De qué clases hablas?

Alec suspiro. – De mi cruel realidad. Tengo que ir a la facultad, las clases renuevan hoy.

Magnus se levantó sobre sus codos. - ¿Estudias? Es decir ¿Tienes una matrícula en una universidad y no me lo dijiste?

Alec no se miró arrepentido en lo absoluto. – No te lo dije porque es algo que en verdad detesto, voy a esa carrera para complacer a mi padre.

- ¿Qué carrera es? – Pregunto Magnus levantándose para alcanzar su bata.

- Negocios Internacionales.

- ¿Esta es una de esas bromas que no entiendo? – Pregunto sinceramente afligido Magnus.

Alec le sonrió, como lo haces a un niño que dice algo dulce y gracioso. – Por desgracia no. No es una broma, es mi cuarto semestre de carrera.

Magnus se quedó en silencio mirando a Alec que cruzaba sus brazos detrás de su cabeza aun recostado, tenía un pantalón de mezclilla con una playera blanca de bajo de un saco entallado, el conjunto era perfecto para la universidad, por los zapatos tenis converse que llevaba, se mira increíblemente atractivo.

- Cuando dices que detestas tu carrera… Si necesitas ayuda con tus materias, yo podría…

- Me va muy bien de hecho, el mejor de la clase.

- Estoy confundido.

Alec se levantó y gateo hasta la orilla de la cama para tomar el cinto de la bata de Magnus y jalarlo hacia él. – Detesto la carrera, es todo.

Magnus dejo que lo jalara de vuelta a la cama, Alec lo apreso entre su cuerpo y el colchón. Magnus pasó sus largos dedos por el cabello cuidadosamente peinado de Alec. – Básicamente estas forjando tu futuro con algo que detestas, no me siento bien escuchando eso.

Alec beso a Magnus y el brujo le beso de nuevo mientras bajaba sus manos a su espalda.

- No es mi futuro, no ejerceré, eso te lo aseguro.

- Alec.

- Esta bien, te lo dije, solo intento complacer a mi padre. – Alec se levantó y Magnus detrás de él.

- Alec, necesitamos hablar de esto.

- ¡Exacto! ¡Eso! – Alec tomo un bolso tipo cartero. – Exactamente por esto no te lo dije antes, no quería desperdiciar nuestro valioso tiempo juntos discutiendo sobre eso. – Alec sacudió la cabeza. – No vale la pena.

- Estas equivocado.

Alec giro después de abrir la puerta, tomo la mano de Magnus y la beso, delicado, perfecto y con gracia como solo él era capaz de hacerlo. – Esta bien, mi amor. Solo necesito terminar con esto y seré libre para hacer lo que desee.

Magnus sujeto la mano de Alec antes de que se marchara, sus ojos reflejaban lo afligido y preocupado que estaba por Alec. – Entonces dime ¿Qué deseas?

Alec sonrió, una sonrisa que no llego a sus ojos, Magnus cada vez era mejor para interpretar a Alec y sus peculiares cambios de ánimo, en ese momento y a pesar de la sonrisa se miró triste. – Te lo diré cuando lo descubra.

Alec beso a su novio una vez más antes de salir del apartamento.

* * * * *

La llamada fue de nueva cuenta enviada al buzón de voz. Isabelle quien miraba a Magnus guardando su teléfono se giró para hablarle. – Siempre es así cuando vuelve a clases. - Le dijo. – Se concentra en exceso en ellas. Quiere complacer a papá.

- ¿Por qué lo dices como si eso no te diera gusto?

Isabelle dejo el libro que tenía en sus manos, ambos jóvenes compartían un amor incondicional a los libros, mientras que Magnus leía literatura clásica, Isabelle Lightwood se inclinaba por la ciencia y la tecnología.

- Mi hermano es miserable yendo a esa carrera. ¿No te lo ha dicho?

- Esta mañana lo menciono.

Isabelle giro de nuevo hacia Magnus. – Quizás tu logres convencerlo, quizás te escuche de dejarla.

- Yo no… es decir, no puedo…no quiero que se sienta presionado por mí. ¿Cómo podría yo hacer la diferencia?

- Si escuchará a alguien ese serias tú, pensé que quizás tu…

Magnus jugo con sus manos con nerviosismo. – Apenas logre que me explicara algo esta mañana.

El rostro de Isabelle cambio, ella mordió un poco su labio mientras jugaba con un mechón de su propio cabello. – Así que esta mañana ¿Eh? Significa que ya pasan noches juntos ¿cierto?

Magnus se puso mucho más nervioso e intento ocultarlo fingiendo que revisaba los títulos de los libros en una de las repisas. – En algunas ocasiones. – Dijo de la forma en la que hablas para dar por terminada la conversación.

Isabelle ignoro esas intenciones. – Es genial. – Dijo sin guardar discreción. – Es decir, eso significa que llegaron a un nuevo nivel. Lo que es tranquilizante, deja decirte.

- No es de eso de lo que estábamos hablando. – Se apresuró a decir Magnus para que la hermana de su novio no convirtiera la conversación en algo más incómodo de lo que ya era.

- Claro, claro. – Dijo Isabelle. – Lo que quiero decir es: conocemos a Alec ¿cierto? Nada puede hacerlo cambiar de opinión. Deberías intentar, solo para descartar.

Isabelle siguió caminando por los pasillos de la librería con Magnus detrás de ella.

- ¿Por qué no le dice a su padre que no es la carrera que quiere?

Isabelle bajo la cabeza. – No creo que yo deba decirte eso. – Dijo triste. - ¿Tienes todo lo que necesitas?

Magnus asintió en silencio.

Mientras Isabelle conducía la camioneta de Simon por Greenpoint con Magnus de copiloto ambos permanecían en silencio, pensando en la persona que más les importaba a ambos.

Isabelle detuvo la camioneta frente al edificio de Magnus. – No quisiera que me malinterpretes, Magnus. – Dijo Izzy. – No te cuento acerca de eso, no porque no confié en ti, es solo que pienso que es mejor que tú mismo le preguntes a mi hermano, estoy segura que te lo dirá todo.

- Yo no creo eso.

Isabelle acomodo sus anteojos en el puente de su nariz. – Créeme, no hay nada que Alec no haría por ti. Le has cambiado la vida.

Magnus no podía estar más de acuerdo con ello, Alec no miraba el mundo de la misma manera en la que antes lo hacía, ahora tenía la visión y a Magnus le preocupaba que eso cambiara su estilo de vida.

- Muchas gracias por invitarme, Isabelle.

- Me gusta estar contigo, hablo con Clary y Jace de Alec, pero de alguna manera ellos no me entienden como tú, creo que es porque no hay quien lo conozca mejor que nosotros dos.

- No, no, es decir, eres su hermana, te ama como a nadie y…

- También te ama a ti, te ama como a nadie, nunca dudes eso, incluso si Alec lo arruina por algo ¿Entendido?

Magnus rio, se despidió de la chica y camino a la entrada del edificio, en ese momento su celular sonó.

- ¿Hola?

- Hola ¿Dulzura? Lo siento, suelo tener apagado el celular en clases, lo lamento, debí decírtelo.

- No, está bien, no necesitas aclarar nada, lamento si te moleste.

- Para nada. Eso es imposible. Magnus escucha, sé que te debo una explicación y te la daré, esta noche iré a tu apartamento y hablaremos, lo prometo.

- Alexander, no tienes que explicar nada, es tu vida, yo no…

- También lo eres, Magnus Bane, eres mi vida.

El corazón de Magnus salto incontrolable en su pecho. – Alec…

- Esta noche, lo prometo. – Dijo en un apuro. – Debo volver, Te amo. Te veo esta noche.

- Yo… Alec…

- Lo sé. Hasta esta noche.

Magnus colgó aun sintiendo su corazón salir de su pecho, Alec siempre lograba decir ese tipo de cosas sin ningún problema, mientras que Magnus sentía como si las palabras se trababan en su garganta al querer decirlas. Se maldijo a sí mismo una vez más y entro resignado a su apartamento.

* * * * *

Era la última clase, el cielo se había oscureció hacia unos minutos, dejando ver el azul negruzco a través de las enormes ventanas de la sala de la clase de Matemáticas, Alec siempre tomaba su lugar en la parte más alta del aula, le gustaba ver el tráfico de colores en la lejanía y a los estudiantes caminar en los jardines, unos con lentitud, otros con prisa cómica. Además de que su maestro era uno de los peores, intolerante, aburrido y estricto hasta la medula, todos sus compañeros le habían asignado un apodo, Vampiro, le decían por su rostro serio y porque nunca tomaba clases por la mañana, era el único profesor que forzaba a sus alumnos a volver o a quedarse hasta tarde en la facultad tan solo para tomar sus clases de horarios inflexibles.

El maestro estaba llegando minutos tarde, Alec se tomó el tiempo de abrir su portátil y mandar mensajes, correos y revisar su perfil. Envió una imagen con una rosa a Magnus con la publicación: ¿Recuerdas? Sonrió y abrió el archivo de sus apuntes de matemáticas los alumnos estaban tomando sus lugares y comentando; Aquí viene el señor vampiro.

Alec estaba listo, la materia más difícil del semestre y a la que tenía que prestar más atención.

Fue entonces que lo vio. Su maestro de Matemáticas, un joven de no más de 20 años, Pero ¿cómo era eso posible? El semestre pasado el Señor Harris Era un hombre que aparentaba aproximadamente 50 años de edad, su cabello había sido casi gris, tenía un semblante duro y con arrugas, ahora él era joven. Alec se quedó desconcertado mirando en todas direcciones, buscando en los rostros de sus compañeros algún indicio de incertidumbre, no había nada, todos actuaban normalmente. Alec miro de nuevo a su profesor, y por un momento este levanto la vista en su dirección, Alec lo vio, sus ojos eran de un color extraño y cuando comenzó a hablar para impartir su clase, los vio, en las comisuras de sus labios se asomaban unos colmillos, eso era, su maestro de Matemáticas era un vampiro, siempre lo había sido, la diferencia era que ahora Alec podía ver a través de su glamur.

La tranquilidad llego a él poco a poco junto con la aceptación, ahora todo tenía sentido, nada malo pasaba con su profesor, su profesor de matemáticas era un vampiro. La idea le llego a la cabeza y escondió su rostro tras su portátil, su profesor de matemáticas era un vampiro y no podía dejar de reír, era lo más gracioso que le había ocurrido en el día, y estaba ansiosos por contarle a Magnus acerca de su vampiro profesor de matemáticas, literal.

* * * * *

Los jardines de la facultad estaban ya iluminados por las grandes farolas y las luces de las ventanas de los grandes edificios, Alec caminaba con prisa hacia su auto, era tarde, pero seguramente podría estar con Magnus un tiempo antes de comenzar con sus tareas, busco el contacto de Magnus en su teléfono, pero al levantar la mirada vio a Camille caminando hacia él.

- ¿Camille? – Pregunto el chico guardando su teléfono mientras la mujer llegaba hacia él y le abrazaba. - ¿Qué haces aquí?

Camille dio dos besos a Alec, uno en cada una de sus mejillas. – Necesitaba hablar contigo. Que gusto en verdad saludarte, Alexander.

Alec aún no salía de su asombro. - ¿Está todo bien? ¡Oh dios mío! ¿Le ocurrió algo a Magnus?

Camille toco el hombro del chico de inmediato. – Para nada, - Ella sonrió. – En verdad tenemos que vernos más seguido ¿No lo crees? Tal vez así dejemos de alarmarnos en cada encuentro.

- Lo siento, yo, no… Por favor no me hagas caso, mírate, estas hermosa.

- No te disculpes y muchas gracias, somos amantes de lo hermoso ¿No es así? ¿Qué dices? ¿Me aceptas un café?

- Por supuesto, deja hacer una llamada y Magnus se nos unirá en poco tiempo.

Camille sujeto la mano de Alec. - No lo llames. - Le dijo mientras pasaba su mano delante el rostro de Alec. Alec fijo sus ojos en los movimientos de la mano de la vampira, su mirada se oscureció y perdió durante unos segundos.

Cuando despertó del aturdimiento, había cambiado de opinión respecto a llamar a Magnus. – No lo hare. – aseguró y Camille se sujetó de su brazo para caminar juntos hacia la cafetería de la facultad. Ella sonreía complacida.

Una vez en la cafetería y después de haber ordenado, Camille inicio su explicación. – Magnus me hablo de lo que ocurrió con ese demonio, el que enfrentaste para salvarlo.

- Yo no lo enfrente, fue Magnus, él lo destruyo. Era aterrador, esa cosa era horrible, no quería ni acercarme.

- Fuiste muy valiente al entrar ahí a pesar de que estabas indefenso.

- Quería salvar a Magnus.

- Por su puesto. – Camille tomo su bolso y de él saco un libro que se miraba increíblemente antiguo. – Quiero darte esto. – La vampira le ofreció el ejemplar.

- ¿Qué es? – Pregunto Alec sinceramente curioso. – Se ve muy valioso.

- Lo es, es un libro de historias, historias sobre guerreros que existieron hace cientos de años y que luchaban contra criaturas iguales a la que te has enfrentado.

Alec sonrió. - ¿Por qué me lo das?

- Porque me gustaría que conocieras esas historias, que leyeras como ellos se enfrentaron con valentía y ganaron la batalla, salvando a la humanidad de los demonios.

Alec abrió el libro y pudo ver dibujos de las terribles criaturas, de las batallas y de los soldados con marcas en sus cuerpos. – Muchas gracias. – Dijo sin poder apartar la mirada de las ilustraciones. – Es increíble, espera a que Magnus lo vea.

Camille levanto el rostro de Alec tomándolo por su barbilla, ella paso de nuevo su mano por el rostro de Alec. – Este es un secreto entre nosotros, no enseñaras ni hablaras de este libro con nadie.

- No enseñare o hablare de este libro a nadie. – Repitió Alec con voz baja.

Camille soltó el rostro de Alec complacida.

El chico miro en todas direcciones y haciendo caso instantáneo al Encantus de Camille, guardo el valioso libro en su mochila para que nadie lo viera.

- Ahora dejare que te vallas. – Anuncio Camille. – Debes estar ansioso por ver a Magnus.

- Ha sido una pesadilla el día sin él.

- Encantador. – Sonrió la mujer dejando ver sus colmillos.

Alec se levantó, después de despedirse de su acompañante hizo una pregunta. – Camille ¿Sabes cómo les llamaban a estos guerreros?

Los colmillos de la mujer brillaron con su resplandeciente sonrisa. – Si, Alec, les llamaban Cazadores de Sombras. – Camille se acercó a Alec una última vez. – Y recuerda, es nuestro secreto.

- Lo es. – Dijo Alec hipnotizado, después despertó, sonrió, y salió de la cafetería con el libro en su mochila.

* * * * *

Magnus estaba despidiendo a su ultimo cliente cuando recibió una llamada.

- ¿Diga? – Pregunto el brujo al ver el número desconocido. - ¿Quién es?

- Un placer hablar contigo finalmente, Magnus Bane.

- ¿Puedo ayudarte? – Pregunto desconcertado Magnus chasqueando sus dedos para que la mesa de su salón desapareciera convirtiendo su salón de nuevo en una sala, el brujo sonrió, la magia cada vez era más sencilla para él. – Hoy termine mis sesiones, pero si quieres hacer una cita…

- Quisiera hablarte de Alec, espero no necesitar cita para eso.

Magnus se detuvo. - ¿Quién eres? – Pregunto de nuevo.

- Mi nombre es Lily Cho. Quizás Alec te hablo de mí.

Magnus se relajó. - Por supuesto, ha hablado mucho de ti.

- Tengo que decir que no todo ha sido cierto ¿Esta bien?

- No tienes por qué preocuparte por eso.

- Conozco a Alec, sé que sí.

Magnus rio. - ¿En qué puedo ayudarte, Lily?

Magnus sintió a través del auricular una vacilación.

- Sé… es decir, se lo que ocurrió con Alec y ese demonio, sé que descubrió que eres un brujo y…

Magnus sintió una punzada de preocupación. - ¿Cómo sabes todo eso?

- El mundo de las sombras fue sacudido, brujo ¿No lo sientes?

Claro que lo sentía, desde que Clary Fairchild apareció desde esa otra dimensión algo en este mundo se había despertado, el reino hada se hacía más presente, la magia crecía no solo en él si no en los demás brujos quienes permanecían aún ocultos entre los mundanos, lo sentía cada mañana en su cuerpo, la magia creciendo exponencialmente en él día a día.

- No lo entiendo – Dijo Magnus. - ¿Cómo podrías tu saberlo?

- Porque pertenezco a este mundo, como tú.

Hubo silencio

- ¿Sigues ahí? – Pregunto Lily.

- Alec no lo sabe ¿Cierto?

- Por eso necesito tu ayuda. Quiero decírselo.

- Sigo sin entender.

- No puedo presentarme ante él arriesgándome a que se dé cuenta por verme, escuche que tiene la visión.

- ¿Cómo sabes eso, no…?

- ¡Concéntrate, brujo! Lo que quiero que hagas es que se lo digas por mí.

- ¡Claro! – Dijo Magnus con exagerada amabilidad. - Se lo diré en la cena “Por cierto, cariño, olvide comentártelo antes, Lily es una… una ¿Bruja?

- ¿Siempre eres tan poco útil?

- Voy a colgar.

- Ok, ok, me disculpo. Escucha, te importa Alec, me importa Alec. Sé que quieres ayudarlo. Por favor.

Magnus suspiro. Recordó a Alec hablando sobre su entrañable amiga, no de la forma en la que habla de su hermana o de Clary quienes eran muy importantes para él, cuando hablaba de Lily lo hacía con admiración y recelo, la única persona que podía presumir ser amigo de tan peculiar personaje. – Esta bien. – Dijo Magnus finalmente. - Dime que quieres que haga.

* * * * *

Alec finalmente abrió la puerta del apartamento de Magnus quien de inmediato dejo que le abrazara y besara eufóricamente.

- Un día nunca había sido tan largo. – Dijo Alec con su boca en la de Magnus empujando al brujo al interior y al sillón. – Te eche de menos. Te hecho tanto de menos.

- Se nota. – Dijo Magnus intentando controlar las hábiles manos de Alec para desabotonar su suéter. – Pero tenemos una conversación pendiente ¿No lo crees?

- Nop – Alec se desprendió de su chaqueta. – Hablar no es lo que quiero ahora.

Magnus levanto sus manos brillando en magia para detener las de Alec. – Pero lo haremos.

- Esto es trampa. – Se quejó el chico mostrándose derrotado. – En verdad no quiero hablar de eso.

Magnus libero sus manos y se acercó a Alec para tomar su mano con ternura. – La última vez que nos ocultamos algo, las cosas se pusieron muy mal ¿No hemos aprendido la lección?

- Yo no te oculte nada.

Magnus solo lo miro.

- Esta bien ¿Qué quieres saber?

- Conozco a tu padre, se nota que es comprensivo no logro entender porque no le dices acerca de la carrera que elegiste y la cual odias.

- Solo quiero complacerlo.

- ¿A costa de tus deseos? ¿De tu felicidad?

- Solo estoy sacrificando un par de años, te lo dije, no ejerceré.

- ¿Estás seguro? – Magnus miro la duda en el rostro de Alec. – Si lo haces para complacerlo nada te asegura que no querrás seguir haciéndolo en el futuro, con un trabajo, después otro y cuando menos lo pienses habrás encadenado tu vida a algo que odias y todo por complacer a tu padre.

Alec guardo silencio un segundo, miro a Magnus sentado a su lado y dijo: - ¿Siempre haces las cosas tan serias?

Magnus se acercó un poco más. – No quiero solo causarte dolor, tú me importas y sabes lo que siento por ti. Solo quiero…

- Lo que sientes por mí. – repitió Alec. – Dilo, dime lo que sientes. – Alec se recargo en el sillón cruzando su pierna con gracia. Preparándose para lo que Magnus diría a continuación y sabiendo que no lo haría.

Magnus jugo con sus manos nervioso. – No se trata de eso, estamos hablando de…

- Ser sinceros, me pides que lo sea, pero no recibo lo mismo de ti.

- Soy malo con las palabras, pero eso no significa que no… que… que no tenga sentimientos increíblemente profundos por ti.

Alec llevo una mano a su rostro. – ¿Sentimientos increíblemente profundos por mí? -Repitió Alec. - Eres increíble. – Dijo sonriendo.

Magnus soltó sus manos para ponerlas sobre su pecho, Alec se sorprendió, Magnus no era de los que demostraba afecto tan abiertamente.

- Sé que te debo más que tontas palabras, pero te aseguro que estoy trabajando en ello. Lo intento ¿Puedes creerme?

Alec se compadeció y acaricio el rostro de Magnus. – Lo sé, puedes no decirlo, pero lo demuestras cada día. - Era verdad, Magnus no había dicho Te Amo a Alec, no como quisiera que lo hiciera, pero aun así a Alec no le quedaba duda de que lo hacía.

Te amo. Pensó Magnus, no lo dijo. En cambio, busco los labios de Alec, encontrándolos dulces y seguros. Envolviendo sus brazos alrededor de él sintiendo sus hombros, la forma perfecta de su cuello, su olor esquicito y su sabor endrogante.

Alec se perdió en un segundo en Magnus, en sus caricias y sus labios eufóricos, todo el día estuvo pensando en Magnus y ahora que lo tenía cerca solo quería llenarse de él para tolerar el siguiente día. Alec intento jalar a Magnus por encima de él, pero Magnus se lo impidió.

- Espera, tenemos aún una charla pendiente. – Dijo Magnus sin aire.

- No me molestaría dejarla para más tarde. – Dijo Alec moviendo sus labios al cuello de Magnus.

Magnus se levantó alejándose de él. – En verdad quisiera que lo intentaras.

Alec se compuso lo mejor que pudo. – Es difícil con tus labios en los míos o tus manos en…

- Alec.

Alec se dio cuenta de que no había más salida, siempre había evitado hablar de su padre, el hombre comprensivo que todos conocían, pero que nadie lo hacía como Alec, por desgracia. Alec golpeo levemente el lugar a su lado, invitando a Magnus a que volviera cerca. Magnus lo hizo preparándose para la confesión.

- Mi padre, él es… - Inicio Alec con dificultad. – Intento complacerlo, tu sabes él es generoso y ama a mis hermanos y a mi… y…

Magnus se dio cuenta que era más difícil de lo que parecía. - ¿Qué es? ¿Qué pasa realmente?

- Tal vez no este complaciéndolo. – Dijo Alec. - Sino más bien ¿compensándolo?

Magnus no podía entender eso. – ¿Compensarlo? ¿Qué podrías haber hecho para que creas que le debas eso a tu padre?

Alec rio con dolor. - ¿En verdad crees que un padre puede aceptar tan bien que su hijo mayor sea gay?

Los ojos de Magnus se expandieron - No puede ser. – Dijo Magnus sin ocultar su horror. – No puede ser cierto.

- Nunca lo dijo. – Explico Alec. – Pero no hacía falta, las cosas que hacía, lo que les decía a las personas, llegue a pensar en alejarme. Irme lejos para que no tuviera que verme o yo verlo.

Magnus se acercó aún más a su novio. – Lo lamento.

- Una mañana miro entre el correo la convocatoria a la carrera y su rostro cambio, pensó que yo había pedido la información, fue un mal entendido, pero al ver su rostro. Es decir, me miro como hacía mucho no lo hacía y… simplemente me gusto, pensé que tal vez, si hacia eso tan pequeño que le hacía feliz con respecto a mí, entonces tal vez algún día me aceptaría por completo, eso espero, en realidad. Cuando entre a la universidad, todo cambio, comenzó a hablarme de nuevo, les hablaba a sus amigos de mí, de lo que estudiaba, de mis calificaciones, por primera vez estaba orgulloso de mí.

- Me es difícil pensar en tu padre de esa manera.

- No quiero que me malinterpretes, mi padre no es una mala persona, quizás ni siquiera sabía lo que estaba haciendo, me gusta pensar que no sabía cómo acercarse a mi después de que les dije. Pero sé que le gusta lo que estudio, que está orgulloso de eso y no podría quitarle eso, no puedo.

- No le debes nada a tu padre y no hay nada de malo en ser quien realmente eres, o en luchar por las cosas que en verdad te gustan, es tu vida, Alec, no la de tu padre.

- No importa, Magnus, porque no puedo, no puedo enfrentar a mi padre.

Magnus acaricio su rostro lentamente, sus ojos de gatos eran tiernos y preocupados. – No hay nada que no puedas hacer, Alec Lightwood.

Alec sonrió sinceramente. - ¿Es todo? ¿No me dirás que debo pensar en mi futuro? ¿que solo lo que yo piense es lo que importa incluso si se trata de mi padre?

- Acabas de decirlo, no te diría nada que no supieras ya.

Alec sonrió derrotado. – Olvido que eres el más sabio que conozco.

- Y nada me gustaría más que me dejaras ayudarte ¿De que podría servir si no puedo hacerte feliz?

- Esto no tiene que ver contigo. – Alec tomo con fuerza las manos de Magnus. – Me haces feliz.

- No quiero hacerte feliz, quiero que seas feliz, completa y plenamente feliz.

- ¿Desde cuando eres tan ambicioso?

- Desde que me liberaste, desde que te encontré y me demostraste que todo es posible y que no tengo que vivir a medias, no cuando te tengo.

- No necesitas hablar así ¿Sabes? ya estoy enamorado de ti. – Alec sujeto el suéter gris de Magnus y lo jalo para acercar al brujo.

- Quiero mantenerlo.

- Hay palabras mucho más simples que podrían ayudar. – Alec se recostó en el sillón con Magnus cada vez más cerca.

- ¿Y desperdiciar 400 años?

Alec podía sentir el aliento de Magnus con su boca, ambos recostados en el sillón tan cerca uno del otro. – Dilo, solo dímelo. – Susurro Alec.

Y Magnus trago saliva sin poder decir nada.

- Eres un caso perdido, Magnus Bane. – Dijo Alec y lo beso.

Los besos duraron el resto de la noche.

* * * * *

- Así que tu maestro es un vampiro. – Dijo Magnus riendo y tomando un sorbo a su bebida. Se encontraban en el restaurante italiano de la 2da avenida. Esperando a Lily, habían concertado verse ahí para que ella le dijera a Alec sobre lo que era. Magnus quería un lugar privado, pero Lily se negó rotundamente, no confrontaría a su amigo, el amo del drama, en un lugar que no fuera público. – Es bastante gracioso.

- Lo es – Dijo Alec. – Ahora dime ¿Qué quieres decirme sobre Lily?

- Bueno… es algo complicado.

- El asunto con Lily. – Dijo Alec sirviendo más vino a las copas. – Es que al final, nunca fue tan complicado.

- Eso no tiene ningún sentido.

- Lo tendrá cuando conozcas mejor a Lily. – Alec y Magnus chocaron copas, Alec se miraban un tanto más feliz a cada segundo, quizás a cada copa terminada. – Así que dime ¿Qué con Lily?

Magnus había llevado a Alec a este restaurante una hora antes de que Lily llegara, así Magnus podría contarle de su amiga y Alec tendría el tiempo de asimilarlo antes de enfrentarse con ella cara a cara. Ese era el plan, por lo menos antes de que Magnus la mirara, la vampira a pareció inesperadamente. Magnus la miro parada en la entrada con firmes intensiones de acercarse.

- Ella es increíblemente impuntual. – Dijo Magnus con nerviosismo, movió su cabeza en una negativa dirigida hacia Lily. Intentando decirle que aún no había hablado con él. Lily lo ignoro y comenzó a caminar hacia la mesa de Alec y Magnus.

- Alec. – Dijo Magnus poniéndose precipitadamente de pie. Alec le siguió por instinto y antes de que pudiera preguntar del por qué se estaban levantando en medio de la cena. Lily se colocó a lado de Alec.

- Que gusto verte. – le dijo Lily, y Alec sonrió, voltio hacia ella y se movió dispuesto a abrazarla deteniéndose a mitad de camino.

- ¿Qué demonios? – Murmuro el chico.

- Nop. – Dijo Lily sencillamente. – La palabra que buscas es vampiro ¿Qué vampiros?

Magnus tenía los ojos muy abiertos, mirando a Alec y a su reacción. – No creo que sea buen momento para bromear. – Dijo Magnus. - ¿Alec?

- ¿Qué? ¿Qué es esto? – Miro a Magnus. - ¿Tu lo sabias?

- Me entere ayer. Se supone que…

- Le dije que te lo dijera por mí.

- ¿Por qué? – Exigió Alec. - ¿Por qué no me lo dijiste antes? – La miro de arriba abajo, todo era claro para sus ojos ahora que tenía la visión, Lily era un vampiro, su amiga entrañable le había mentido con respecto a si misma. - ¿Desde cuándo?

La actitud de Lily no cambio en lo absoluto. – cien años, aproximadamente. – Lily abrió sus brazos. - ¿No ibas a abrazarme?

Alec se sentó rápidamente, cruzo los brazos sobre su pecho y tomo una actitud testaruda. – En lo absoluto.

Lily sonrió. – Ahora soportaremos a una Drama Queen toda la noche.

Lily tomo asiento a su lado, Magnus les miro aun de pie. - ¿Es todo? – Pregunto sorprendido. – ¿No habrá más reproches o reclamos?

- ¿Ya ordenaron? – Dijo Lily ignorando a Magnus.

- No te molestes. – Dijo Alec. – Dudo que haya O+ en el menú.

Lily levanto una mano como cuando se realiza la presentación de algo en particular. – esto. - le dijo a Magnus. – Un montón de referencias y malos chistes con respecto a mi siendo un vampiro.

Alec tomo de nuevo su copa. – Mis chistes nunca son malos ¿Magnus, porque no te sientas? – Le pregunto realmente extrañado por su posición.

- Lo has asustado. – Murmuro Lily.

- Claro, Porque soy yo la criatura nocturna chupasangre.

- Debes terminar con eso.

- Ni siquiera he comenzado y no deberías siquiera quejarte, aguantarme será el mínimo precio que podrías pagar después de haberme mentido de esta manera. Mentirme a mí ¡increíble!

Alec y Lily iniciaron una inofensiva discusión sobre los engaños entre amigos y como esto podría perjudicar sus gustos al ir juntos de compras. – Increíble. – Estuvo de acuerdo Magnus cuando volvió a su lugar en la mesa.

Unos reproches más tarde, Lily saco la mejor de sus armas. – Claro que pensé en ti, siempre lo hago. – Dijo la vampira mientras sacaba una caja pequeña de su bolso. – Te traje esto.

- No quieras comprarme con regalos.

- No es cualquier regalo - Dijo la vampira. – Es joyería.

Lily coloco la caja sobre la mesa. Y Alec la tomo, la abrió fingiendo no estar emocionado. – Wow. – Dijo al descubrir su regalo.

- Sabia que te gustaría.

Alec tomo su regalo y lo puso en el dedo índice de su mano derecha, un anillo más acompañando al que ya tenía en su dedo pulgar. – Esto no limitara mis ingeniosos chistes sobre ti y tus peculiares gustos culinarios.

Lily rio. - ¿Ingeniosos?

Alec le dedico una mirada de reproche, pero profundamente no se miraba más molesto. – Supongo que me preocupe por nada. – Dijo Magnus al ver como Alec seguía contemplando su regalo.

- Yo no diría eso. – Dijo Lily transformando su rostro. – El ser honesta con Alec no es la única razón por la que decidí contarle. Aun que si la más importante. – Agrego al ver la expresión de su amigo. – Sin embargo, hay algo más y creo que no les gustara.

- ¿De qué se trata? – Pregunto Magnus con su nerviosismo habitual.

- Estuve en Londres estas últimas semanas y me enteré que Alexei De Quincey pretende venir a Nueva York.

Eso altero a Magnus. - ¿Estás segura de eso?

- ¿Quién es ese? – Pregunto Alec.

- De Quincey – Explico Lily. – Fue el líder del clan de vampiros de Londres durante cientos de años, esto hasta que decidió que los mundanos no merecían vivir a su lado y comenzó a matar sin ningún remordimiento.

- Dios mío. – Dijo Alec horrorizado.

- El vampiro hizo de las suyas hasta que un grupo de subterráneos decidieron que no les convenía que los mundanos cogieran antorchas y salieran a cazar seres sobrenaturales.

- Pero los mundanos no saben de ustedes.

- Lo saben. – Dijo Magnus. – De una manera errónea podría decirse. Hay tantas historias que se convirtieron en leyendas, todas ellas tienen algo de verdad. Los subterráneos hemos aprendido a escondernos, a adaptarnos y compartir el mundo con los mundanos. Estar en paz.

- Pero no todos quieren paz, no les interesa eso y De Quincey es uno de ellos.

- ¿Sigue matando personas? – Pregunto Alec.

- No lo dudo, pero no lo puedo probar. – Dijo Lily.

- ¿El Preator no hará nada al respecto? – Pregunto Magnus.

Lily le dedico una mirada inquisitiva. - ¿Cómo sabes que soy miembro del Preator?

- Tu medallón. – Dijo Magnus levantando un poco su mano tímida hacia la gargantilla que Lily llevaba. – Es de la organización ¿Cierto?

- ¿Qué es el Preator? - Pregunto Alec quien se miraba a cada segundo más confundido.

- Como dijo Magnus. – Explico Lily. – Es la organización a la que pertenezco y se encarga de mantener a raya a los subterráneos, así como también ayudar a los novatos. Cuando los hay. – Dijo la chica jugando con el medallón entre sus dedos. Ella se inclinó sobre la mesa y Alec pudo ver como su mente y sus ojos viajaban al pasado. – El Preator Lupus en ese entonces fue creado por Wesley Scott. Un joven emprendedor, tímido que intentaba evitar que la pérdida de su hermano no se repitiera.

- ¿Qué le ocurrió a su hermano? – Pregunto Alec.

- De Quincey lo asesino cuando este intento llevarse a una de sus favoritas. – Lily miro a Magnus. – Tu novio vivió esta historia trágica muy de cerca ¿No es cierto, Magnus?

Magnus suspiro en verdad mirándose muy triste. – Wesley fue un valiente joven que logro lo que nadie. Y su legado continuo a través del Preator.

Lily sonrió con malicia. - ¿Es todo lo que dirás? De acuerdo. Lo que sucede ahora es que De Quincy unió a sus antiguos seguidores. – Lily saco un pergamino antiguo. Alec miro en todas direcciones con nerviosismo, en su experiencia en restaurantes, no todos los comensales sacaban pergaminos milenarios y los colocaban sobre la mesa. – Nuestro informante nos envió esto, una copia fiel del hechizo que De Quincey intenta lograr.

Magnus tomo el pergamino para observarlo, él negó con la cabeza. – Este hechizo es imposible de lograr. – Dijo sin más.

- ¿Lo es? – Pregunto Lily sin ser amable. - ¿Por qué lo dices?

- Lily. – Llamo Alec a su amiga al notar la hostilidad hacia Magnus.

- Este hechizo necesita la sangre de todas las especies. – Dijo Magnus. – Un Seelie, un vampiro, un hombre lobo, un brujo, un mundano – Magnus levanto la mirada para encontrar la de Lily - y un Nefilim. Ellos no existen, así que…

- Así que hemos llegado al punto que nos compete a todos.

- ¿De qué hablas? – Pregunto Alec.

- Alguien le informo a Drácula que una Cazadora de Sombras llego de otra dimensión, tomo el cuerpo de Clarissa Morgenstern de esta dimensión y ellos piensan que eso pudo despertar la sangre de Nefilim en ella.

- ¿Estás diciendo que…?

- Irán tras Clary.

- Dios mío. – Dijo Alec y se levantó de la mesa. – No puede ser, no.

Lily lo sujeto del brazo. – Ahora mismo un miembro del Preator está cuidándola. – No estaría aquí sentada a tu lado si ella estuviera en peligro.

Las palabras de Lily y la forma en la que las dijo dieron cierta tranquilidad a Alec quien, después de un momento regreso a su lugar.

- No lo entiendo. – Dijo Alec. – Clary no recuerda nada de eso, ella no es una Cazadora de Sombras.

- Pero ellos intentan cubrir todas las bases. Si hay una posibilidad de que sea verdad. lo harán. Clary es lo más cercano a un Nefilim que tienen ahora.

- ¿Cómo lo supieron? – Pregunto Magnus. - ¿Quién les dijo sobre Clary viniendo de otra dimensión?

- Todos sus más leales sirvientes volvieron a él… todos. – Repitió Lily haciendo énfasis en la última palabra. – Uno de ellos no dudo en ir corriendo a informarle lo que ocurrió.

- Pero nadie además de nosotros sabe lo que ocurrió, Incluso Clary, no recuerda nada de lo que sucedió ese día, estuve con ella esa tarde, nada cambio, no había forma de que alguien se diera cuenta. nadie… - La mirada de Alec cambio a una de horror. – Excepto Camille.

- Clin, clin, clin, clin. – Dijo Lily imitando el ruido de una campana. – Tenemos un ganador.

- No. – Dijo Magnus. – Camille se alejó de De Quincey cuando asesino a Ralf, ella nunca lo perdono, no traicionaría su memoria de esa manera.

- Camille es desde hace décadas una de las más fieles seguidoras de Alexei, tal vez en el tiempo en el que estuvieron juntos, solo te hizo pensar que se había alejado, pero es momento de que afrontes la realidad.

Magnus se quedó en silencio sin poder decir nada.

- Camille, nos ayudó. – Dijo Alec en defensa de Camille. - Ella me advirtió de Magnus en peligro. Me ayudo a encontrarlo y salvarlo.

- No le hubiera gustado perder a tan valioso aliado. Obviamente vino a reclutarte, Magnus, es obvio. – Lily miro a Alec. – Nunca se imaginó que se toparía con un gran impedimento.

Magnus no era bueno ocultando sus emociones, estaba exasperado y completamente ofendido por lo que Lily le estaba diciendo. - ¿Tienes pruebas? De todo lo que dices.

Lily cruzo los brazos sobre su pecho. – No, todo es…

- Especulación. – Dijo Magnus. – No puedes esperar que crea lo que dices de Camille, es mi amiga, la conozco de hace más de un siglo, no puedo decir lo mismo de ti.

- Alec me conoce.

- Hasta hace apenas unos minutos no sabía realmente quien eras. Camille, nunca se ha ocultado, no como tú lo has hecho. – Magnus se puso en pie. – No me quedare a escuchar como difamas a mi querida amiga. – El brujo miro a Alec con la expresión de angustia en su rostro. – Quédate si quieres, yo no.

Magnus se alejó de la mesa y Alec se levantó dispuesto a seguirlo, estaba buscando dinero en su cartera cuando Lily le sujeto el brazo. – Debes tener cuidado, no sabemos en donde esta Camille ahora, pero…

Camille está aquí. Pensó Alec, pero algo en su mente lo detuvo. Una fuerza poderosa que no comprendía. Recuerda que es nuestro secreto. Escucho una voz en su cabeza quien le impidió decirle eso a Lily.

- Lily – Dijo Alec preocupado. – Clary… Ella.

- La mantenemos vigilada, Camille no se acercará a ella, ni nadie quien pueda dañarla.

Alec arrojo billetes a la mesa y salió en busca de Magnus tan rápido como pudo. Al estar en la calle miro a ambas direcciones, no había rastro de su novio, no le tomo mucho tiempo ver a través del callejón justo al lado del restaurante el rastro de Magia, Magnus había usado un portal. El chico tallo su rostro con frustración, estaba decidiendo que hacer a continuación, ir al departamento de Magnus tendría que ser la opción más sensata. Fue entonces que la escucho.

Acércate. Dijo la voz conocida dentro de su cabeza, claramente y sin poder ignorar. Aquí, ven.

Los ojos de Alec se perdieron, su frustración se fue y camino sin voluntad hacia el callejón. Se adentró hacia la parte más oscura hacia donde estaba siendo llamado y donde la voz se hacía cada vez más y más fuerte. Ahí encontró a Camille, quien estaba sonriendo.

- Hola, Alexander. – Le dijo. – Tengo algo para ti.

Presionándola con fuerza, la vampiro mantenía en su mano una daga que levanto hacia Alec.

Continuara…


@MayGraciel


Comentarios

  1. No me sorprende, ella ni en otra dimensión puede dejar de ser una perra. Oye May acaso quieres que todo el equipo vuelvan a ser nefilims?? Porque te digo que no me desagradaría y sabes deberías hacer que Magnus o Alec le cuenten a los otros.
    Y que hay de Simon, sería mundano, vampiro o nefilim?? Me intriga deberás.
    Me gusto mucho, pero por favor, te ruego que Alec despierte pronto o algo, no me gusta que sea el perrito de Camille. La odio con toda mi alma...

    Besos, te quiero. :)

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  2. Hola hermosa,

    Con TANTO que hacer y te das más tiempo para nosotras envolviendonso y apaapchandonos
    con otras historia al otro lado de tu corazón, ERES INCREIBLE.

    Te adoro, un beso:

    Pita =3

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  3. yey! que bueno que lo retomaste! Ahora, a esperar el siguiente =D

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  4. Qué bella forma de despertar, leyendo una buena historia haciendo más grato mi camino a la escuela. Aquí estoy buscando que releer y hay un nuevo capítulo! Gracias! :3

    P.D. Ni siquiera en otra dimensión Camille deja de ser una maldita. La odio tanto...

    Muchas gracias por la historia, estaré pendiente por cualquier actualización, ya sea de esta o guerra fría(que estoy super intrigada con qué pasará)

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  5. Muchisimas gracias por continuar mundo invertido. Como siempre es un placer leer lo que escribes, me atrapas en la historia. Ahora solo me queda morir de impaciencia esperando la continuación de esta y de Guerra fría.

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  6. wowww!!!!!!!!!!!!!! estuvo geniallllllllllll mas mas !!!!!! odio a camile en cualquier universo jejej

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  7. Camille siendo una perra en todas la dimensiones!! La odio ... Pero a ti te amo May!!! Gracias por escucharnos y seguir con mas historias de esta dimensión!! Esté capítulo esta muuuy bueno!! Aun que presiento que voy a sufrir... Solo espero que no seas muy mala y no me hagas sufrir al menos hasta que termines Guerra fría jajaja :3 Amo a este Magnus y Alec son taaan lindos <3

    Actualiza pronto!!!!

    Pd: primero guerra fría!!!!

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  8. La parte del libro que camille le da a alec me recordo al libro de los heroes. Con su grabados antiguos y su caligrafia en letra. Dorada En enserio *-* me sorprendió que continuaras la historia amo esta tercera parte aunque sigo entrando en pánico por todo lo que escribes. Ojala no te tardes en actualizar alec no puede morir ademas de que camille sabe que el fs la persona que buscan.
    ACTUALIZA GUERRA FRIA MUJER ME ESTAS MATANDOOOOOOO

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    1. Yo estoy igual ya quiero la continuación de GUERRA FRIA PERO YAAAAAAA

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  9. ¡Esa eres tu! Haciendo mucho mejor las historias de Cassandrax ¡te adoro hermosa! Gracias por actualizar a fin e nes, éste ficha está increíble ¿Es muy difícil el modificar la historia? ES decir, esta en una dimensión totalmente diferente y ya de por si modificar un libro es complicado ¿No?

    Ya nee~

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  10. Lo ameeee muchoooo, siempre me sorprendes, me encanta como escribes enserio sigue así <3

    Me alegraste la noche :3

    -Mare

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  11. Muchísimas gracias por continuar esta preciosa historia. Pero sobre todo por hacer la continuación interesante.
    He leído en otros comentarios que ya contaban con que Camille fuese una perra (:-D ). Pero a mí me ha sorprendido, quizá porque en este mundo invertido esperaba que fuese buena. ¡Qué se le va a hacer!... O:-)
    Y otra cosa que me ha chocado es que Robert también tenga problemas con la sexualidad de Alec. Además no veo a este Alec complaciendo a su padre por ese motivo. Pero respeto tu visión y la disfruto como siempre.
    Bueno, guapísima, espero con paciencia que continúes cualquiera de estas maravillosas historias.
    Muchísimos besos.
    Merce (España)

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  12. Hola! Te invito a leer mi novela Ocultos
    https://ocultosbyfv.blogspot.cl :)

    Una historia de una chica de 16 años que pronto se dará cuenta de que existe un mundo oculto detrás de su realidad! :)

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  13. Hola te felicito tu historia esta muy padre es fascinante ver aun Alec diferente a como es en realidad no esperaba algo así y menos que Magnus sea la contrario, creo que la esencia de Camille aunque sea un mundo invertido no debería de cambiar, espero con ansias la continuación ya que haz dejado muy emocionante esta historia.

    Abrazos

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  14. hola, acabo de leer el mundo invertido, pero me gustaria seguir con la historia, es posible que se haya publicado si es asi por favor decicme donde para poder seguir leyendo. gracias un beso

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