Guerra Fria V - Engaños y Esperanza
Will había tenido
recientemente muchos encuentros con hadas, unos agradables como lo eran cada
vez con Nathan, otros no tan amigables como con esa hada Gwyllion, y otras
extrañas, como ahora que tenía frente a él y toda su familia a Vladimir, el
acompañante y tutor de Nathan, de su primo en sangre.
- ¿A que debemos tu
visita? – Pregunto Jace después de un momento.
Vladimir permaneció en
silencio, Cecily, Charlie y Gabriel atravesaron la habitación corriendo y
riendo, desconociendo por completo la seriedad del momento, Isabelle se movió
intranquila.
- Esta bien. – Dijo
Edrian caminando hacia ellos. – Los cuidare. – El joven asistente llamo a los
tres pequeños y salió de la tienda, no sin antes recibir un asentimiento de
parte de Alec. Un agradecimiento sincero y silencioso.
- Vladimir de la corte Seelie.
– Dijo Alec en una postura seria. – Se te hizo una pregunta.
- ¿Es Nat? – Pregunto
con urgencia Max sin contenerse, - ¿Esta bien?
Vladimir le miro y le
sonrió. – Maxwell Lightwood, puedo prever ¿Cierto? Fue sencillo saber quién
eres.
- Soy azul. - Dijo Max
sin emoción. - No alardee.
Vladimir no dejo su
sonrisa, - Las hadas no nos sorprendemos con esas características. – Dijo el
hada. – Supe quien eras por como demandaste por Nathan, lo supe por tu sincera
preocupación, él te llamo su mejor amigo, ahora veo que es verdad.
Will hizo un ruido de
enojo. – Eso es ofensivo, tendré que reclamarle.
Vladimir le miro, una
mirada de ternura, rara en los semblantes fríos y pretenciosos de las hadas. –
William Herondale. – Dijo. – La alegría en los ojos de mi príncipe.
Los ojos de Will se
iluminaron y Clary llevo una mano a su pecho, había tanto que quería decir y
preguntar, era difícil hablar con las hadas, siempre lo era, no quería
entorpecer lo que sea que haya ido a hacer esa hada en un instituto Nefilim.
- Por favor. – Pidió
Max, ahora con amabilidad. – Dime ¿Esta mal Nathan?
La sonrisa de Vladimir
finalmente se alejó. – Nathan no está bien. – Dijo y Alec noto la respiración
de su hijo cortándose. – Está pasando por una profunda perdida. Temo por su
corazón.
- Necesitamos que seas más
práctico. - Dijo Jace. - ¿Eso ha sido metafórico?
- Los Cazadores de
Sombras y su pobre manera de hablar.
- Las hadas y su
necesidad del drama. – Dijo Isabelle.
- ¿Qué perdida? –
Pregunto Max. Alec y Magnus intercambiaron una mirada en común acuerdo, Max
nunca se había mirado tan serio por algo.
Vladimir levanto la
cabeza en un respiro. – Blanco. La reina ordeno su ejecución. Se ha ido.
La mente de Max viajo a
las escenas del pasado, escenas interminables en donde Will, Nat y él
compartieron momentos divertidos y mágicos con Blanco. Blanco que era el
compañero de Nathan, su protector, su más sincera compañía en el mundo de las
hadas.
- Fue mi culpa. – Dijo
Max con sus ojos cargados de lágrimas, luchando por no dejarlas salir. – Si no
me hubiera ayudado.
- Max – Llamo Alec a su
hijo y Magnus se movió a tomarlo, y abrazarlo con fuerza.
En ocasiones Will lucia
como muchas cosas, pero nunca como un niño pequeño, el niño que aún era, y que
hizo que todos recordaran cuando cayó al suelo y comenzó a llorar. Clary se movió
a su lado para consolarlo. Susurrándole amablemente como solo una madre podría
hacerlo.
- No lo entiendo. –
Dijo Isabelle. - ¿Quién es Blanco?
- El corcel que ayudo a
Max. – Dijo Alec con sus puños a sus costados. - ¿Cómo pudo hacer eso? su hijo
amaba ese caballo.
- Lo ama. – Dijo
Vladimir. – La Reina quiso enseñar una lección a su hijo.
- Esa no es una
lección, es un castigo. – Dijo Alec furioso.
- Mi Reina es sabia, no
vine aquí a que la juzgaran en mi presencia.
- ¿Cómo puedes ser leal
a alguien tan horrible? – Pregunto Clary con el rostro de su pequeño en sus brazos.
- Jure lealtad a la
familia Real, y mi lealtad morirá cuando yo lo haga.
- No lo entiendo,
entonces. – Dijo Clary. - ¿Por qué vienes aquí a torturar a nuestros hijos?
- Nathan es su
príncipe. – Dijo Max un poco más compuesto, Magnus seguía a su lado. - Viniste
para ayudarlo. ¿Cierto?
- Eso depende. – Dijo
el hada.
- ¿De qué depende?
- De lo que descubra en
ustedes, Cazadores de Sombras.
- ¡¿Qué esperas
encontrar?! – Pregunto Clary levantándose ferozmente, confrontando a Vladimir.
– Si esperabas que te dijéramos que no nos interesa, o que dejaremos que Nathan
siga con esa maldita mujer, estas equivocado, Nathan es un Morgenstern y un
Fairchild. – La voz de Clary era fuerte, en llamas, como todo en ella. – ¡Es
nuestro! y protegemos a los nuestros. Corre y dile a tu reina.
Jace se tensó, ahora y
a pesar de que sabía que no lo necesitaba, estaba dispuesto a defender a su
esposa de cualquier reacción del hada. Lo que paso le sorprendió.
Vladimir sonrió. – No lo
hare. – Dijo. – Y así les ayudare. Mantendré en secreto el deseo de su familia,
pero Nathan no saldrá de ese reino si él no lo quiere, solo hasta que me lo
pida, solo hasta que este seguro de su bienestar, le dejare venir a ustedes.
- No necesitamos de tu
permiso. Vendrá con nosotros, con su familia.
- Una familia de
Cazadores de Sombras, los mismos que exiliaron a una de los suyos por ser
exactamente lo que Nathan es.
Clary se quedó sin
habla.
- Nathan es mitad hada y,
además, el hijo del Nefilim que estuvo a punto de terminar con todos ustedes. –
Vladimir fue conciso. - ¿Qué podría esperar de La Clave para él?
- Nathan no tiene por
qué cargar con los pecados de su padre, - Alec fue severo en el tono de su voz.
– La Clave no es enemiga de ningún Cazador de Sombras, no más, cuando Nathan
venga a nosotros, porque lo hará, nosotros sabremos protegerlo.
Clary miro a Alec en
agradecimiento en mutuo acuerdo, una sensación no nueva pero poderosa al pensar
en el inicio de su relación hace ya muchos años.
- Hay voces, - Dijo
Vladimir. – hay historias de ti, el joven Cazador de Sombras que dobla las
leyes para ayudar. Incluso a las hadas.
- No a todas las hadas.
– Dijo Alec sombríamente.
- Es por ello que los
rebeldes han venido a ti, te convertiste en un faro de esperanza para ellos.
- Y en una pesadilla
para tu Reina, a la cual le has entregado tu lealtad.
- Así es. – Dijo
Vladimir confundido.
- Es por ello que no
podemos confiar en ti. – El comentario extrañó a todos en la carpa, pero nadie
hablo, la confianza en Alec estaba siendo depositada al cien por ciento. – No
podemos intentar comunicarnos con Nathan por ti, es demasiado importante para
nosotros y no nos arriesgaremos.
- No pueden llegar a
él, soy su única oportunidad. – Dijo Vladimir.
- No, no lo eres. –
Alec se movió hacia Magnus y ambos inclinaron sus cabezas juntos, así había
sido desde hace mucho tiempo, ellos hablaban entre ellos con cada movimiento de
sus cuerpos, Max en ocasiones pensaba que era alguna magia que su padre había
convocado para ambos, pero también sabía que solo eran ellos dos, siendo
perfecto el uno para el otro. Alec murmuro a Magnus y este asintió, cuando Alec
llego a una de las mesas, ahí, fueron convocados distintos instrumentos de
oficina. Alec tomo una hoja en tono marrón, escribió en ella, y como en el
pasado se hacía, la enrollo y sello en contenido con será y el emblema de La
Clave. Alec giro a Vladimir. – Entregaras esto a tu Reina. – Le dijo sin
equivocación. – Se le ha convocado al Salón de Los Acuerdos para una audiencia
con respecto a Nathan Morganstern.
Vladimir tomo el rollo
con su respiración agitada. – Ella no vendrá, ella…
- Entonces estará en
desobediencia y La Clave podrá reclamar a Nathan.
- La Clave no puede
reclamar nada en el reino de las hadas.
- La Clave puede
reclamar a uno de los suyos en cualquier lugar de la tierra. Tu Reina debe
saberlo.
Vladimir observo el
documento en su mano, no le preocupaba lo que pensara La Reina de él, podía
arreglárselas para que no se enterara de como este había llegado a él, pero le
preocupaba ponerlo en sus manos y que se enterara del interés de los Cazadores
en Nathan. Era un arma de doble filo para el chico.
- Le hare llegar esto a
mi Reina, pero deben prometer que protegerán a Nathan de La Clave.
- El Cónsul fue muy
claro. – Dijo Magnus. – Sabremos cómo protegerlo.
Vladimir no dijo una
palabra más, salió de la tienda y se escuchó el sonido único y mágico de un
corcel cabalgaba en el viento.
El sonido estremeció a
Max al hacerlo recordar a Blanco, el corcel que había caído y que no podía
dejar de pensar que era su culpa, Max se unió a Will en el suelo, Will dejo que
lo sostuviera para consolarlo.
La imagen era
desgarradora para los adultos, quienes no podían hacer nada para aliviar el
dolor de sus dos pequeños.
- ¿Crees que La Reina
venga? – Pregunto Clary con voz baja.
Alec le miro. – No. –
Dijo sincero. – Podría haber una posibilidad de que viniera, de que intentara
conseguir información, pero no hay posibilidad de que nos entregue a Nathan o
que le dé a él la elección de venir a nosotros.
- No lo entiendo, Alec
¿Por qué entonces lo hiciste? – Pregunto Jace.
- Soy el Cónsul, no
puedo actuar por mi cuenta, debo hacer todo con forme a La Ley.
- ¿Mientras? – Pregunto
Magnus sabiendo que Alec tenía una segunda intención.
- Mientras hacemos
nuestro propio plan para llegar a Nathan y traerlo. Una vez que lo saquemos del
reino de las hadas, podremos idear alguna forma de que La Reina no tenga más
poder sobre él.
Clary se relajó y se
sintió culpable por un segundo de haber creído que Alec había actuado solo por
vías legales, las cuales difícilmente ayudaban a cualquiera.
- Gracias. – Dijo la
chica.
- No tienes porque,
Clary. Es un Cazador de Sombras, La Clave ha abandonado a Cazadores de Sombras
antes, pero…
- Pero no bajo tu
mandato ¿Cierto, Alec Lightwood? – Jace le sonrío a su parabatai, orgulloso
como siempre.
Alec rio. – Deberían ir
a casa, convoque a la Reina en un par de días, debemos planear bien lo que
haremos.
Todos estuvieron en
común acuerdo. Alec se acercó a Magnus mientras los Lightwood y Herondale se reunían
con los dos pequeños en el suelo, ambos mucho más tranquilos.
- Lo llevare a casa. –
Dijo Magnus. – Hablare con él.
- Te lo agradeceré,
quisiera ir con ustedes, pero…
- Tienes trabajo aquí,
lo sé.
La mente de Alec estaba
ya trabajando en lo que haría. Apareció ese semblante pensativo que provocaba
en Magnus ayudarlo en todo cuanto estaba a su alcance. - ¿Qué necesitas? –
Pregunto el brujo.
- A Edrian. – Contesto
distraídamente, pero sin equivocación, ahora necesitaba a su eficiente
asistente para dar el siguiente paso. Se puso en camino aun envuelto en sus
pensamientos sin notar el rostro de Magnus. El cual solo le miro caminar hacia
el edificio con dos Cazadores que le resguardaban.
Se quedó parado
observándolo por un poco más de tiempo, su caminado seguro e imponente, en las últimas
semanas a Magnus le parecía en muchas ocasiones poder distinguir en Alec a dos
personas, su Alec, el chico ya no tan chico, inseguro que solo buscaba estar
con su familia y confortarlos en todo, siempre al pendiente de la seguridad de
Max y de Magnus. Y al Cónsul, el hombre joven con semblante ilegible que
siempre estaba pensando en lo que podía cambiar para mejor, en lo que podía
alcanzar y que no, pensando en actuar de inmediato como si no tuviera mucho
tiempo para hacerlo, dedicado y certero como cualquier otro Cazador de Sombras.
Ahora, caminando lejos de él y de su familia, solo lograba ver a ese último. Al
Cónsul.
*
* * * *
Nathan estaba en su
habitación, había comprobado que lejos y fuera del castillo no le era fácil
conseguir privacidad, los sirvientes y Vladimir siempre estaban merodeándolo,
¿Desde cuándo había adquirido tanta atención? Era una sensación poco agradable.
Nathan estaba sobre su cama mirando hacia el alto techo de piedra, levanto su
mano y por su ventana comenzó a crecer una enredadera que giro en torno a un
pilar hasta llegar a las enormes vigas de madera que unificaban la construcción
de roca, las flores comenzaron a salir de la planta, blancas, como pequeños
copos de nieve, movía su mano confeccionando, y mariposas del mismo color
entraron y se posaron sobre las flores, las mariposas significaban luto para
las hadas y su corazón seguía en dolor por la pérdida de su corcel, corcel
Blanco como las flores y mariposas que ahora le rodeaban.
Hubo un momento en el
que perdió la concentración, frente a él apareció un mensaje, Nat lo tomo y
comenzó a leer sin pensarlo mucho.
Sabía
que había pasado algo malo, ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué…
Nathan dejo de leer
arrugando ferozmente el mensaje y tirándolo a un lado, recordó a Max, la
sensación de su mano tibia sobre su mejilla, sensación que solo le hacía peor
al siguiente sentimiento, su rostro al ver a su padre viéndolos, el miedo, la
sensación de que lo que estaba haciendo era un error, Nathan sabía que lo era,
era un error creer que Max podría sentir algo más por él, algún sentimiento que
podrían compartir y que les haría feliz, que los mantendría juntos durante
mucho tiempo, algo que… Nathan sacudió su cabeza obligándose a sacar esos
absurdos pensamiento, Max era un Lightwood, era hijo del Cónsul y nunca podría
pensar en una hada, no como quería que pensara en él.
- ¿Por qué entregar tu
corazón, cuando podrías no hacerlo? – Dijo Nathan en voz alta mirando a las
flores y las mariposas, pruebas de su dolor.
*
* * * *
Los guardias dejaron a
Alec cuando este entro a la oficina del rector del instituto. Necesitaba
encontrar a Edrian y no pensó en un mejor lugar para hacerlo, la oficina estaba
desocupada, al parecer incluso el director seguía en la celebración, Alec tomo
unos papeles del escritorio apresuradamente y se dirigió a la puerta al costado
de la habitación, la que conectaba con una oficina más pequeña que Edrian y él
habían adoptado en el proceso de poner en funcionamiento el instituto los
pasados meses, Alec abrió la puerta para entrar.
El sol estaba
ocultándose por una de las colinas en el horizonte y su luz anaranjada entraba
por el ventanal, la luz brillante iluminaba a Edrian quien parecía haberse
quedado congelado al escuchar la puerta, el muchacho tenía una camisa entre sus
manos, en sus manos y no sobre su cuerpo, Alec miro la forma perfecta de sus
hombros desnudos, las marcas coloreadas de las runas caminando por sus brazos y
espalda y las cicatrices plateadas bailando entre sus omoplatos y cuello, en
sintonía con su piel pálida y brillante. Edrian giro y su mirada negra se posó
en la azul de Alec Era como si la imagen no pudiera convertirse en algo más
hermoso, sin embargo, Alec pudo ver un medallón cayendo en su pecho a la altura
de sus pectorales también marcados en gris y plata, la runa del ángel sobre el
cuerpo de uno de sus hijos.
Edrian miro la
expresión de Alec, tranquila pero confundida, no aparto la mirada, como si no
pudiera hacerlo, Edrian sonrió ante la atención de Alec, el cual pareció haber
despertado de su aturdimiento obligándose a sí mismo para hacerlo.
- Lo siento. – Dijo el Cónsul,
- ¿Debí tocar?
- No realmente. – Dijo
Edrian riendo cuando Alec se giró finalmente para no verlo tan indiscretamente.
– Es solo que necesitaba cambiar mi camisa.
Alec se movió al
escritorio. - ¿A qué se debe eso? – Pregunto poniendo ahora su atención a los
documentos sobre él.
- Se me ocurrió seguir
en un juego a tus sobrinos y…
Alec levanto su mirada,
Edrian aún no se había colocado la camisa. – Lo siento por eso. – Dijo. – Ellos
son imparables.
- No importa. – Dijo
Edrian aun sin ninguna intención de terminar de vestirse.
Sus miradas se quedaron
fijas una vez más. - ¿No deberías…?
- Claro. – Edrian se
miró un poco decepcionado por la petición de Alec a que se vistiera. Se sintió
de nuevo complacido cuando por el reflejo de la ventana noto a Alec aun
mirándolo. De una manera culposa quizás, aun así, le miraba.
- Me divertí. – Dijo
Edrian. - tus sobrinos son… ingeniosos.
- Cecily es ingeniosa.
– Dijo Alec riendo volviendo a los documentos. – No creí que te gustaran los
niños.
- Me encantan, hay
muchas esperanzas en ellos, me gustaría tener un hijo algún día, ya sabes, si
encontrara a la persona adecuada. – La mirada que le dedico después de esas
palabras, hizo que el rostro de Alec se tornara rojo.
- La encontraras. –
Dijo Alec tragando con fuerza.
- De eso estoy seguro.
– Respondió Edrian con toda la intención en sus palabras.
Alec le miro a los
ojos. – Me gusta cuando hablas así. – Dijo sonriendo.
Edrian se decepciono,
ahí estaba de nuevo, Alec cambiando el tema sin prestar ninguna atención a sus
insinuaciones. Le sonrió finalmente. – En ocasiones es fácil, tan fácil como
respirar, en otras…
- No necesitas
recordarlo, no ahora, no tienes que hablar de ello, no si no lo quieres.
- Se ha vuelto
sencillo, un poco menos difícil, quizás. – Edrian miro como Alec se acercaba a
él con interés, solo había unas pocas personas que conocían su trágico pasado,
Alec era una de ellas, y el que lo supiera le gustaba, como una forma poderosa
de unirse aún más a él, le gustaba la forma tan sincera en Alec de demostrarle
interés.
Alec distraídamente
toco el brazo de Edrian. - ¿Sabes a que se debe eso?
Edrian sonrió, una
sonrisa tan resplandeciente que hizo que Alec despertara de una especie de
transe al ver el sufrimiento de Edrian. – Tengo una leve idea de quien pudiera
ser el responsable.
Hubo algo en esa
sonrisa y mirada que hizo que Alec apartara rápidamente la mano de Edrian. Alec
sacudió su cabeza. – Yo… Necesito tu ayuda. – Dijo el Cónsul siendo practico. –
Debes mandar un mensaje a la Isla Wrangel, es necesario encontrar la manera de
tumbar las protecciones de Seelie en caso de ser necesario, - Alec se alejó de
Edrian, como si este fuera un objeto peligroso. - Y sin duda lo será.
– Creo que sé a quién
quieres que llame.
- No solo debes
llamarle, debes traerla, es necesaria aquí.
Edrian asintió.
- No hay Cazador de
Sombra que conozca más sobre protecciones mágicas que ella. – Continuo Alec. –
Trae a Helen Penhallow.
*
* * * *
- De acuerdo,
Blueberry. – Dijo Magnus colocando una silla frente a su hijo quien miraba la televisión
sin mirarla, sus pies se encontraban pegados a su cuerpo y el control remoto
estaba en su mano, en la última media hora la programación había viajado del
ultimo canal al primero sin posibilidad de que Max se detuviera. Las
televisiones o computadoras en Idris eran privilegios de unos pocos, cuando tu
familia se conformaba de dos brujos, las posibilidades aumentaban – Sé que te
afecto lo que ocurrió con Blanco, es terrible, una pérdida irreparable.
Max pareció haberse
abrazado más a sí mismo. - ¿Pero? – Dijo el chico.
- No hay un Pero, Max – Magnus suspiro. – Necesito
que seas sincero conmigo. – Pidió su padre. - ¿Tu y Nathan…?
- Somos amigos.
- ¿Estás seguro de que
solo te agrada como amigo?
Max tardo en responder -
¿A qué viene esto?
- Me preocupo por ti y
por tus sentimientos.
- No te preocupes, no
pretendo enamorarme, no en mucho, mucho tiempo. – Max se levantó y camino a la
cocina. Magnus le siguió sintiéndose muy confundido.
- ¿Mucho, mucho tiempo? ¿A qué te refieres con eso?
Max dejo una caja de
galletas a un lado. – Somos inmortales, si me enamoro a los catorce, mi vida
será un desastre. No lo hare, no me enamorare.
- Max – Dijo Magnus. –
No, cariño, no. Lo has entendido mal. El que seas inmortal no significa que
tengas que negarte a sentir lo que tu corazón dicte por las personas.
- Enamorarme cuando sé
que les perderé eventualmente. No es muy inteligente. ¿Enamorarte a pesar de
saber qué sufrirás? ¿Quién haría eso?
- Max. – Llamo de nuevo
Magnus sin poder creer en parte lo que estaba escuchando. – No debes…
- No necesito iniciar a
sufrir por amor a los catorce. Me espera mucho, ¿Cierto?
- Más de lo que te
puedes imaginar. – Magnus se acercó a su hijo. – Pero si no estás abierto a las
posibilidades, imagina en todo cuanto te perderás.
- ¿Incluso el dolor?
- El dolor es parte de
la vida, el dolor te hace fuerte, te moldea, así como las personas que
mantienes a tu alrededor, como tus sentimientos. No puedes evitar el dolor sin
arriesgarte a perderte a ti mismo. – Magnus enredo su enjoyada mano en el
cabello revuelto y azul de su hijo. – Estoy muy seguro de que eres capaz de
afrontar el dolor y que descubrirás que vale el dolor cuando estás enamorado y
estas con esa persona.
Max se movió
nerviosamente. – Quieres decir… es decir… si yo me enamorara de alguien, tu…
- No tan rápido
jovencito. El que estés abierto a las posibilidades no significa que dejare que
tomes las peores decisiones.
- Pero acabas de decir…
- Sigo siendo tu padre
y tú sigues teniendo catorce años, estoy aquí para guiarte en la medida que me
sea posible. Créeme, hijo los Fairchild son un montón de problema en unos
cuerpos diminutos, algún día aprenderás.
- ¿Dices que puedo
enamorarme de quien sea, excepto Nat?
- Los vampiros también
están en veremos.
- Esto es opresión.
Magnus beso la frente
de su hijo. – Lo sé, lo siento, pero te amo demasiado.
Magnus se alejó de su
hijo para entrar a su habitación, dejando a Max pensando en Nathan y en la
posibilidad de que se enamore de él, y en como su padre había plantado la idea
de que el dolor valía la pena, sin embargo, al parecer, Nathan no lo hacía, por
lo menos no para su padre.
Max se tumbó sobre el
sofá una vez más para obligar a su mente a no dar más vueltas al asunto, por el
bien de su razón.
*
* * * *
- Alexander. – Llamo el
Inquisidor a su hijo. – El consejo me informo que pediste traer a Helen
Blackthorn ¿Es cierto eso?
- Helen Penhallow – Corrigió
Alec, ellos caminaban desde la oficina principal del Gard hacia la sala del
consejo, Edrian caminaba a tan solo unos pasos detrás de ellos. – Y sí. Es
verdad.
El inquisidor detuvo a
su hijo tomándolo del brazo. – Sé que quieres ayudar a esa chica, pero no crees
que es más que obvio. – La voz de Robert fue baja, como si cuidara que nadie le
escuchara.
Alec no se inmuto en lo
absoluto. – No sé a qué te refieres con Muy
Obvio. – Dijo. -Pero si convoque a Helen fue porque necesitamos estar
listos para irrumpir en el reino de las hadas en algún momento determinado,
necesito sus conocimientos en salvaguardas ¿No fue enviada a la Isla Wrangel
por ello?
- El Consejo piensa que
estas poniendo tus propios intereses por encima de tu deber.
Edrian se tensó, si el
inquisidor no fuera el padre de Alec seguramente hubiera recibido un mal trato
de su parte. Alec lo noto y movió su cabeza discretamente para calmarlo. - ¿También
lo piensas? – Pregunto a su padre firmemente.
- No se trata de lo que
yo piense, Alec.
- Te lo estoy
preguntando. – Los ojos azules y severos de Alec se posaron en los de su padre.
- ¿Piensas que todo cuanto he hecho ha sido para mí conveniencia?
- ¡Por supuesto que no!
Eso es indiscutible, pero el consejo es alcaico, no logran ver lo que haces.
- Ellos siempre ven
todo a su propia conveniencia.
- Hay formas tangibles
de demostrarles que están equivocados, es decir… - Robert se notó por un
momento inseguro. - Hace meses que se aprobó la Ley de matrimonios entre
Cazadores y Subterráneos, y tú no te has casado con Magnus. – Robert se acercó
aún más a Alec mirándose sospechoso. - ¿No se han casado porque temes que se
malinterprete?
- No propusimos esa ley
por nosotros. – Dijo Alec. – Lo hicimos porque fundamos un instituto en donde
hay niños que necesitan un hogar y era absurdo pensar en que ellos podrían ir a
un lugar en donde sus padres tuvieran o no la oportunidad de unirse en
matrimonio. Necesitan familias protegidas por todas las leyes de La Clave. Solo
así se podrían proteger a esos niños de por vida.
- Aun así, no entiendo…
- Y lo que hago ahora
con Helen. – Dijo Alec interrumpiendo a su padre para cambiar de tema. – No
estoy trayéndola aquí sin motivo, ella seguirá en el exilio, al menos que se
gane su regreso.
- ¿Gane su regreso?
- Eso exactamente. –
Dijo Alec seguro. – No le puedo dar su libertad, pero puedo darle una
oportunidad de ganarla.
El rostro de Robert
Lightwood cambio a uno de resolución, había ido ahí pensando en advertir a su
hijo, sin pensar que su hijo tenía todo bajo control y con la mejor de las
intenciones. – Hazlo, - Animo Robert. – Haz lo que tengas que hacer para
ayudarla, y cuenta conmigo.
- Siempre he podido
contar contigo. – Dijo Alec sencillamente.
*
* * * *
Esta audiencia con el
Consejo era especial, Alec considero que Clary tendría que estar ahí como la
pariente miembro de La Clave de Nathan quien ahora sabían era un Cazador de
Sombras y un Morgenstern, el último de la línea.
- El chico es un hada.
– Exclamo el más anciano de ellos, quien había dirigido el instituto de
Alemania por más de dos décadas. – Nunca fue marcado, no sabemos si soporta las
runas.
- Las runas no son lo
único que te convierte en un Nefilim. – Dijo Clary. – Es tu sangre, tus
ancestros, tu deber…
- El niño hada no tiene
un deber hacia nosotros, nunca lo tuvo.
- Podemos dárselo.
- ¿Y lo quedra?
Hubo silencio en la
sala.
- Tenemos que
mostrárselo, exponerle sus opciones – Dijo Alec. – Es un Cazador de Sombras y a
pesar de que La Academia ha estado funcionando desde hace más de una década,
seguimos en desventaja. Necesitamos a todos los Cazadores de Sombras que
existen. Y Nathan tiene uno de los mejores linajes.
- También es hijo de
Jonathan Morgenstern, el mayor asesino de nuestros tiempos.
- Nathan demostró no
ser como su padre, ayudo a mi hijo. – Dijo Magnus. – Si me lo preguntan y sé
que no lo harán, yo le daría el voto de confianza.
- También yo. – Dijo el
Cónsul sin que a nadie le extrañara. Mirando afectuosamente al representante de
los hijos de Lillith.
Debemos ponerlo a
votación, entonces. – Dijo Lily desde el asiento que correspondía al
representante de los vampiros. – En realidad esto se está poniendo muy poco
ilustrativo. Ese chico es miembro de la familia de la impresionante Clarissa
Herondale. – Dijo con movimientos desdeñosos. – Todos sabemos cómo terminara
esto ¿Cierto?
- Nathan merece que le
quieran aquí no solo por ser mi pariente. – Dijo Clary. – Es un Cazador de
Sombras.
- Y, además. – Dijo
Lily golpeando una costilla de Maia que estaba, al contrario de Lily, tomando
las cosas con mayor seriedad. – Escuche del pequeño posible romance que podría,
surgir del chico hada y Maxwell Lightwood, quien es, tengo que decirlo, el
chico más encantador que jamás haya conocido.
Alec intento ahogar una
sonrisa mientras Magnus le dedicaba la mas de las severas miradas de desprecio.
– chismes. – Dijo Magnus. – Solo eso.
Lily sonrió. – Como
digas.
- Se realizará la
votación. – Levanto la voz Alec, en su postura como Cónsul. – Quien este…
- Antes de que continúe.
– Dijo uno de los miembros del consejo Nefilim, -Debemos aclarar que el voto
será solo por parte del consejo Nefilim.
Alec le miro
parpadeando. - ¿Quieres anular los votos del consejo de subterráneos?
- Claramente sus votos
no serían imparciales.
- Eso es una ofensa
para los representantes del submundo. – Dijo Edrian quien estaba parado al lado
de Alec. – No pueden hacerlo.
- Podemos y lo haremos.
– Dijo el hombre y miro a Alec. - ¿O será que el Cónsul ignorará esta petición?
Las miradas se posaron
en Alec quien no demostró ni la más mínima señal de coacción. El joven Cónsul
mantuvo la mirada fuerte sobre el mas anciano de los Nefilims, pareció
considerarlo por unos segundos y dio su respuesta.
- No. – Dijo. – No me
negare, la decisión caerá únicamente sobre el consejo Nefilim. – Alec miro
hacia la mesa de los representantes, - Debo pedirles una disculpa por no
considerarlos en esta ocasión, pero tienen razón, nos unen a Nathan lazos
fuertes que podrían nublar nuestro buen juicio.
Se formó una abrumes
intangible en la sala, las miradas de sus parientes y de los representantes
eran pesadas sobre Alec, sin embargo, no dudo. – Y Clary tiene razón, Nathan
merece que se le considere como Nefilim no solo por su sangre, sino también por
sus actos. – EL cónsul miro directamente a los ojos de cada uno de los miembros
del consejo, los que eran considerados los más sabios Cazadores de Sombras. –
Ustedes saben lo que hizo, a pesar de no tener que hacerlo, saben del castigo
que recibió por haber ayudado, por haber actuado como su corazón le dicto aun
por sobre las posibles terribles consecuencias. – Su voz fue firme y sin
equivocación. – Nathan quien tiene sangre Fairchild y Morgenstern, dos de las
familias más virtuosas de Cazadores de Sombras, quien posee claros sentimientos
de bondad y sentido de ayuda, valentía y poder. – Alec estaba de pie con su
postura perfecta frente al consejo. - Voten entonces ¿Nathan Morgenstern es un
Cazador de Sombras que quisiéramos en nuestras filas? ¿Nathan es alguien con
quien pelearían codo a codo? ¿Es alguien que quisieran cerca cuando estuvieran
luchando y en peligro?
Hubo silencio, y las
manos comenzaron a alzarse, sin titubeos, cuatro de seis manos se levantaron,
seguidas de la oración de aprobación, haciendo que Clary respirara de alivio.
*
* * * *
- Eso no fue tan
difícil. – Dijo Jace entrando a la oficina de su parabatai, junto a Clary, Magnus, Alec y Edrian. Se tumbó
despreocupado sobre uno de los sillones.
- Habla por ti. – Dijo
Clary – Fue aterrador. Alec, eso fue increíble, gracias.
- No fue nada. – Dijo
el Cónsul. – He aprendido a lidiar con ellos, es todo.
- Fue magnifico. – Dijo
Magnus acercándose a Alec, lo suficiente para acariciar detrás de su nuca. –
Jugaste su juego y ganaste, estoy impresionado.
- Lo que dije sobre
Nathan es verdad. – Alec miraba a Magnus. – Es un buen chico.
- Lo es. – Dijo Magnus
sin decir nada más, Alec sabía que no podía conseguir una aceptación decente de
parte de Magnus hacia Nathan, no cuando se tratara de Max y sus valiosos
sentimientos.
Alec sonrió mientras
Magnus se inclinaba para buscar sus labios, claramente intentando esquivar el
tema, hubo un ruido estruendoso detrás de ellos interrumpiendo el momento, ambos
giraron sus cabezas mirando a Edrian quien había dejado caer sobre el
escritorio una torre de documentos. – Informes. – Dijo sencillamente.
- Es cierto. – Dijo
Alec apartándose del lado de Magnus para ir detrás de su escritorio. –
Necesitamos planear como haremos para que Nathan venga a nosotros.
- La Reina no le dejara
venir, incluso si quisiera hacerlo. – Dijo Jace.
- Tal vez si hablamos
con él. Como dijiste. – Dijo Clary. - Mostrarle sus opciones.
- ¿Cómo haremos eso? No
podemos acercarnos a él, aun si pidieras una audiencia con él a través de la
Reina, esta se negaría.
- No tiene por qué
enterarse. – Todos en la habitación miraron a Edrian. – La Reina vendrá a una reunión
con el Cónsul, podemos aprovechar el momento en que atraviese las salvaguardias
para entrar y así hablar con Nathan.
- ¿Podemos hacer eso? –
Pregunto Clary.
- Técnicamente. – Dijo
Alec llevando una mano a su mentón, claramente considerando la opción.
- Si realmente tienes
pensado hacer algo así. – Dijo Magnus. – Debes estar preparado para las
consecuencias.
Alec rio. - ¿Desde cuándo
te preocupan las consecuencias?
- Alec, mi amor, esto
es serio.
- Estoy seguro que el Cónsul
está muy consciente de las consecuencias.
Magnus miro a Edrian
como si este fuera una mosca molesta. Le ignoro y miro de nuevo a Alec.
- Si el consejo se
llegara a enterar de esto…
- No lo harán, no te
preocupes.
- ¿Cómo puedes estar
seguro de ello? – Pregunto Clary con angustia.
- Porque seré yo el que
haga todo, iré al reino hada y hablare con Nathan. – Todos miraron a Edrian. –
Actuare por mi cuenta, si soy descubierto ninguna culpa caerá sobre el Cónsul.
Magnus, Jace y Clary
miraron de Edrian a Alec, ¿Cuándo habían planeado todo aquello?
- ¿Estás de acuerdo con
esto? – Pregunto Magnus a Alec consternado.
- Edrian insistió, y…
- Es la mejor opción, -
Dijo Edrian técnico y con seguridad. - Una misión en solitario tiene mayor
probabilidad de éxito.
- Mientras me reúno con
La Reina, Edrian intentara llegar a Nat, hablara con él, incluso intentara
traerlo, si él lo quiere para que logres hablar con él. – Clary asintió, de la
forma en la que lo hacen cuando algo realmente le gustaría.
- ¿Estás preparado para
reunirte con la Reina? – Pregunto Jace a su parabatai.
– Ella es… peligrosa.
- Espero contar
contigo. – Dijo Alec y Jace asintió con seguridad.
- Iniciare los
preparativos, - Dijo Edrian saliendo de la habitación.
Jace, Clary y Alec se
quedaron en una conversación sobre las posibles situaciones frente a la Reina.
Magnus salió de la oficina detrás de Edrian.
- Edrian, Espera. –
Dijo Magnus.
Edrian giro y le miro
con semblante duro.
- Quiero agradecer por
lo que harás.
- Es mi trabajo.
- No. No lo es. Lo que
me lleva a preguntar el porqué. ¿Por qué te arriesgas de esta manera?
- No tengo porque
responderte, brujo.
La boca de Magnus se dobló
en una sonrisa. – Si tenía dudas sobre si te agradaba…
Edrian bufo. – Nunca.
- ¿Lo haces por Alec?
- En parte. – Respondió
con frialdad Edrian.
- ¿Intentas ganar
puntos con mi hijo?
- Pierdes tu tiempo,
Magnus. No planeo hablar contigo.
- Bien, entonces, ve
ahí y arriesga todo por nada, eso parece ser tu estilo.
- No conoces nada de mí,
absolutamente nada.
- Dime, entonces. ¿Por
qué?
Edrian suspiro con
cansancio. – Si tanto necesitas saberlo, para que me dejes en paz, solo diré
que entiendo a Nathan, sé lo que es estar solo y sin saber a qué lugar
perteneces.
- Pasado trágico ¿Eh?
- No tanto como el
tuyo, puedo suponer.
Claramente Edrian
intentaba herir alguna fibra de Magnus Bane, si lo hizo, Magnus lo oculto muy
bien. – A los Cazadores de Sombras les encanta el drama, son muy buenos en
ellos, algo que nunca cambia y nunca lo hará, eso veo.
- Somos intenso, eso es
verdad, amamos como pocos y lo hacemos para siempre.
- Para siempre. –
Concordó Magnus. – Un único amor y es para siempre, eso es verdad. – Magnus rio
con un aire de triunfo y giro para volver a la oficina.
- También somos capaces
de amar a más de una persona, de la misma manera, con mayor intensidad. Hemos
descubierto que nuestros corazones sanan y aman nuevamente. Con el corazón de
un Cazador de Sombra, nada está escrito. ¿Sabes eso también, cierto, brujo?
Magnus camino de vuelta
hacia Edrian, claramente estaba por decir unas cuantas palabras en protesta.
Antes de que pudiera pronunciar cualquier cosa, una Cazadora de Sombras
apareció por el pasillo.
- Edrian tu caballo está
listo ¿Quieres ir a verificarlo? – La Cazadora se quedó de pie mirando a la
situación que evidentemente había interrumpido y al parecer afortunadamente. -
¿Todo bien aquí?
- De maravilla – Dijo
Edrian. - ¿O no, Magnus?
Magnus parecía ya un
ejemplo de serenidad. – De maravilla. – Concordó y se alejó con paso firme para
entrar de nuevo a la oficina.
Edrian y la recién
llegada se quedaron mirando al brujo. - ¿Todo bien? – Pregunto nuevamente
esperando una respuesta diferente y sincera.
- En verdad, Nessie.
Detesto a ese tipo. – Dijo Edrian con los puños cerraros.
- ¿Sabes que es el
esposo de tu jefe, cierto?
Edrian movió la cabeza,
- No es su esposo, nunca lo será.
- Estas jugando con
fuego ¿Cuánto tiempo crees que pase para que se casen? La ley fue aprobada.
- ¿Y porque crees que
no lo han hecho? Claramente las cosas no van tan bien como el brujo piensa.
- Oye, puedo entender
que te guste el Cónsul, pero tienen un hijo, en verdad creo que deberías
mantenerte al margen.
- Alec y Max merecen
algo mejor.
- ¿Mejor que un brujo?
¿A eso te refieres?
- Mejor que Magnus
Bane. Su reputación es… es decir, no tengo idea de porque alguien como Alec
estaría con alguien como él. Merece alguien mejor, y Max también.
Vanessa movió su cabeza
en desaprobación, su cabello negro y largo se movió por su espalda como si le
diera la razón. – Eres valiente, - Le dijo como si esto no fuera un cumplido. –
O estás loco, no sé qué pensar de ti. Tal vez no lo sepas, pero te estas
arriesgando demasiado. – Vanessa se movió frente a Edrian y coloco sus manos
sobre los brazos del Nefilim, como una persona que intenta despertar a otra. –
Y sin ninguna necesidad ¿Por qué no lo ves?
- Lo sé, - Dijo Edrian
sin poner la menor importancia a la desesperación de Vanessa. - pero también sé
que vale la pena. – Edrian enredo un par de sus dedos en el cabello
peculiarmente largo de Vanessa y lo jalo débilmente. – Tranquila, Nessie. Todo
saldrá bien.
- Eso suena con
demasiada esperanza, - Dijo Nessie soltando a Edrian y sonando molesta. - El
Cónsul está enamorado y no es de ti.
Edrian sonrió al
escuchar esto, su mente viajo a ese momento en la que Alec le miro con su torso
descubierto, recuerdo la mirada, su nerviosismo, su respiración.
- Somos hijos del
ángel. – Dijo Edrian – La esperanza nunca muere en nosotros.
*
* * * * *
Los preparativos
estaban hechos, el Salón de los Acuerdos tenia ahora una salvaguardia extra
para la llegada de La Reina, Alec dudaba que ella viniera, pero gracias a los
rebeldes hadas quienes intentaban derrocarla, se enteraron de que la Reina
había ordenado a emisarios a que hablaran en su nombre. Alec pensaba en que no
importaba quien viniera, siempre y cuando se abriera la brecha para que Edrian
pudiera atravesar hacia el reino hada sin ser detectado.
- ¿Crees que ella
parezca? – Pregunto Jace, su equipo de Cazador de Sombras brillando en negro en
contraste con su cabello rubio revuelto.
- No. – Dijo Alec quien
vestía con ropa de ceremonia roja, debajo se notaba el equipo de combate. –
Pero como ella siempre lo hace, también podemos utilizarla para nuestro
beneficio.
- Me parece justo. – La
comisura en la boca de Jace se dobló, engañar a La Reina Hada era
increíblemente tentador. Su sonrisa se hizo sincera y afectuosa al ver a Max acercándose.
– Hola, Blueberry. – Jace alboroto el cabello azul de su sobrino. – No esperaba
verte aquí.
- Me tomo muchas,
demasiadas palabras conseguirlo. – Dijo Max.
- Cada vez se vuelve
más persuasivo. – Dijo Alec. – Tuvimos que aceptar o ver como… ¿Qué fue lo que
dijiste? – Pregunto mirando a Max.
- O ver que mi alma se consuma en la tristeza y desfortunio por toda la
eternidad. – Dijo Max repitiendo molesto sus palabras debido al olvido de
su padre.
- Oh dios. – Dijo Jace
ahogando una risa. – No quisiéramos que eso pasara, contigo la eternidad es
bastante literal.
Alec rio rodando los
ojos. – Su vocabulario es casi tan rico como el de Magnus y apenas tiene
catorce, que será de mí.
- Papá, ¿Podemos?
- Claro. – Dijo Alec
mientras quitaba su vestimenta roja. – Recuerda tu promesa, Max Lightwood-Bane.
- Si, si, iré a casa
directamente después de hablar con Edrian, date prisa.
Magnus se acercó a
ellos, él había estado realizando conjuros por todo el salón, conjuros que
mantendrían protegidos a Alec y todos quienes recibirían a La Reina. – Debe
estar en los establos. – Dijo Magnus. – Tengan cuidado.
Max se movió hacia una
de las paredes, sus manos se movieron para hacer aparecer un portal. – Los
establos, lo tengo. – Dijo y miro hacia sus padres ansioso. - ¿Podemos?
Alec beso dulcemente a
Magnus, - Volveremos enseguida. – Dijo y camino hacia el portal.
Magnus chasqueo sus
dedos, y arco y flecha aparecieron colgando en las espaldas de ambos arqueros.
– Estaré esperando. – Les dijo mientras desaparecían a través del portal.
*
* * * *
La noche estaba a punto
de llegar, siendo anunciado por el cielo anaranjado en una fina línea en el
horizonte, Edrian acaricio a Santhos, el caballo que lo llevaría a la frontera
con el reino Hada. Estaba preparándose para su partida, había armas sobre una
mesa e inicio a llenar su cinturón, en ese momento y para su sorpresa un portal
apareció detrás de él, apareciendo Max y Alec.
Edrian les miro con una
sonrisa de desconcierto y agrado. - ¿No debería estar en el Salón de los
Acuerdo? – Y después miro a Max. - ¿Y no deberías de estar en casa, seguro?
- Max quiere hablar
contigo antes de que te marches. – Dijo Alec haciéndose un poco a parte para
que Max le hablara.
- Mi padre me conto que
iras a buscar a Nat, intentaras hablar con él.
Edrian asintió sin
hablar.
- Bueno, creí que esto
podía ayudar. – Max extendió su mano para mostrar una peculiar pieza pequeña.
- Una flecha. – Dijo
Edrian al ver la figura con detalles impresionantes, como si se tratase de una
pequeña escultura. Edrian la tomo y se sorprendió al sentir el material. - ¿Es?
- Un pétalo de rosa. –
Dijo Max. Edrian le miro muy extrañado. – Es una especie de broma. – Inicio a
explicar Max con expresión de esperanza a que no lo juzgaran de loco. – Will lo
tomo del aire y cuando lo miro dijo que había una flecha dibujada en ella, Nat
y yo la miramos, yo le dije que parecía que si, Nat no es tan considerado y le
dijo que estaba loco, que ahí no había nada, Will insistió, yo lo apoye, es
decir, no había nada ahí, pero, es mi mejor amigo. – Edrian y Alec rieron. – Después
iniciamos a pelear al respecto y Nat perdió la paciencia nos dijo “¿Nunca han
visto una flecha?” e hizo su magia – Max movió sus manos imitando a Nat en ese
momento. - Y convirtió el pétalo en esta pequeña flecha, la hizo así de
perfecta para burlarse de nosotros “Tienes razón, si parece una flecha” dijo
cuando termino, el sinvergüenza, en fin, - Max suspiro. – La guarde… y la
encante para que no se marchitara o rompiera. Quisiera que la llevaras contigo,
para que se diera cuenta de que puede confiar en ti. Solo si tú crees que es
buena idea.
Alec y Edrian se
miraron, hubo comprensión y camarería en esa mirada. – Creo que es una
excelente idea. – Dijo Edrian. – Me ayudara con Nat, Gracias, Max. La cuidare.
- Gracias. – Dijo Max
un poco apenado. - ¿Podrías también decirle?... no lo sé, que… que…
Alec coloco una mano en
el hombro de su hijo. – Estoy seguro que cuando veo el pétalo, entenderá.
Max pareció tranquilizarse,
a Edrian le gustaba mucho la manera tan acertada que tenía Alec para hablar con
su hijo, siempre las palabras correctas, los silencios perfectos, las miradas
indicadas, como si hubiera nacido para ser su padre.
Edrian despertó de su
aturdimiento. – Deben volver. – Dijo mientras colocaba el pétalo en uno de los
bolsos de su cinturón. – Voy a dar de beber a Santhos e iniciare mi partida.
- ¡Yo lo hago! – Dijo
Max emocionado tomando las riendas del caballo negro, quien de inmediato siguió
al reanimado brujo azul.
Alec observo como
caminaba al interior del establo. Después miro a Edrian en su equipo de Cazador
y una capa de un grueso material que se abrochaba al pecho. - Lo que haces por
mi familia. – Le dijo. - ¿Cómo podría agradecerte?
Edrian miro a Alec, y
por un momento hubo resolución en su mirada. Como si hubiera encontrado en las
palabras de Alec algo que lo impulso - No lo hago por tu familia. – Le dijo y
Alec intento encontrar sentido a esas palabras. - Amo a Max, pero… - Edrian se
atrevió a poner su mano sobre el hombro de Alec, este se acercó para tener su
rostro cerca. Alec se congelo por el gesto completamente inesperado. -Debes
saber porque lo hago.
Alec reacciono lo mejor
que pudo - Edrian, no.
- Crees que tu corazón
le pertenece a una persona, pero sé que no es así.
- Amo a mi esposo. – Le
dijo mientras apartaba la mano de Edrian de su hombro, amable pero firmemente.
- Deja de llamarlo así,
no es tu esposo, y no sabes si alguna vez lo será. Una cosa más que el brujo no
puede darte.
- ¿Qué se supone que
significa eso? -Alec estaba ahora furioso. – Podemos casarnos cuando nosotros
lo deseemos.
- ¿Y lo deseas? –
Pregunto Edrian. – Porque en verdad lo dudo.
- Esto no te incumbe,
de nuevo te estas tomando libertades que no tolerare. – Miro a Edrian, en su
rostro se reflejaba la verdad que ambos sabían Tu pose de Cónsul no te sacara de esto. Alec titubeo. – Aun si te
lo dijera, no lo entenderías, Edrian, Déjalo ir.
- Puedo entenderlo,
mejor de lo que quisieras. Mereces estar con alguien mejor, alguien que sea
digno de ti. – Edrian se acercó mucho, demasiado. - Alguien que pueda trazar la
runa de amor sobre tu corazón.
- Magnus es lo mejor
que pudo pasarme. Y no necesito nada de eso. -Alec se alejó de Edrian, pero
este lo sujeto. -Suéltame. - Pidió Alec tranquilo pero severo.
- Tal vez no lo
necesites. - Dijo Edrian acercándose aún más. -Pero eso no significa que no lo
quieras. Que no lo desees.
- Edrian. -Llamo una
vez más Alec.
- Dime que no lo
quieres, dime una vez más que no necesitas unirte a alguien con una runa para
llamarlo esposo. Dímelo y me detendré.
¿Cómo podría negar eso?
¿Cómo podría decirle que nada le gustaría más que saber cómo es un verdadero
lazo de matrimonio? Un lazo real, unido por la magia de sus runas y su sangre.
El silencio entre ambos
fue abrumador. Edrian sonrió cuando Alec no dijo nada más. – Lo sabía. – Le
dijo en un susurro acercándose en busca de sus labios.
Alec se apartó
tajantemente. – MAX. – Llamo fuertemente y su hijo apareció después de un
momento con Santhos detrás de él. – Es hora de irnos, hijo. Tu padre nos
espera.
Había decepción en
Edrian.
- Claro. – Dijo Max
mientras entregaba las riendas de Santhos a Edrian.
- Gracias. – Le dijo el
Cazador sinceramente.
- Gracias a ti. – Le
dijo Max y camino hacia la pared para aparecer el portal. Giro de nuevo hacia
Edrian. – Suerte.
Edrian asintió hacia él
y después detuvo su mirada en Alec mientras este caminaba hacia el portal,
deseaba que lo mirara de nuevo, necesitaba saber que había en sus ojos, sabía
que eso no pasaría, que muy probablemente su atrevimiento había sido demasiado,
que lo que se estaba formando entre ellos como un cristal lo había roto sin
posibilidades de reconstrucción. Para su sorpresa Alec se detuvo, giro y lo
miro.
- Por favor. – Le dijo
Alec. – Ten mucho cuidado.
Esas palabras le
devolvieron la seguridad, su pecho se llenó de entusiasmo renovado. Observo con
nuevas esperanzas como Alec y Max desaparecían en el portal, deseando con todas
sus fuerzas volver seguro y rápidamente, volver para verle de nuevo, para
verles a ambos.
*
* * * *
- ¿Que ocurre? –
Pregunto Alec una vez que atravesó el portal, basto una mirada hacia Magnus
para que este tomara a Max y abriera un portal para él, Alec se acerco al
centro del Salon en donde una poderosa energía parecía palpitar en el aire.
- Debes irte, de
inmediato. – Dijo Magnus a Max. – Catarina te espera en casa junto a tus tías
Isabelle y Clary.
- Papá. – Llamo Max
pero Magnus se mantuvo firme.
- Te necesitamos a
salvo, Max. Por favor ve a casa.
Max se resignó y
atravesó el portal. Magnus se acercó a los Cazadores que observaban a la
energía. – Parece que es un portal. – Dijo Magnus.
- No sabía que las
hadas podían crear portales. – Hablo Simon a nadie en particular.
- Hay mucha magia de
hada antigua que no conocemos. – Magnus se colocó a lado de Alec. – Y
difícilmente la conoceremos alguna vez. – El brujo miro a su amado. - ¿Estas
bien? - Magnus toco el brazo de Alec. – Te ves consternado.
Alec aparto su mano,
como si la de Magnus le hubiera quemado. – Estoy bien.
Magnus le miro un poco
más de tiempo, pero por más que lo intento, no logro descifrar lo que ocurría
en su cabeza.
- Preparados. – Dijo
Alec a todos en la habitación. Cambiando en un segundo a su figura de Cónsul.
En ese momento la energía que flotaba en el aire se movió al suelo trazado en
runas, en donde se desplazó formando un circulo de energía, como una alfombra brillante.
La energía palpito una
vez más y se formó una figura, conocida e inolvidable. La Reina Seelie apareció
frente a los Cazadores de Sombras y Magnus Bane.
*
* * * *
Edrian bajo
silenciosamente de su caballo, se acercó lentamente hacia la entrada que había
usado en muchas ocasiones para llegar al reino Seelie, espero tranquilo a que
el portal parpadeara, lo que significaría que alguien había llegado al mundo
mundano atravesando desde algún otro punto. El portal no se encendió o cambio
de color, Edrian comenzó a pensar que había llegado tarde, que después de todo
no lograría entrar. Se lamentó por poco tiempo antes de que la puerta brillara,
no lo pensó por mucho y subió a Santhos con sobresaliente habilidad para cruzar
rápidamente hacia el reino hada sin ser detectado.
Santhos troto y salto a
través de los arbustos, la entrada no fue lo más discreto que pudiera ser,
Edrian tomo su espada de su espalda para prepararse, definitivamente había sido
notado por los guardias de las fronteras, Santhos giro en varias ocasiones
sobre su sitio y con Edrian sobre su lomo, para sorpresa de ambos, nada paso,
no había guardia o señal de que su entrada hubiera sido descubierta. Edrian
golpeo el cuello de Santhos, intentando tranquilizarlo, después de unos
segundos y al ver que seguía estando en furtivo. Continuo su camino hacia el
interior del bosque, poco a poco fue vislumbrando su destino, por sobre los
frondosos árboles comenzaron a aparecer torres, ahí estaba el castillo, en
donde Nathan estaría resguardado. Edrian chasqueo la lengua y Santhos corrió,
se dirigió con Edrian en su lomo hacia el enorme castillo.
Mientras más se
acercaba al castillo más se preocupaba de lo sencillo y tranquilo de la
situación, sus nervios estaban en alerta, crispando con el ritmo de su corazón,
casi tan rápido como el trote de Santhos. Edrian llego de inmediato a los
jardines, después a los pateos más cercanos, era extraño, extraño y cada vez más
alarmante. Se dirigió caminando cuidadosamente hacia la dirección en donde los
rebeldes le informaron era la habitación de Nathan, había dejado a Santhos en
las afueras de los jardines, ahora estaba solo en una fortaleza de la Reina Seelie.
Edrian entro a la que
era la habitación de Nathan, esperaba ver los muebles propios de un cuarto, se quedó
inmóvil por unos segundos antes de que tomara su espada larga e hiciera que
brillara, la habitación a la que entro era una especie de salón, había grandes
columnas a los costados, el piso era de un marfil negro, las paredes eran
oscuras, con ventanas grandes que dejaban ver la oscuridad de la noche, todo en
la habitación no era más que penumbras y silencio. La espada de Edrian alumbro
su camino cuando decidió dar un par de pasos cautelosos, entonces, lo vio.
Había algo colgando desde el techo, la soga rechinaba haciendo que el bulto de
lo que fuera estuviera colgado se balanceara débilmente de un lado a otro.
Edrian se esforzó en ver a la figura con más detenimiento, la runa de visión
nocturna ardió en su brazo y lo vio, no era un objeto, era una persona, un
hada, el guardián de Nathan, era Vladimir pendiendo de esa cuerda claramente
herido.
*
* * * *
- ¿No hay reverencias?
– Pregunto La Reina a sus observadores. – Triste es ver que la gracia Nefilim
decae a cada siglo que transcurre.
- Los Nefilim solo
honramos a quien se merece ser honrado.
- Eso es tan falso, -
Dijo la reina. – Como el papel que ahora juegas, niño arquero.
Los Cazadores de
Sombras quienes hacían guardia alrededor de la Reina se movieron preparando sus
armas, Alec levanto una mano para tranquilizarlos. – Me importa muy poco lo que
tengas que decir respecto a mí. – Dijo Alec con voz de hierro. – Fuiste
convocada aquí, para hablar de Nathan Morgenstern…
- Nathan de la Corte
Seelie. – Corrigió la reina severamente. – Mi hijo no poseerá ningún nombre
Nefilim, nunca.
- Esa decicion no te
corresponde a ti. – Dijo Jace.
La Reina lo miro con
pena no disimulada. – El más encantador de todos ellos, cuanta tristeza me
embarga al escucharte hablar.
- Basta de juegos. – Exigió
Alec. – Nathan es un Cazador de Sombras, su familia tiene derecho a reclamarlo
como tal, es y será su decisión el que se convierta en un Cazador de demonios,
como la Ley de La Clave lo estipula.
- La Clave no tiene
jurisdicción en el Reino Hada.
- Lo tiene desde el
momento que decidiste traicionarnos.
- Ayudaba a uno de los
suyos.
- No caeremos en tus
engaños, hada. – La Reina se inmuto con la forma en la que Alec le llamo, no
Reina, no Su Majestad, era un hada y nada más. – Dejaras a Nathan Morgenstern
tener una audiencia con su familia, o tu serás detenida aquí y ahora.
Los guardias se
movieron, la reina miro a su alrededor, no había miedo en sus ojos, ella se
estaba divirtiendo, Magnus se sintió profundamente perturbado por ello. La
Reina sonrió a Alec, una sonrisa que hizo que Magnus quisiera ponerse entre
ella y Alec.
- Siempre tan directo,
siempre tan certero, un arquero, no te olvido. No olvido aquel día en el que me
arrebataste a mi adorado Merlion. No te he perdonado, no lo hare.
- No necesito tu
perdón.
- Por supuesto que no,
necesitaras el perdón de tu amor, lo necesitaras tan profundamente que querrás
estar muerto.
Magnus dio un paso al
frente.
La Reina rio
escandalosamente. – Tan dispuesto a luchar por ti, a morir por ti. Si tan solo
supiera acerca de tu corazón dividido.
No hubo replica a ello,
solo silencio, todos ahí se miraban profundamente confundidos, Alec
principalmente, miro atrás hacia Magnus quien movió la cabeza lentamente. No dejes que entre en tu cabeza. Antes
de que Alec hablara La Reina lo hizo de nuevo.
- Es aburrido cuando
nadie salta a tu conveniencia, pero por supuesto, le has enviado a una misión
suicida, tu más ferviente guerrero, ahora sentirás lo que es perder tu mano
derecha.
La respiración de Alec
se aceleró, No dejes que entre en tu
cabeza. Recordó y no dijo nada.
La Reina no hizo lo
mismo. – Le has enviado a mi casa, le has enviado a morir y fue tu decisión.
- Está hablando de… -
Jace no termino la oración. Alec le interrumpió con una poderosa orden.
- ¡Aprésenla! – Ordeno
sin equivocación.
La Reina no oculto su
macabra alegría. Ella rio y rio con más fuerza haciendo que los Cazadores de
Sombras se detuvieran unos segundos. – Romper la ley antes de perderle, eres
tan patéticamente predecible, niño arquero.
Antes de que los
Cazadores llegaran a ella, la magia que aun flotaba a su alrededor se elevó
ocultándola de los presentes y llevándola lejos, llevándola de nuevo al reino
hada, sin que pudieran apresarle.
Donde había estado la
Reina ahora no había más que un rastro débil de magia antigua. Un lugar vacío y
frio, casi tan helado como el cuerpo de Alec al darse cuenta de que la Reina
les había tendido una trampa y que había enviado a Edrian directo a ella.
Le
enviaste a morir. Había dicho la reina y Alec sentía que
no podía respirar.
*
* * * *
Edrian tomo de
inmediato una daga de su cinturón, lo lanzo hacia la soga haciendo que esta
dejara libre a Vladimir, cayendo, pero siendo sostenido por Edrian, quien al
ver lo grave de sus heridas lo coloco lentamente en el suelo, Edrian le sostuvo
la cabeza para verter el contenido de un pequeño recipiente en su boca,
Vladimir se movió para evitarlo.
- Te ayudara. – Dijo
Edrian al ver la desconfianza del hada. – Es medicina de brujo, es para
subterráneos.
Vladimir le miro una
vez más, en su posición, no podía esperar nada peor, así que lo bebió. Edrian
seguía comprobando el cuerpo de Vladimir cuando escucho que alguien pronunciaba
el nombre del hada, llegando el sonido a sus espaldas.
Edrian giro, y ahí parado
a unos metros de ellos estaba Nathan en un estado de shock casi cómico.
- ¿Qué has hecho? –
Pregunto con su feroz mirada verde en el cuerpo herido de su tutor. - ¿Qué le
hiciste a Vladimir?
Edrian no tuvo tiempo
de dar su explicación, Nathan se abalanzo contra él, haciendo que se apartara
de Vladimir, se levantó lo suficientemente rápido como para que la daga de Nat
no alcanzara su cuello.
- Estas equivocado. –
Dijo Edrian guardando su espada como señal de confianza, Nat pareció ignorar
ello, siguió delante de él con la firme intención de proteger a su tutor. – Llegué
aquí y lo encontré así, alguien lo hirió y lo ato…
- Claro que sí, fuiste tú.
- Nathan, escúchame.
Esto está mal, alguien sabía que vendría, tenemos que salir de aquí enseguida.
- No iré contigo a
ningún lado, y no dejare que te acerques a Vladimir, inténtalo y te pesara.
- Tienes que creer en mí,
tenemos que irnos.
- ¡No! Lárgate o
llamare a los guardias.
- ¿Por qué piensas que
no están aquí ya? Tenemos que salir, ahora. – Edrian dio un paso hacia Nathan y
este no retrocedió, levanto su daga, estaba preparado para lo que sea que
pudiera ocurrir.
- No puedo irme sin ti,
no ahora que sé que te han usado, así que te llevare conmigo, lo quieras o no.
- Adelante. – Dijo
Nathan. – Inténtalo.
Edrian respiro
profundo, sus movimientos tendrían que ser precisos para poder desarmar a
Nathan sin lastimarlo. Antes de que se moviera, Vladimir tomo del pie de Nat.
- Debes escucharlo, -
Le dijo débilmente. – Tienes que irte… no… no estas a salvo aquí.
Nathan le miro en
silencio sobresaltado.
- Tu tutor no te diría
eso, tu tutor no puede mentir, debemos irnos, Nathan.
Nathan se movió hacia
Vladimir, mantuvo la daga cerca, Edrian entendió que a pesar de que no lo
amenazaba más, no podía acercarse a él.
- ¿Por qué dices eso? –
Le pregunto con voz baja. – Este es nuestro hogar, aquí nos protegerán.
- No todos ellos,
Nathan ¿Recuerdas lo que te dije? ¿Que existen personas que darían su vida por
ti aun sin conocerte?
Nathan asintió lentamente.
– Es tiempo de ir con
ellos. – la cabeza de Vladimir estaba sobre el regazo de Nathan.
- No quiero, quiero
quedarme contigo. Con Madre.
- Tu madre no podrá
protegerte… no con su venganza… en marcha. Su odio la ha segado.
Nathan sintió el peso
de las palabras de Vladimir cayendo duras y reales sobre su corazón, las hadas
no eran capaces de mentir. Por primera vez en su vida deseo que pudieran
hacerlo. - No puedo confiar en nadie. – Dijo Nathan completamente descompuesto.
– No tengo a nadie más, solo a ti, me quedare contigo.
- No, no. Debes irte,
debes sobrevivir, eres la única esperanza de tu pueblo, eres el príncipe…
- Pero quieres que me
marche, que abandone a mi pueblo.
- Quiero que estés a
salvo. – Vladimir se quejó, el efecto de la medicina que Edrian le había dado
estaba pasando.
- ¡Vladimir! – Llamo
Nathan al borde de la desesperación. – No me dejes, no puedes, por favor, no
tengo a nadie más, ¡por favor!
Nathan estaba tan
sumergido en el estado de Vladimir que no se percató de Edrian acercándose.
Cuando Nat se dio cuenta, se movió para buscar su daga, al levantar la mirada
solo pudo ver lo que había en la mano del Cazador, Nathan lo reconoció
enseguida, era un pétalo, un pétalo de rosa con la forma de una flecha, Nathan
lo tomo de inmediato, sin preguntar si podía, sin duda en ello, era algo tan
suyo que no hubo duda en su acto. Lo tomo fuerte, sintiendo la magia de Max
protegiéndola, la aferro a su pecho, su cuerpo parecía como el de un niño
pequeño, uno perdido y abandonado. Edrian se miró reflejado en él, hace ya
muchos años, sabía que, a pesar de la desolación, siempre habría algo que te
dejaría seguir en pie.
- No estás solo. – Le
dijo Edrian. – Debes saberlo ¿Cierto?
La expresión de Nathan
cambio, había ahora un brillo de esperanza en sus ojos. Asintieron ambos al
mismo tiempo en un entendimiento silencioso.
- Ahora, - Dijo Edrian
– Ayúdame a cargar a tu maestro, debeos salir de aquí.
Los ojos de Nathan
resplandecieron por un segundo con el alivio, antes de que escucharan la puerta
abrirse violentamente.
- Nadie saldrá de aquí,
no hasta que nosotros lo dispongamos. – Dijo Gwyllion acercándose sin dudas a
ellos, su espada estaba desenvainada y brillaba poderosa en su mano, la preparo
y Edrian miro a Nathan.
- Sal de aquí. – Le
dijo haciendo que su espada brillara. – Hay un caballo en los jardines tómalo y
ve con tu familia.
Edrian corrió hacia
Gwyllion para darle la oportunidad a Nathan de que escapara.
Nathan no se movió, no
podía, no podía dejar a Vladimir. – Deberás hacerlo. – Le dijo Vladimir
débilmente adivinando sus pensamientos. – Debes ser fuerte. Debes hacer lo
correcto para tu pueblo.
- Vladimir…
- Si quieres honrar mi
memoria, debes sobrevivir, debes encontrar quien eres y rescatar a tu pueblo.
Ve, Nathan Morgenstern, demuestra lo que el verdadero pueblo de las hadas es.
Nathan sujeto a su
maestro, lo sujeto muy fuerte cuando este cerro sus ojos, Nathan grito su
nombre, sus oídos zumbaron, había ruido, mucho ruido a su alrededor, mientras
alguien lo sujetaba y lo levantaba para alejarlo de Vladimir, Nathan se resistió,
pero ahora eran dos guerreros hadas quien lo tenían apresado. Nathan no dejo de
ver a su maestro en el suelo, no importaba lo mucho que le gritara, Vladimir
parecía no escucharle.
Nathan fue arrastrado
con fuerza hacia el centro de la habitación, en donde la lucha de Gwyllion y
Edrian seguía su curso, todo se había salido de control, aun si Edrian venciera
al hada, los demás guerreros estaban ya apuntando sus flechas en su dirección.
Edrian miro a Nathan y tomo su decisión. Uso todas sus fuerzas para patear el estómago
de Gwyllion y que este perdiera el equilibrio, con esos segundos de
distracción, Edrian lanzo dos dagas a quienes sostenían a Nathan – ¡Corre! – Le
grito y la adrenalina salto en su cuerpo, Nathan no dudo, de alguna manera casi
mágica, tuvo la fuerza y serenidad para levantarse y correr hacia una de las
ventanas del salón, antes de que llegara ahí, el cristal se rompió a causa de
una rama de árbol que entro desde el otro lado en sincronía con su salto para
que le permitiera salir sin herirse a causa de los cristales. Nunca había hecho
algo así, no sabía si funcionaria, pero al parecer aun no era consiente en su
totalidad de todo su poder.
Gwyllion recupero el
aliento del feroz golpe de Edrian, - ¡Atrápenlo! – Ordeno ardiendo en furia y
de igual manera arremetió contra el Cazador, despojándolo de su espada, golpeado
su rostro y haciendo que este se balanceara desorientado por unos segundos, que
fueron más que suficientes para Gwyllion quien siguió golpeando sin piedad el
cuerpo de Edrian.
Nathan cayó sobre el
pasto, miro por encima de la ventana, Vladimir en el suelo, Edrian siendo
castigado por la furia de Gwyllion, cerro sus ojos con fuerza.
Si
quieres honrar mi memoria, debes sobrevivir, debes encontrar quien eres y
rescatar a tu pueblo. Ve, Nathan Morgenstern, demuestra lo que el verdadero
pueblo de las hadas es.
Nathan no tenía idea de
lo que esas palabras significaban, pero había dos personas en esa habitación
que se habían sacrificado para que el escapara, no sabía cómo, pero sabía que
al precio que fuera, tendría que encontrar la manera de descubrirlo, tenía
ahora una deuda. Así que corrió, corrió, presionando con fuerza el pétalo en su
mano, corrió sin mirar atrás y sin detenerse.
Continuara…
@MayGraciel ♥
Estoy amando la forma en la que escribes *-* la verdad me quedó bastante intriga con lo de Alec-Magnus y Edrian D: en fin espero que puedas actualizar pronto :)
ResponderBorrarMe encanto ya lo esperaba y tambien espero que Edrian nl vuelva 😈 . Tampoco quiero que Magnus sufra esperare el siguiente
ResponderBorrarPobre Magnus :( se merece alguien que lo ame y no dude de eso. Si vas a hacer que Alec le de una oportunidad a Edrian, por favor dale un final feliz a Magnus, con alguien que lo quiera de verdad. No por tener experiencia a causa de sus años quiera decir que no sufra.
ResponderBorrarMay!! Te adoro, eres la mejor escritora de fics que he leído hasta ahora!*_* lo juro !!!! No me hagas odiarte por favor :( !!!!!! Dx si vas a separar Malec mata a Alec NO MERECE A MAGNUS SI DUDA DE SU AMOR POR ÉL. Bueno pero ANTES DALE A MAGNUS UN NUEVO AMOR DIGNO DE ÉL y que sea muy feliz junto con Max (y que este odie a Alec por dejar a su papá) y que Alec lo vea y sufra y después muera muy dolorosamente!! No es justo que siempre sufra Magnus bebé con celos y problemas de amor y todo eso. :'(
ResponderBorrarJajajajaja ok, me exalte... pero dales un final feliz JUNTOS!!!!!!!
POR FAVOR ACTUALIZA PRONTO!!!
Y una duda ojalá me la resuelvas . cómo cuantos capítulos tendrá esta historia?? DE VERDAD NO PUEDO CON LA ANGUSTIA Y DESESPERACIÓN POR SABER QUE PASA!!! Escribes increíble!! <3 :)
Estoy tan de acuerdo contigo
BorrarEl único fallo que le veo esque Magnus este con otra persona realmente sido que eso salga bien puedo asegurártelo aquí la solución es la muerte ya sea para alguno de los tres.
BorrarXD aquí haciendo teorías antes de que actualice la aurora.
Que sea Alec el muerto por dudar de su amor por Magnus :(
BorrarMejor que no maten a nadie y alec y mags estén juntos por la eternidad!!
Me siento contrariado como es posible que Alec.sienta algo por Adrian m encanto el.capitulo
ResponderBorrarEres la mejor escritora que e visto claro ademas de cassandra Clare pero en tu blog tienes que tu pareja favorita es MALEC porfavor no lo destruyas...
ResponderBorrarYo amo a magnus y no se merece que alec dude de su amor te lo ruego no los separes vivo de ello...
Y me encanta tu trabajo eres un gran ejemplo a seguir saludos....
Se muere Adrian a mi me cae bien me gusta lo que escribes ya era tiempo que alec tuviera otro amor por lo menos...no me odie por eso
ResponderBorrarNo mates a Adrian que alec lo salve aunque no se quede con el por...😯
ResponderBorrarNo!!! Que se muera ese
BorrarYo sigo apoyando la muerte de edrian :v
BorrarÉste capítulo me ha hecho sentir un remolino de emociones. No puedo creer que Alec tenga su corazón dividido por Edrian, en verdad espero que ese personaje muera, o en caso de que sea salvado ya no interfiera en la relación de Magnus.
ResponderBorrarQuiero ver que escribes con la relación de Máx y Nathan, espero que Magnus acepte los sentimientos que Máx esta tiene, los dos jóvenes merecen ser amados.
También me parece increíble como Clary acepta a Nat sin importar que y como ella a pesar de no conocerlo si moriría por él.
Por favor, no importa cuanto tengamos que esperar por la siguiente actualización tomate tu tiempo para poder hacer de ésta historia mejor que las demás (aunque todas tus historias son buenas).
Hazme feliz y que Edrian muera, por favor, a nosotras. No queremos que Alec se enamore de alguien más, está perfectamente con Magnus ¿Porque tenía que aparecer Edrian y arruinarlo? No es justo :/ No es como con Johana de la otra saga, si algo va mal se pueden separa y amamos Malec, al menos yo lo hago. U.u.
ResponderBorrarnoooooooo porque alec tiene q sentir algo por ese!! e.e magnus merece amor >w<
ResponderBorrarHoli...es necesario siempre allá un tercero entre malec edrian puede estar enamorado de Alec pero juega sucio..no m gusta para nada q juegue de mártir y q haga qcalec rescate?? Pobre magnus de merece otro trato...y nate y max unos bombones...mucho drama May. ..cuando un poco de amor malec? ?jiji besis
ResponderBorrarYyy pensando...por q no agregas alguien sexy para magnus así alec se da cta como se puede llegar a sentir magnus me enoje on alec...Jiji magnus dejo todo por el y el va tras edrian grrrr el que juega con fuego puede perder todo...
BorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarÚltimamente todos escriben enfocándose en la felicidad de Alec, ya todo él mundo se olvido de que Magnus también tiene sentimientos. Triste.
ResponderBorrarNo estés triste por favor, confía un poco en mi. Estoy segura que no te desilusionare ;)
BorrarEso estoy esperando, estuve a punto de llorar y arrojar el celular ㅠ.ㅠ aun asi la historia es buena un tercero en discordia siempre pone interesante el asunto
BorrarLa próxima vez que te comente lo voy a hacer con mi nombre, porque veo que después cualquier anónimo se puede apropiar de un comentario mio. Interesante, nunca me había sucedido antes jaja.
BorrarCuando hice el comentario, sinceramente estaba triste (por problemas personales) y eso me llevo a comentarte de esa manera, tan triste que olvidé también decirte que sos una de mis escritoras favoritas en nuestro idioma.
Voy a confiar en vos, en que vas a saber cuidar a mi precioso Magnus y no vas a destrozarleel corazón.
Te mando un abrazo enorme!
Pd: Espero también la actualización de Mundo Invertido :)
El mejor capitulo, espero el próximo, ¡exijo! más drama entre Alec & Magnus �� (amo el drama), felicidades me gusta como escribes, no puedo esperar por el próxima actualización.
ResponderBorrarNo mates a Edrian. No seria justo para Magnus que Alec se quede con él solo porque ese se murió. Si Malec seguiran juntos hasta el final que sea por amor verdadero. Y si les vas a dar oportunidad a Edrian y Alec dale también amor y felicidad a Magnus, es más hasta revivele a Camille. Estoy de acuerdo con muchos de los comentarios. No es bonito que sólo sufra Magnus él merece mucho amor y además que sea verdadero y único para él.... estoy empezando a odiar al Alec muy profundamente :/ Y danos más NathxMax *_*<3 y que Max siempre apoye a Magnus
ResponderBorrarPs: ¡¡Eres una escritora increíble!! nunca dejees de escribir. De verdad y mucho mucho éxito (aunque en esta historia me pongas muy muy mal)hahahaha
Ok debo decir que al principio al ver que Edrian está más que intreresado por Alec, sobre todo al ver que no le importa que esté con Magnus y que tengan un hijo, deseaba su muerte más que nada :) Ahora creo que me arrepiento un poco de mi deseo porque si muere entonces Alec va a culparse y eso va a pesar en su relación con Magnus. De paso que con los sentimientos confundidos de Alec (y con lo que dijo la reina sobre el corazón dibidido, que fue la guinda del pastel) solo va a hacer que Magnus se sienta celoso y sufra, y Alec sufra doblemente, y entonces yo voy a sufrir T.T
ResponderBorrarPero bueno, más allá de mi petición de NO AL SUFRIMIENTO, debo decir que me encanta como llevas la historia; mientras la leía estaba que me comía las uñas de la intriga. POR FAVOR actualiza pronto y no nos dejes con la intriga ;)
P.D.: también quiero saber qué pasa con el Nax (NathanxMax=Nax. No sé de qué otra forma llamarlo jaja :D) necesito un beso, un abrazo, ALGO.
Como siempre, capitulo interesante, escribes genial, pero porfis, no afectes el MALEC, Alec ama a Magnus, sufrio tanto para estar juntos y no me gusta que se vea que su amor no es verdadero y fuerte por Magnus, asi que viva Malec.
ResponderBorrarOMG!!! Realmente me encanta como escribes me haces sentir un remolino de emociones!!! Realmente me encanta como integras el drama en el Malec lol (aun que odio el drama) por sierto dime que Edrian no se muere por favor!! D: A pesar de que realmente me cae mal me agrada como personaje xD aun que interfiera con mis bebus >:v
ResponderBorrarSabes... Me imagine a Alec y Edrian en una situación incomoda en la oficina (Serian robándole un beso a Alec) y que de repente Magnus y Max llegan y los ven...!!! Jebus realmente me encantaría ver esa situación xD
por favor segui con esta historia de triangulo amoroso, yo siempre por malec pero también escribi sobre max y nat, me gustaría ver la reacción de magnus cuando se entere de todo esto a dios mio, sos genial
ResponderBorrares verdad también, magnus no se merece esto, el le hacido fiel por mucho tiempo y lo a perdonado tanta veces que no se merece el amor de magnus es algo cruel la verdad me dolio tanto que me dava ganas de matar a alec y a edrian, aunque como dije que siga con el traingulo amoroso esta buena la historia hace algo por dios que edrian se alege
ResponderBorrarNo puedo creer la cantidad de comentarios que ha habido en tan solo unos días de la actualización, muchas gracias a todos, en verdad estoy emocionada, siempre los leo, todos y cada uno, el problema es que en ocasiones no puedo responder. Discúlpenme.
ResponderBorrarSe nota que todos están muy preocupados por Malec, y tienen razones para ello. Es todo lo que diré al respecto (Soy mala pero no quiero arruinar nada para ustedes xD)
Llevo poco escrito del siguiente capítulo pero ya tengo el título y este es, simple y sencillamente "Tu Beso" Así que pueden imaginarse que ocurrirá.
No sé si este comentario les haga bien o mal, espero que por lo menos más bien que mal XD
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! de nuevo y nos estamos leyendo.
:""""v me vas hacer llorar a mares mujer
BorrarTengo un revoltijo de emociones espero mucho tiempo la actualización de es dic hahahahaayyy detesto a edrian esta jugando sucio usa su pasado a su favor sabe que Alec tiene un corazonsote y no es nada justo para Magnus un corazón dividido? No por supuesto que no y si alec planea dejarlo creo que yo prefiero que mates a Magnus si me duele con todo mi corazón decirlo y me dolería aun mas leerlo pero verlo sufrir por culpa de Alexander creo que el no lo soportaría realmente le a entregado au corazón sin limites.
ResponderBorrarY tambien pienso que matar a edrian haría sufrir y sentirse culpable a Alexander no se creo que eso lo confundiría mas y abría muchos mas problemas con Malec eeeennn fiiiin.
Yo QUIERO muerto a edrian con todo mi corazón lo deseo. Y por segunda vez en la vida siento odio contra alec xD me paso lo mismo en otro fic.
Te mando un abrazo psicológico y espero actualices pronto. :')
PD: No avente mi celular cuando leí la parte de alec y edrian porque bueno aquí ya son la una de la mañana se supone debo estar durmiendo mañana tengo escuela :v me voy a morir en la clase.
Son las 2:56 am y acabo de terminar de leer el capítulo. Antes que nada quiero decir que es la primera vez que comento y que escribes hermoso! Espero que sigas escribiendo muchas más historias! <3
ResponderBorrarRespecto a lo que mencionó la reina, obviamente no está mintiendo porque Alec si tiene su corazón divido! Divido por Max y Magnus! No sé si fui la única que lo pensó pero cuando mencionó eso del "corazón divido" solo pude pensar en Max y Magnus. Es como cuando les dijo a Jace y Clary que por sus venas corre la misma sangre, y es cierto! La sangre del ángel.
Quiero pensar que todo sea parte de tu cruel plan para torturarnos emocionalmente y_____y
Estoy ansiosa por el siguiente capítulo. Cuidate mucho! <3
Ojalá sea por Max y Magnus, no me gustaría que sea por Edrian. No quiero que Magnus sufra más y no es justo -3- miedo me da leer el próximo cap con ese título porque si se trata de Edrian, Alec quizás lo besé o Magnus a Alec, pero como es mas probable lo primero supongo que se armará el desastre.
BorrarYo tampoco quiero que Magnus sufra más y y, a veces siento que es el que sale más perjudicado cuando malec tiene problemas.
BorrarTambién leí el título del siguiente capítulo, ohh la autora es cruel! pero quizás ese beso sea entre dos personitas más jóvenes hihi uvu
Me encanta como escribes es maravilloso!!! Pero debo reconocer que no soy fan de los triángulos amororsos... ¿Por qué? Alec y Magnus han luchado tanto... Alec ya lo perdió una vez... ¿Como puede arriesgarse otra vez? ¿Como no va a estar seguro de lo que siente por Magnus? ¿Desde cuando se ha vuelto tan importante una boda con runas? Antes no lo era... Simplemente este tipo de historias me rompen el corazoncito... Después de poner tanta ilusion y amor en Malec, ver como se tambalea de esta forma y por un tercero... es injusto para ambos pero mas para Magnus que lo ha dado todo por Alec... No se...
ResponderBorrarAún así me encanta como escribes y la historia eres geeenial!!!!
Estoy en un sin vivir, la espera me mata. Despues de leerlo yo lo veo de esta forma. Alec sigue amando a Magnus mas que a nada. Me gustaria que Edrian no muriese, que Magnus fuera a ayudarle por Alec y que al final se medio llevara bien con Magnus. Me temo que estoy divagando mucho, necesito la continuación. Por favor actualiza pronto y tambien mundo invertido. Te agradezco mucho que compartas tus escritos, es un gusto leerlos.
ResponderBorrarSiento pena por Edrian, Nathan y Vladimir. TnT
ResponderBorrarAlec ama a Magnus, esta confundido, pero lo ama.
Rechazo a Edrian.
El matrimonio no promete nada, con runas o sin runas -3-. "El verdadero amor nunca muere" <3. Creo que por eso la autora del libro no hace que se casen; no es necesario. Aunque seria lindo ver a Max entregando los anillos :)
Gracias por el cap, estaré esperando por mas *-* gracias
Alguien mas sintió los celos de Vannesa? xD o fui la única? xD
ResponderBorrarNo fuiste la unica, yo tambien lo pense XD
BorrarAmo esta historia,la jamo,creo que ahora morire lentamente...
ResponderBorrarMe encantas como escribes. Habia perdido tu blog pero por fin lo volvi a encontrar y esta historia me encanta. Adora la relacion que se esta creando entre Max y Nath, y me perdonan los que si les gusta el personaje pero hay algo que no me termina de cuadrar con Edrian, no se si es la fan MALEC que hay en mi...
ResponderBorrarSaludos ;)
ACTUALIZA PRONTO QUE YA NO PUEDO CON ÑA ANGUSTIA
ResponderBorrarHAHAHA DE LOS NERVIOS NI ESCRIBIR BIEN PUEDO. NO TARDEEES
BorrarHola!!! Bueno primero que nada debo decirte que me encanta como escribes, eres una excelente escritora, yo amo Malec y es por eso que llegue aquí debo decir que desde el primer capítulo sabía que edrian tenía sentimientos por alec, pero creí que era mi imaginación y ahora confirmó que no lo es hahahahaha a mi me gustan los triángulos amorosos pero debo decirte que ninguno me ha hecho sufrir tanto como este en verdad cuando termine el capítulo me dolía mi estómago y tenía ganas de vomitare de lo preocupada, enojada y ansiosa que me puse XD leyendo bien el capítulo creo que vas a hacer que alec tenga algo con edrian lo cual perjudicará malec y después alec se arrepentirá y querrá volver con magnus y es por eso que la reina seelie dijo: " por supuesto que no. Necesitarás el perdón de tu amor. Lo necesitaras tan profundamente que querrás estar muerto". Bueno es solo una deducción pero me baso en eso para decirlo, como quiera que sea sé que va a ser una muy buena historia y confiare en ti. Confiare en que magnus va a estar bien. Espero tú actualización y gracias por escribir :)
ResponderBorrarHoli! tengo que decirte que eres simplemente brillante, realmente adoro como escribes y espero que dios, la vida y el universo tengan unicamente cosas buenas para ti...
ResponderBorrarAhora respecto a la historia, la cual amo con todo el corazón, me ha dejado con muchas emociones encontradas. Mientras lo leia escuche War of hearts, Say something y Trouble i´m in, y te juro que no podía dejar de llorar; (eres muy buena para jugar con las emociones de la gente a través de la escritura) se que amas a esta pareja como yo y se que sabes lo que significa Malec para cada uno de tus lectores asi que confio en que haras que todo acabe muy feliz para Alec y Magus. Al igual que muchos odio a Edrian, pero creo que es solo un arma que has utilizado para demostrar que el amor de Malec es mucho mas fuerte que nada, como buena escritora que eres creo que nos haras "sufrir" un poco mas... aunque no hay problema disfruto de leer lo que escribes
Sabes también considero que después de tantos años poner un tercero en la historia amorosa de Alec y Magnus le da un nuevo toque a su relación, después de todo el amor es asi; siempre te pondrá pruebas no?, aunque la verdad espero que Alec sufra por Magnus mucho por que esto que le esta haciendo, no solo ha dañado a Magnus sino que le ha roto el corazón a muchos fans...
Perdon por escribir tanto pero tenia que hacerlo ... sin nada más que agregar me despido y mil gracias por hacer esta historia
Sería delicioso que Edrian entrará a la habitación deMagnus y Alex mientras están en acto, y se deprimiera porque Alec le diga a Magnus que es suyo y solamente suyo.
ResponderBorrarSólo digo.
-A.
me encanta magnus celoso pero no herido u_u , no agas dudar tanto a alec!
ResponderBorrarMay te adoro, tus historias me encantan , pero por que eres tan mala y haces que Alec tenga dudas de lo que siente por Magnus?, Magnus no merece eso, merece alguien que lo quiera sin dudas y no a medias, que solo lo quiera a el.
ResponderBorrarPresiento que Alec le sera infiel a Magnus,seria el mayor de los imbéciles si hiciera eso,haría pedazos a Magnus,el no merecería algo así,estoy que lloro,espero que eso no suceda .
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