Guerra fría XI - Luchando para llegar a ti
- Esto es peligroso. – Dijo Helen mientras colocaba cuidadosamente
en cada una de las puntas de un pentagrama una piedra, estas parecían joyas
enormes, todas ellas de distinto color, forma y tamaño. – La Clave nunca debe
enterarse o…
- No debes preocuparte. – Dijo Magnus. – Me hare totalmente
responsable de lo que suceda.
Helen, quien estaba ayudando a Magnus a crear una brecha mágica en
las protecciones del mundo hada, movió entre sus manos la última piedra. – Sé
que quieres entrar a cualquier precio, pero esto puede matarte, Magnus, no creo
que Alec este de…
- ¡Alec no está aquí! – Dijo Magnus perdiendo la poca serenidad
que quedaba en él. - ¡Alec está detrás de esas barreras! Pasando por quien sabe
que peligros ¿Realmente crees que me importa si La Clave me castiga o incluso
si corro el peligro de morir?
Helen no pudo poner ninguna otra objeción, se sentía con la
responsabilidad de advertirle los peligros, pero al notar a Magnus en el estado
en el que estaba, se dio cuenta de que nada podría persuadirlo de detenerse y
lo comprendió. – De acuerdo. – Dijo finalmente. – Di a los demás que estén
listos, esto no llevara mucho tiempo.
Magnus miro hacia las barreras antes de comenzar a caminar,
luchando contra la idea de alejarse, pensando en que eso le quitaba segundos a
estar del otro lado. Asintió y camino lejos de Helen, quien estaba oculta por
una gran variedad de vegetación, Magnus llego hacia Jace, Clary y el matrimonio
Lovelace. Ellos estaban al frente, claramente esperando por él.
- ¿Es hora? – Pregunto de inmediato Jace. Todo su equipamiento sobre
él, un guerrero listo para el combate al igual que los demás.
- Helen dice que llevara un tiempo.
- Estamos listos. – Dijo Clary guardando su espada corta en su
cinturón de armas.
Magnus sabía que eso era más que cierto, miro hacia la lejanía a
todos los cazadores de Sombras que estaban reunidos en pequeños grupos,
trazando runas sobre sus cuerpos, preparando sus caballos y sus armas, todos
listos para entrar al reino Seelie para rescatar al Cónsul.
- ¿Crees que seamos suficientes? – Pregunto Isabelle acercándose a
Magnus.
- No lo sé. No me importa.
Aun cuando la respuesta parecía egoísta de su parte, Isabelle subió
su mano hacia el hombro de Magnus. – Estará bien. La Reina no puede con él.
- Me preocupa más que lo intente.
Simon se acercó a ellos. – Seremos más – Aseguro. – Lily y Maia
están corriendo la voz, los subterráneos quieren proteger al único Cónsul que
ha hecho una verdadera diferencia, están viniendo sin pensarlo. La Reina se
arrepentirá si lo lastima.
- La Reina nunca se arrepentiría de eso, incluso si muriera. –
Murmuro Magnus.
- No estas ayudando, Magnus. – Dijo Isabelle abrazándose a sí
misma.
Magnus miro de nuevo atrás. Los minutos podían convertirse en
horas en el mundo hada. Y ahora cada minuto contaba, sabía que Helen estaba
haciendo cuanto le era posible, aun así, no podía estar más preocupado de una
manera que solo podía describirse como agónica.
Magnus miro a Jace, entre ellos se había formado una especie de
comunicación, lo más cercano que tenían a un contacto con Alec era la runa parabatai que compartía con Jace.
Bastaba un movimiento de cabeza de Jace para que Magnus entendiera que no había
cambiado nada en ella. Un pequeño respiro aparente de paz.
Clary se acercó a Simon e Isabelle. - ¿Es mala idea preguntar por
Edrian Ahora?
Simon soplo, cuidando que Magnus no les escuchara mientras el
brujo hablaba con Jace sobre como dirigir a los cazadores. – Jace logro
convencerle de que fuera al instituto, si estuviera ahora aquí, quizás Magnus
lo convertiría en rata o algo.
- Creo que Magnus lo convertiría en rata solo para aplastarlo con
su propia bota. – Dijo Isabelle sin remordimiento. – Yo le ayudaría, quizás.
- Edrian seguía órdenes. – Dijo Clary. – No me puedo imaginar por
lo que está pasando, la culpa debe ser insoportable.
* * * * *
Edrian abrió la puerta principal de la gran entrada del instituto,
en el pasillo estaba Vanessa saliendo de una de las habitaciones. No necesito
mucho tiempo para correr en su dirección y dejar que ella se aferrara a sus
brazos, Edrian la presiono con toda la fuerza que pudo. No dijeron nada por un
momento, no fue necesario, había tanto entendimiento entre ellos que en muchas
ocasiones no necesitaban hablar para saber lo que el otro pensaba. Después de
un momento se separaron.
- ¿Por qué esta todo tan silencioso? – Pregunto Edrian.
- Todos los niños fueron enviados a sus habitaciones, incluso los
mayores. No hay muchos Cazadores o maestros, todos fueron a las fronteras para
luchar.
- Ahí es donde debería de estar.
- No te tortures de esta manera. No había forma de que lo
supieras.
- No debí dejarlo ir, no debí…
- ¿Obedecerle? Sabes que es imposible.
- Se supone que debo ayudarlo, ser su mano derecha, su escudo y yo
solo deje que se fuera.
- Tal y como lo hicieron todos los que estaban ahí, Edrian,
entiende eso.
- No todos. – Dijo Edrian.
Vanessa Había escuchado lo que Alec le pidió hacer, como había
golpeado a Magnus Bane para que este quedara inconsciente y le impidiera irse.
Vanessa no tuvo una réplica a eso, quizás era cierto, quizás
incluso con el riesgo que corrían, Magnus nunca hubiera dejado que Alec se
fuera, todo fue leído en los ojos de su amiga. Edrian no pudo más con la culpa
y en un estallido de rabia, lanzo un golpe hacia la pared. Vanessa reacciono
como la ágil cazadora que era y atrapo el golpe con su mano, le hizo estremecer
pero podía soportar el dolor si evitaba que Edrian se hiciera daño.
Vanessa movió su mano de inmediato para convertir el bloqueo en
una caricia. – Ven conmigo. – Le dijo y salieron del gran edificio tomados de
la mano.
Bajaron las escalinatas y caminaron por los jardines encantados
del instituto. Encantados para que lucieran siempre verdes. Caminaron por un
par de minutos antes de que Edrian hablara.
- ¿Me has sacado para que no despierte a los chicos?
- Siempre que estoy preocupada salgo y camino un poco. – Dijo
Vanessa sonriendo y sin soltar la mano de Edrian. – Estos jardines encantados
son increíbles para tranquilizarme. Toma aire y deja que la ira se vaya,
entonces las cosas comenzaran a mejorar.
- Quisiera tener tu serenidad. – Dijo Edrian.
Vanessa dejo de caminar y cuando Edrian se acercó, ambos estaban
bajo uno de los arboles más altos, la cazadora jalo la mano que no había
soltado y llego a los labios de Edrian. Le beso dulce y tiernamente.
- Te amo. – Le dijo una vez que se separó.
Edrian no estaba seguro de que decir. – Yo… Nessie en verdad….
- No necesitas decir nada, solo necesito que lo sepas, que dejes
de hacerte daño, porque cuando lo haces me haces daño a mí.
- Nunca quiero hacerte daño.
Vanessa sonrió convencida. – Lo sé.
Ahora fue Edrian quien se inclinó para besarle. Los labios de
Vanessa le daban paz que ahora era lo que más necesitaba, un refugio en el que
podía ocultarse de sus propios pensamientos. La aprisiono entre el árbol y su
cuerpo y Vanessa enredo sus dedos en el cabello de Edrian.
- Nessie. – susurro Edrian sin aliento.
- Lo sé. – Dijo Ella. – Todo estará bien, estaremos juntos.
Antes de que Edrian volviera a los labios de Vanessa de nuevo, un
ruido parecido a un trueno les alerto, hubo un resplandor que hizo que las
protecciones invisibles resaltaran en un rojo escarlata que ilumino el cielo
alrededor del instituto.
- ¿Qué fue eso? – Pregunto Vanessa alarmada.
Edrian señalo hacia una de las colinas lejanas, tan lejos que no
estaba seguro de que estuviera dentro de las salvaguardas.
- Hay alguien ahí. – Dijo y ambos cazadores corrieron en esa
dirección. Edrian tomo de su cinturón su espada y Vanessa una daga. Entre más
se acercaban más podían distinguir lo que ocurría, no era una persona, era un
hada, una especie de Mago que portaba un báculo de madera pesado y enorme, el
cual colocaba sobre las barreras de magia que protegían el instituto, cada
toque un estruendo y en cada ocasión parecía que la debilitaba más, el terror
les invadió por completo cuando vieron mucho mas de cerca que no se encontraba
solo, un ejército de jinetes hadas le acompañaban todos ellos listos y ansiosos
por atravesar las protecciones, por entrar al instituto en donde no había más
que jóvenes aprendices indefensos.
- ¡Por el ángel! – Exclamo Vanessa y Edrian la tomo del brazo para
que dejara de avanzar.
- Regresa. – Le dijo con temple de acero. – Ve y busca al director
a su oficina, debes pedir refuerzos.
- No te voy a dejar.
- Es nuestra única oportunidad. – Le dijo Edrian mirándole a los
ojos - Pide ayuda ¡Ahora!
Finalmente, Vanessa de manera renuente giro y comenzó a correr de
nuevo al edificio, no recordaba la última vez que había sido tan veloz,
esperaba que fuera lo suficiente, que las protecciones aguantaran el tiempo necesario
para que la ayuda llegara.
Edrian sabía que necesitaba tiempo, se acercó a la barrera, si
esta se rompía sería el primero en morir en manos de todos esos guerreros, pero
no había nada más que hacer, sin importar lo que pasara tenía que hacer algo.
- ¡¿Quién eres?! – Grito Edrian al hada al otro lado.
Edrian respiro un poco cuando este detuvo su golpe a la barrera,
sin embargo, no le dijo nada. El mago giro su rostro a un lado y otra hada
guerrero apareció, Edrian sabía de quien se trataba.
- ¿Me recuerdas, Cazador de Sombras? – Dijo Gwyllion en un tono de
burla. - fui tu verdugo en tu último viaje al reino Seelie. Ciertamente lo
intente.
Edrian no recordaba mucho de ese tiempo en palacio a manos de las
hadas que había logrado capturarle, solo sabía que Nathan había escapado y era
todo lo que necesitaba para saber que su misión había sido un triunfo.
- No. – Dijo Edrian con el pavoneo característico de los Nefilims.
– Ciertamente no te recuerdo.
La ira inundo los ojos de Gwyllion. – Quizás deba refrescar tu
memoria.
- Quizás deban volver
por donde vinieron, antes de que se arrepientan de no hacerlo.
- Te escuchas confiado aun estando solo, con esa espada inútil
ante todos nosotros.
Edrian sonrió haciendo que Gwyllion se desconcertara, cuando el
joven levanto su espada a sus labios y le susurro – Amriel. – Dijo y la espada se ilumino con casi la misma intensidad
que el coraje de Edrian. – Un Cazador de Sombras, nunca está solo.
- Sus runas y sus armas sagradas no pueden salvarles, no esta vez.
- Suenas muy valiente al intentar entrar a una escuela en donde
solo hay niños ¡¿Por qué hacen esto?!
- La respuesta es simple – Dijo el hada recuperando su
escalofriante sonrisa. – Lo hemos destruido, ahora queremos destruir aquello
por lo que lucho tanto, para que su legado desaparezca con él.
* * * * *
La habitación de Nathan se había convertido rápidamente en uno de
los lugares favoritos de Max, las enredaderas que entraban por el tragaluz del
techo y las flores eran siempre agradable de ver, junto a las cosas que
describían cada vez más la personalidad de Nathan. Ellos habían estado ahí en
silencio sentados en la cama esperando por noticias de su padre, les habían
prohibido salir de la casa. Cuando Max había sentido la necesidad de llorar
Nathan estuvo ahí para consolarle, ahora cuando las lágrimas se habían acabado,
Nathan seguía acariciando el cabello enredado y azul de Max mientras el brujo
descansaba su cabeza en las piernas de Nathan.
- Háblame. – Pidió Nathan triste.
Max se aferró un poco más a él. – No sé qué decir, no sé qué
sentir. Nunca había estado tan asustado en mi vida.
Nathan se inclinó y beso la frente de Max. – No te rindas, tu
padre te necesita fuerte.
- Pero no puedo hacer nada para ayudarle.
- Puedes ayudar a Magnus, te necesita ahora más que nunca.
Max se levantó sorprendiendo a Nathan, este le miraba fijamente a
los ojos. - ¿No crees que este furioso conmigo?
- ¿Eso piensas?
- Fue mi culpa, no debí ir…
- Ir tras nosotros. – Dijo Nathan mirándose muy decaído. – Deberías
tú, estar furioso conmigo, entonces.
- Entiendo por qué lo hiciste, no estoy enojado.
- ¿Estás seguro?
Max tomo su mano. – No estoy enojado, Will me dijo todas las cosas
tontas que te dije cuando los encontré en el reino hada, pero debes creerme, no
tengo idea de donde salió eso. Por qué no estoy enojado y no te culpo de nada.
- ¿Por qué no?
- ¿Por qué te quiero? Por qué no quiero que pienses que aun cuando
cometas algún error, y no estoy diciendo que lo hayas hecho, voy a dejar de
quererte, no quiero que pienses eso, nunca.
Nathan subió sus manos al rostro de Max, él estaba sonriendo. –
Ahora sabes porque tu padre nunca podría culparte de esto, ni de nada.
Max asintió y Nathan acerco su rostro para buscar sus labios,
antes de tocarlos con los suyos Max hablo. – Debemos ir por mi padre. – Dijo
haciendo que Nathan se detuviera.
- Estaba rezando porque esas palabras los pospusieras un poco más.
Max agacho la cabeza. – Porque no quieres seguir arriesgándote,
puedo enteder eso.
- Porque no sé cómo hacerlo. No sé cómo ayudarte – Nathan tomo con
fuerza las manos de Max. – Me arriesgaría mil ocasiones más por ti, por verte
feliz.
- Escúchate. – Dijo Max conmovido y con sonrojo. – Eres muy bueno
en estas cosas.
- Soy mitad hada, así que…
- ¿Encantaras mi corazón para apoderarte de mí ser?
- ¿Qué clase de historias lees sobre nosotros?
Ambos ahora rieron un poco, estar juntos resultaba ser
reconfortante incluso en los momentos más oscuros.
- Perdón por no contarte de Will antes. Quería hacerlo, pero…
- No era tu secreto para contarlo.
Max acomodo su cabeza en el hombro de Nathan. – Me alegra que lo
sepas ahora. Estoy más tranquilo.
Nathan le abrazo. – Entre los dos lo vigilaremos. Estará bien.
- Debemos… - Dijo Max, pero fue interrumpido.
La puerta se abrió y entraron dos Cazadoras de Sombras, las
jóvenes eran las asignadas para resguardar la casa Herondale. – Deben
permanecer dentro de la casa, en todo momento. – Dijo una de ellas con voz
fuerte y mirándose ansiosa. A Max no le tomo mucho tiempo darse cuenta de que
algo pasaba.
- Lo sabemos. – Dijo Nathan.
- Bien. – La cazadora miro a su compañera. – Te lo encargo. – Le
dijo y salió de la habitación con prisa.
- ¿Todo está bien? – Pregunto Max a la chica. - ¿Es mi padre? ¿Han
sabido algo de él?
- Nada. – Dijo la mujer que parecía ser muy joven como para ser
niñera de seis niños que habían ya presumido de ser, si no problemáticos,
incapaces de quedarse quietos. – Estaré en la habitación de los pequeños,
conocen la orden. NADIE SALE DE AQUÍ. No importa lo que pase.
La cazadora nerviosa salió de la habitación al mismo tiempo en el
que Will entraba. Will cerró la puerta detrás de ella.
- Algo está pasando. – Repitió Max.
- Así es. – Dijo Will y de su chaqueta saco un papel que parecía
que había sido sacado del cesto de la basura. – Logre tomar esto sin que se
dieran cuenta, después de que les llegara a nuestras niñeras.
- ¿Por qué lo tomaste? – Pregunto Nathan.
- Algo está pasando. – Dijo Will – Los guardias que rodeaban la
casa también se han ido.
Nathan y Max compartieron una mirada. – Dame eso. – Pidió Max y
extendió el papel, era un mensaje de fuego.
- No puede ser. – Dijo sorprendido.
Will y Nathan se acercaron a leer.
Estamos sufriendo un inesperado ataque
en el instituto de Idris por un número indefinido de guerreros hadas (centenas)
Necesitamos ayuda. Vengan todos los combatientes en disposición.
Vanessa Ashdown, Cazadora de Sombras.
* * * * *
Aline, esposa de Helen, se acercó a Magnus, apareciendo desde la
línea de árboles que ocultaban a su esposa quien seguía trabajando para abrir
una brecha en las barreras del Reino Seelie. – Aun no. – Dijo la mujer. – Pero
Helen me pidió decirte que no falta mucho, que estés listo, que estén listos.
Jace se acercó. – Estamos listos.
En ese momento un mensaje de fuego apareció frente a Jace y su
familia. – Ahora que. – Dijo el hombre y leyó el anuncio de Vanessa pidiendo
ayuda. - ¡El instituto de Idris está bajo ataque! - Dijo atrapando la atención
de todos a su alrededor.
- ¿Quiénes están ahí? – Pregunto Isabelle.
- Nadie. – Dijo Simon. – Todos los Guerreros están aquí. – Todos.
- ¡Por el Ángel! – Dijo Clary con respiración entrecortada. - ¿Qué
vamos hacer?
El mensaje de fuego había llegado a diferentes personas entre la
multitud, el movimiento de incertidumbre era cada vez más evidente, grupo a
grupo comenzaron a acercarse para esperar nuevas órdenes, las cuales tenían que
ser dadas de inmediato.
Simon y Jace comenzaron una rápida discusión sobre dividir las
fuerzas y mandar a la mitad de los guerreros al instituto. Partiendo a la mitad
también las posibilidades de triunfo de ambas misiones.
- ¿Qué opinas? – Dijo Jace mirando a Magnus quien parecía que había
sido vuelto a la realidad al llamarle. - ¿Magnus? ¿Qué dices?
Ir a defender el Instituto, salvar a todos esos niños o ir al
reino hada y salvar a su amado, nunca Magnus había tenido que tomar una
decisión tan cruda y cruel. Todos le miraban, todos le hablaban y parecía que
no podía escuchar a nadie, su mente y su vista se nublaron de la furia y la
frustración de la terrible decisión.
Entonces, la única voz que podía calmarlo llego a él.
Haz lo correcto. Escuchar a Alec hablando en su cabeza
como si él mismo le hubiera hablado al oído. Un eco imposible de ignorar. Le
despertó y lleno de fuerza.
Todas las dudas se disiparon, hacer lo correcto era lo que Alec
siempre intentaba hacer, hacer lo correcto era lo que tenía que hacer y a pesar
de la ironía cruel, esto también lo hacía por él.
- ¡TODOS! – Grito Magnus con decisión. – ¡VUELVAN, DEFIENDAN EL
INSTITUTO!
* * * * *
Le hemos destruido, ahora destruiremos
su legado. Fueron las
palabras de Gwyllion que aun hacían eco en los oídos de Edrian, una amenaza
imposible de creer.
- No es verdad. – Le dijo el Cazador amenazante.
- Un hada no miente.
- Tu lo haces, llevaste a Alec con engaños, tu puedes mentir.
Gwyllion sonrió. – Piensa lo que a tu corazón le de paz. – Le dijo
y movió su mano para que el mago siguiera con su misión de romper las barreras.
- No importara en unos minutos.
Edrian se dio la vuelta y corrió hacia el edificio, necesitaba
encontrar la manera de sacar a cuantos niños pudiera del lugar. Se perdió de la
vista de Gwyllion entre las colinas, no paso mucho tiempo antes de que las
barreras cedieran, en un momento las hadas por tierra y cielo invadieron los
terrenos del instituto, avanzaron a toda velocidad. Gwyllion maldijo cuando al
detenerse en la propagación de una de los montículos verdes, sobre su caballo
negro pudo ver con furia que Edrian ya no estaba solo, había Cazadores de
Sombras esperando por ellos y listo para entrar en combate y defender el
instituto. A la Cabeza estaba Jace Herondale y su familia.
* * * * *
Vanessa estaba dentro del instituto, la batalla se escuchaba
estruendosa a través de los muros, la puerta se abrió y ella preparo su espada,
era Magnus Bane.
- ¡Por el Ángel! – Dijo la chica. – Creí que…
- Hare protecciones extras en el edificio ¿Puedes asegurarme que
no hay ningún niño fuera?
- Acabo de revisar, les he mandado al sótano a todos. El director
esta con ellos.
- Bien, ahora nada saldrá y nada entrará. Quédate aquí y
tranquiliza a los niños. - Vanessa asintió,
Magnus salió del edificio y desde la puerta la Cazadora de Sombras pudo ver
como el brujo levantaba sus manos al cielo, su semblante era duro y triste, una
expresión difícil de descifrar.
En un segundo líneas de un azul brillante cubrieron el edificio
desde el piso y uniéndose todas por encima de la torre más alta, como las
líneas cardinales que dividen la tierra. Vanessa perdió el aliento al ver lo
impresionante de la imagen. La batalla llego a ellos en un segundo, un hada que
volaba muy cerca de la torre de la campana intento entrar a través de ella,
Vanessa cerro los ojos al ver como este junto a su caballo caía al suelo como
una mosca que chocaba contra una red de electricidad. Ahora estaba muerto y
Magnus mirando el cuerpo destrozado con expresión fría se alejó para ayudar en
la batalla.
Vanessa nunca había sentido miedo a un subterráneo, no hasta
ahora.
* * * * *
- ¡Por el ángel! – Dijo Nathan al ver las impresionantes líneas
azules que cubrían el edificio. - ¿Qué es eso?
Ellos habían llegado a través de un portal que Will había hecho
trazando runa en la pared de la habitación de Nathan, ahora estaban en los
jardines del instituto en medio de una batalla.
Max miro las líneas y no le tomo mucho tiempo saber lo que era. –
Fue mi padre. – Dijo. – Vamos, tenemos que ayudar.
Will trazo una runa sobre su brazo, la misma que había trazado
para ayudar a Nathan, dándole velocidad y fuerza, necesarias a un niño de su
edad. – Estoy listo. – Anuncio.
Un grupo pequeño de hadas que habían intentado sin éxito encontrar
una entrada al edificio les vieron y arremetieron contra ellos.
Max dejo volar flechas con una estela azul de Magia, Will y Nathan
atacaron con sus espadas y las hadas cayeron inconscientes ante el poder del
equipo.
- Bien hecho. – Dijo Max complacido. – Pero la tranquilidad duro
muy poco, eran muchos los atacantes y se involucraron enseguida de nuevo a la
batalla.
* * * * *
Magnus Bane caminaba a grandes zancadas a través de la batalla, de
sus manos salían saetas de luz azul que encontraban un objetivo cada vez sin excepción,
Jace y su familia luchaban en un grupo cerrado, con una guardia perfecta
cuidando sus espaldas, Edrian se les había unido y las saetas de Magnus fueron
vistas por ellos.
Un hada víctima de uno de los rayos de luz de Magnus cayo con el
pecho calcinado en medio de Jace y Edrian. Miraron el cuerpo sin vida
sorprendidos por un momento.
- ¿Soy yo o está furioso? – Dijo Edrian al ver la crudeza de los
ataques de Magnus.
Jace no rio, por el contrario, parecía preocupado, miro a Edrian
con semblante de acero. – Mantente alejado de él. – Dijo en una seria
advertencia.
A Edrian le tomó por sorpresa, después de unos momentos en los que
pudo darse cuenta del temor de Jace, soltó un bufido desafiante, Entonces Jace
decidió que tenía que mantener a ambos alejados el uno del otro.
La batalla se intensifico, alrededor del edificio, por aire y por
tierra, el combate se estaba saliendo de control, los Cazadores de Sombras
estaban siendo superados rápidamente en número. Las cosas no mejoraron, cuando
una flecha envuelta en magia llego a un hada en el cielo, esto fue visto por
Clary, quien extrañada por lo familiar que resulto a sus ojos. Busco al
arquero, lo que encontró le comprimió el pecho salvajemente.
Un grito de desesperación salió de ella con el nombre de su hijo.
Toda su familia siguió su mirada. Jace llamo también por Nathan y
Magnus por Max. Ellos no les miraban, estaban en medio de una batalla personal
con un grupo de hadas, lo hacían bien, pero todos ellos serían pronto
emboscados sin ningún remedio.
- ¡Sigan combatiendo! – Dijo Jace con un tono desesperado. - ¡No
se detengan!
Clary rompió la formación para correr hacia su hijo, Isabelle le
siguió de cerca. Jace tenía una expresión de análisis, mirando hacia todas
direcciones buscando una forma de que la batalla terminara a su favor, busco el
rostro de Magnus y este entendió que no había mucho que hacer.
- ¡Sácalos de Aquí! – Dijo Magnus y sus manos se envolvieron en
fuego azul. – Y Jace. No abandones a tu parabatai.
– Magnus comenzó a alejarse.
- No lo haremos. – Dijo Jace con duda, intentando descubrir lo que
las palabras de Magnus significaban. - ¿Magnus? ¡Magnus!
Magnus ya estaba lejos y su cuerpo parecía estar en llamas, un
fuego azul que brotaba incluso de sus ojos y que le cubría en su totalidad,
Jace siguió gritando su nombre, pero el brujo no se detuvo. Fue como si
perdiera la conciencia, por ahora solo tenía en mente a Alec, Alec riendo, Alec
malhumorado, Alec besándole, perder a Alec era lo que le motivaba ahora, perder
a Alec se sentía tan real que ahora nada más en el mundo importaba.
Cuando estuvo en medio de los jardines, hubo un ruido sordo, algo
corto el aire y el cuerpo del brujo comenzó a esparcir fuego arremolinado, las
hadas que rodeaban a Max, Nathan y Will fueron los primeros en caer, les tomo
de sorpresa y al ver los cuerpos inmóviles los cuales estaban casi en su
totalidad calcinados y exhalando humo de sus bocas, el viento se pintó de azul
haciendo difícil la visibilidad, las hadas estaban cayendo victimas del poder
de Magnus, los Cazadores de Sombras cubrieron sus rostros, a pesar de que el
fuego parecía no dañarles, la energía era demasiada como para no necesitar
protegerse de ella. Era como estar en una tormenta de arena.
Jace siguió con su intento desesperado de llegar a Magnus, pero le
era imposible, alrededor del brujo la energía acumulada era mayor y le evitaba
acercarse.
Clary llego a Will y lo protegió con su cuerpo, estiro su mano
hacia Nathan para que se uniera a ellos, Isabelle llego a Max pero este intento
deshacerse de su agarre. - ¡¿Qué haces?! – Grito Isabelle tomando el brazo de
Max. – ¡No puedes acercarte es demasiado peligroso! – A pesar de estar
gritando, las voces se perdían fácilmente entre la tormenta de magia.
- ¡No puedo dejar que haga esto! ¡está muriendo!
- ¡No puedes hacer nada!
- ¡No voy a dejar que muera! – Max uso toda su fuerza para
deshacer el agarre que Isabelle tenía en su brazo y corrió hacia su padre.
Nathan corrió detrás de él sin pensarlo.
- ¡Detente! – Grito Clary a su sobrino, pero Nathan solo miraba a
Max quien apenas podía mantenerse en pie al dirigirse a su padre.
Un hada que, de alguna manera casi imposible, seguía en pie, miro
a Max y con la frustración de no entender lo que ocurría con sus compañeros ya
caídos. Levanto su espada contra el joven, la espada chocó con otra, Nathan se
había interpuesto entre Max y la amenaza. Max se detuvo para ayudar a Nathan.
- ¡Sigue! – Le dijo Nathan. - ¡No le queda mucho tiempo!
Max agradeció al ángel una vez más por Nathan y siguió su difícil
camino hacia su padre. Saltando entre los cuerpos calcinados, luchando contra
la energía que a cada paso se hacía más poderosa y esquivando a los Cazadores
de Sombras que se mantenían en pie observando atónitos al brujo y su poder.
Jace miro a Max corriendo hacia ellos e intento tomarlo, si Max
entraba a ese círculo de energía que era Magnus, saldría peligrosamente herido.
La esperanza de Max se miró dañada al pensar en que su siguiente
obstáculo era su propio tío, no había forma de que lo esquivara y no había
forma ni tiempo de convencerlo. Antes de que Jace detuviera su paso, una sombra
se movió y choco contra el cuerpo del hombre, ambos rodaron por el suelo, Max
sabia de quien se trataba, una vez más Nathan le había ayudado. Solo necesito
eso, las manos de Max brillaron en azul y al dejar surgir la magia, hizo que
una puerta se abriera frente a él, que le permitió propagar la magia de su
padre, lo suficiente para que no le lastimara.
Max corrió con mucha más fuerza preocupado de que Jace se hubiera zafado
de Nathan y estuviera detrás de él. Corrió sin detenerse hasta que llego al
pecho de su padre, colisionando con él provocando una ola de magia que hizo
surgir chispas de ambos cuerpos.
- ¡Detente! – Le grito sin soltarlo. - ¡No lo hagas! ¡No mueras!
¡No me dejes! ¡DETENTE!
Los ojos de Magnus volvieron a ser dorado verdoso y bajo su vista
al rostro sucio y cansado de su hijo. - ¿Max?
- ¡No me dejes, por favor, por favor, no me dejes!
El fuego se detuvo y el cuerpo de Magnus cayó sobre una de sus
rodillas. Max le sostuvo y todo a su alrededor poco a poco fue convirtiéndose
en calma.
Ahora el panorama era claro, en tierra no quedaba en pie una sola
hada, en el cielo había guerreros en sus caballos mirando aun atónitos la
demostración de poder del brujo.
Jace no dudo más. - ¡ARQUEROS! – Llamo y un manto de flechas de
los Cazadores de Sombras en tierra se elevó hacia las hadas en el cielo.
Gwyllion montado en su caballo negro, apenas logró esquivar unas
de ellas, el hada comandante, hizo relinchar su corcel y se elevó perdiéndose
en la oscuridad.
- Cobarde. – Murmuro Nathan con desprecio.
Las hadas restantes le siguieron y la batalla había terminado.
* * * * *
No había mucho tiempo para hacer el recuento de daños, las hadas
habían menguado por mucho las fuerzas de los Cazadores y ahora la mitad de
ellos estaban heridos.
- Lo lamento. – Dijo Nathan a Jace. – Yo…
Jace se acercó a Nathan y coloco una mano en su hombro. – Hiciste
bien, lo salvaron. – La sonrisa de Jace se borró un segundo después. – Pero no
debieron estar aquí ¿Entiendes el peligro que pasaron?
- Pensamos que no había nadie que viniera a proteger el instituto.
Queríamos ayudar.
- Eso es muy noble de su parte. – Dijo Clary con su hijo de la
mano, al parecer no tenía planeado soltarle. – Pero no son sus batallas, no aún.
Jace se inclinó hacia su esposa. – No somos los más indicados para
decir eso, cariño.
- Jace.
Jace levanto sus manos en rendición.
- Esta bien, Max. – Dijo Magnus poniéndose en pie con la ayuda de
su hijo. - Es suficiente, se lo que estás haciendo.
- Es solo un poco de energía, la tuya está muy baja.
Magnus acaricio el cabello de Max. – Estoy bien. Gracias por
ayudarme.
- Debes descansar. – Pidió Max preocupado.
- No hay tiempo para eso, lo sabes, hijo.
- Papá…
- Ahora necesito ponerte a salvo.
- Lo que significa que intentaras encerrarme en algún lugar
¿cierto?
- Al parecer esa es la única forma de mantenerte lejos del
peligro.
Magnus se alejó de Max para acercarse a Jace y enterarse de la
situación del ejército, nada era alentador, pero necesitaba la información para
saber lo que podían hacer a continuación.
- ¿Todo bien? – Pregunto Nathan al acercarse a Max. – esto fue un
triunfo ¿Cierto?
- Podría decirse. – Dijo Max mirando a su padre con una serenidad
inexplicable. – Esta muy tranquilo, lo que es muy terrorífico.
- La está pasando terrible, igual que tú.
- El ejército se redujo a una tercera parte. – Dijo Will cuando
finalmente se logró zafar del agarre fuerte de su madre. – No es bueno.
- Quizás, pero su ejército sufrió más bajas, muchas más. Esto no está
perdido. – Dijo Max jugando nerviosamente con sus manos.
- No lo está. – Le dijo Nathan afectuosamente colocando una mano
en su hombro. – Encontraremos la manera.
* * * * *
Jace y su familia se tomaron el tiempo de curarse heridas y trazar
Iratzes en sus pieles, Magnus a
diferencia de ellos solo necesitaba tiempo para recuperarse.
- Los heridos están siendo llevados al Basilias – Dijo Edrian a
nadie en particular acercándose a ellos. – Mande mensajes de fuego a La
Academia, hay tres maestros brujos ahí que pueden reestablecer las protecciones
aquí, eso les tomara un tiempo, así que alumnos de grados avanzados vendrán a
resguardar el instituto, solo por si acaso.
- Eso nos ayuda mucho, Edrian, gracias. – Dijo Jace.
Edrian asintió y dio media vuelta para ir a encontrarse con
Vanessa en el instituto.
- Espera. – Dijo Magnus sorprendiendo a todos. – Quiero hablar
contigo.
Edrian se detuvo, no parecía estarse negando, solo muy sorprendido
como los demás. Magnus camino a su lado para que este le siguiera. Ahora los
jardines estaban casi vacíos.
- ¿De qué quieres hablar? – Dijo Edrian aun con desconfianza.
- Necesito pedirte algo.
- Si esto es una especie de engaño, te aseguro, Magnus Bane que
esto no terminara bien.
- No tengo tiempo para tus amenazas, pequeño Cazador ¿Realmente
crees que no estoy luchando con un impulso vivo de asesinarte?
Edrian tallo entre sus ojos, la conversación no estaba llegando a
ningún lado, y tampoco tenía tiempo para esto. - ¿Qué quieres?
- Quiero que los resguardes.
Edrian no entendió de inmediato a lo que se refería. - ¿A quiénes?
Magnus miro hacia el lugar en donde estaban Max, Nathan y Will.
Edrian bufo - ¿Quieres que sea niñero? Olvídalo. Iré tras esas
fronteras, iré por Alec.
- Nunca lo he entendido ¿Sabes? quizás nunca lo entienda.
- ¿Qué cosa? – Pregunto Edrian molesto.
- ¿Por qué Alec confía en ti? Casi de una manera ciega ¿Por qué?
Edrian no supo cómo responder eso.
- No puedo pedírselo a nadie más, nadie de su familia aceptara
quedarse atrás, no cuando Alec está en peligro y nadie conoce a esos niños como
tú lo haces fuera de nosotros. Mantenlo a salvo y…
- Por favor. – Dijo Edrian con desprecio. - No me interesa que me
debas nada. No lo hare por ti.
- Por supuesto que no.
- Lo hare por Max, y por Alec. Y porque es verdad, parece que no
hay nadie competente para mantenerlos fuera del peligro.
- Te estoy dejando lo más valiosos que tengo, lo más valiosos que
tiene Alec, será mejor que no falles o de lo contrario…
- ¿Me calcinaras por dentro?
- Quizás.
Magnus dio por terminada la conversación y volvió con su familia.
* * * * *
- No podemos perder más tiempo. – Dijo Isabelle. – Tenemos que
volver e ir por Alec, aun si lo hacemos solos.
- No será lo más peligroso que hemos hecho. – Dijo Jace.
- Probablemente esto lo sea. – Dijo Magnus. – Suerte que eso no
nos detiene.
* * * * *
- No lo entiendo – Dijo Max caminando de un lugar a otro en uno de
los salones del instituto. - ¿Cómo es que terminamos aquí, contigo?
- Creo que es más que obvio el porqué, Max. No dejan de meterse en
problemas. – Edrian estaba colocando armas en su cinturón, a su lado estaba
Vanessa y la pequeña Aurora dormía en uno de los sillones, ellos estaban en una
de las salas de estudio, una gran chimenea calentaba el lugar, se escuchaba
movimiento por todo el edificio, estudiantes de La Academia y profesores
estaban en un estado de alarma hacia los cuidados de los niños quienes fueron
enviados de nuevo a sus habitaciones.
Will que compartía el sillón con Aurora miraba hacia el fuego
pensativo, Nathan estaba cerca de Max, recargado en una de las paredes, no
había dejado su espada y su postura era tensa al ver a Max caminando de un
lugar a otro, claramente molesto.
- Y tu no dejas de meterte en asuntos que no te incumben.
El silencio invadió la habitación, Will y Nathan estaban casi tan
sorprendidos como Vanessa y el mismo Edrian por las palabras de Max. Max quien
siempre había sido un niño considerado y nada altanero, ahora estaba rompiendo
todo el esquema que era sí mismo.
Edrian fue el primero en hablar. – Sé que estás pasando por un mal
momento, pero si lo que quieres es que me enoje y me vaya, no lo vas a
conseguir.
- Nada hace que te vayas ¿Cierto?
- Max. – Dijo Nathan con precaución.
- No estoy diciendo nada que no sea verdad. Mi padre iba a
enviarte lejos y tú lo convenciste de que no lo hiciera.
- Lo convencí de su error, no de otra cosa, Max.
- ¿En verdad te es muy difícil entender que mis padres se aman?
¿Realmente no pudiste mantenerte al margen?
- Sera mejor que los dejemos solos. – Dijo Vanessa e intento tomar
a Aurora.
- No. – Dijo Edrian con voz fuerte. – Nadie sale de aquí. – Miro a
los ojos de Max. – Si quieres hablar adelante, sé que eres suficientemente
inteligente como para saber lo que pasa entre nosotros y los sentimientos de tu
padre, así que no importa lo que hagas, Maxwell, no harás que me vaya.
- Y tú no harás que me quede aquí, iré con mi padre, aun cuando
tenga que pasar sobre ti.
Vanessa y Edrian compartieron una mirada, los ojos de Max le
decían claramente que no estaba jugando, Nathan se colocó junto a Max, siempre
a su lado y respaldando lo que fuera Max quisiera hacer, ahora más que nunca.
- Así que te haces a un lado o esto se pondrá muy feo. – Amenazo Max.
Edrian no se movió, estaba planeando en su cabeza alguna manera en
la que pudiera hacer entender a Max que no lo dejaría ir, que no lo atacaría
tampoco, pero al verlos ahí parados juntos se miraban como un conjunto
invencible. Pero no había forma en que Edrian renunciara a su deber, no dejaría
que el hijo de Alec se pusiera en peligro de nuevo. Edrian dio un paso al
frente. – No me voy a mover.
La tensión en la habitación aumento con esto último, ahora nadie sabía
lo que pasaría a continuación, todos estaban inmóviles, hasta que Will
finalmente hablo.
El niño miro a su amigo. – Fue un buen intento. – Dijo
sencillamente.
Toda la tensión fue cortada y desvanecida con su voz, Max tomo la
mano de Nathan y ambos se movieron al otro lado del salón derrotados.
Will se dirigió a Edrian. – Nunca haría nada malo, es solo que
quiere ir con Magnus.
La mirada que Edrian compartió con Vanessa le decía que habían
tenido suerte, y que estaban aliviados de no tener que usar la fuerza en contra
del joven y su novio.
- Max. – dijo Edrian y se acercó a él. – Escucha.
- No. – Dijo Max con enfado. – No quiero escucharte, ganaste, nos
quedaremos aquí sin hacer nada. Ahora aléjate de mí.
- Tu padre te quiere seguro, te quiere aquí. Entiende Max, por
favor.
- Eres tú el que no entiende, es mi familia. Es mi padre.
- Está haciendo lo posible por devolver a Alec ¿Por qué no le
dejas?
- No lo entiendes, si no estoy con él, nada le importara, no
dejara de intentarlo, aunque arriesgue su vida. Tú lo viste. Justo ahora soy lo
único que lo ancla a seguir viviendo. Quiero ir con él para recordarle que no
puede morir, que no debe dejarme. – Edrian le miro sin saber que decir. – Sé
que no puedes entenderlo. – Dijo Max. – No te importa mi padre, nunca te ha
agradado.
Edrian no podía negar eso. – Si te sirve de consuelo. – Dijo
Edrian. – El sentimiento es mutuo. – Hubo una sombra de sonrisa en el rostro de
Max casi imperceptible. Edrian se acuclilló para estar a la altura de Max,
quien estaba sentado en el suelo, con su espalda recargada en la pared. –
Magnus no morirá. – Le dijo el Cazador. – No mientras no te devuelva a tu
padre.
- ¿Y si no puede hacerlo?
- Tu lo viste. – Dijo Edrian. – No hay poder que pueda
interponerse. Nada va a detenerlo. – Edrian se aventuró a colocar su mano en el
hombro de Max, para su sorpresa, este no lo rechazo. – No se lo digas ¿De
acuerdo? pero lo que hizo fue muy impresionante.
Esta vez Max sonrió. – Lo fue.
La aparente paz fue interrumpida por una ventana que dejo entrar
el frio de la noche. Antes de que Vanessa llegara para cerrarla de nuevo. Todos
observaron como una flor atravesaba la habitación y llegaba a la mano de
Nathan. Colocándose suavemente sobre ella. Este la miro con los ojos muy
abiertos.
- ¿Sabes el nombre de esta flor? – Le
dijo Vladimir. Nathan negó con la cabeza.
Vladimir le sonrió, incluso cuando era
una lección ya tomada, no podía enojarse con él. – es una Peonia. – Le dijo. –
Me recuerda mucho a ti.
Nathan miro la flor en la mano de su
tutor e hizo un gesto. – Es demasiada bonita y no es exactamente el color de mi
cabello.
Vladimir de nuevo le sonrió. – Peonia
significa timidez.
- Sigues errando monumentalmente.
- También simboliza vergüenza. –
Continuo Vladimir como si Nathan no hubiera hablado.
- Algo que no conozco – Dijo el joven
divertido. - ¿Estás seguro de lo que estás diciendo?
Vladimir miro a su pupilo. – No te
avergüenzas de ti, te avergüenzas de tu origen y de lo que tu padre hizo. –
Ahora Vladimir tenía toda la atención de Nathan. – Esconde su centro con sus
pétalos, justo como lo haces tú.
El recuerdo llego a él tan vivaz como la flor en su mano, cerro su
puño atrapándola y corrió hacia la salida sin que nadie se lo esperara. Max
grito su nombre y le siguió. Edrian no pudo hacer más que pedirle a Max que se
quedara detrás de él.
Los jardines ahora estaban de nuevo vacíos, y Nathan estaba parado
cerca de la línea de árboles.
- ¿Qué sucede, Nathan? – Pregunto Edrian. - ¿Por qué saliste solo
de esa manera? Es peligroso.
Nathan no respondió, levanto su mano señalando algo entre los árboles.
Edrian hizo brillar su espada y con ella la sombra oculta se hizo clara.
- No puede ser. – Dijo Max.
Edrian bajo su arma y dejo que Nathan corriera hacia los brazos de
Vladimir.
* * * * *
- Creí que estaba muerto. – Dijo Will conversacional.
- También yo. – Respondió Max quien no podía quitar su vista de
Nathan, quien estaba sonriendo por el rencuentro con su tutor. – Solo espero
que sea para bien.
Will y Max se acercaron a ellos, Edrian y Vanessa se les unieron
también.
- ¿Cómo es posible? – Pregunto Nathan. – Crei… yo…
- Debo comenzar disculpándome. – Dijo Vladimir. – espero y
entiendas que no encontré otra manera para que tu madre dejara de usarme para
manipularte.
Nathan bajo su cabeza.
- Sé que es duro escuchar esto, pero es tiempo de que rompas todo
lazo que tengas con ella.
- Es mi madre. – Dijo Nathan.
Vladimir coloco ambas manos sobre los hombros de Nathan. – Es un
ser milenario. No sabe lo que eso significa.
- Puedo mostrarle. Puedo intentarlo.
Hubo un crujido en el pecho de Max, Vladimir intentaba decirle que
los asuntos con su madre estaban más que perdidos, pero Nathan no quería y no
podía renunciar a su madre y no podía culparlo, los padres siempre tendrán más
poder sobre nosotros de lo que incluso podemos descubrir.
Vladimir sonrió débilmente. – Estoy feliz por verte de nuevo y
mucho más fuerte.
- Entonces Eras tu ¿cierto? El mensaje de Tristán.
- Así es. No podía revelarme aun, no cuando tu madre seguía
poniendo tanta atención.
- ¿Cómo escapo? – Pregunto Edrian.
- Puedo entender, que no lo recuerdes. – Le dijo el hada al
Cazador. – Usaron ese veneno en ti y después quedaste inconsciente. Cuando te
trajeron a presencia del Cónsul, me habían dado por muerto, nuestros amigos me
ayudaron, me mantuvieron oculto desde entonces. – La actitud de Vladimir cambio
inesperadamente. – Pero no hay tiempo para discutir eso, hay asuntos de mayor
urgencia ahora.
Max se acercó un poco más. - ¿Es por mi padre? ¿Ha visto al cónsul
en el reino hada?
Vladimir negó con la cabeza. – No puedo acercarme a palacio, las
guardias aumentaron, soy un maestro no un Guerrero.
- Pero puede ayudar ¿cierto? – Pregunto Max ansioso. - ¿Puede
llevarnos a él?
- Max. – Llamo Edrian.
Max le ignoro. – Pudo atravesar las salvaguardas, puede volver de
la misma manera ¡llévenos!
- Hay magia. – Explico Vladimir. – La Reina ha hecho que los magos
más poderosos del reino encanten las tierras y a sus habitantes, no pueden
salir de los limites, no pueden ayudar o la magia les destruirá en ese
instante.
- ¡Por el ángel! – Exclamo Nathan y Vladimir le miro desconociéndole.
– Tiene capturados incluso a los habitantes.
- No dejara que se acerquen al Cónsul. No para ayudarlo.
- Mi padre está en las fronteras. – Dijo Max. – El entrara e ira
por él.
- Magnus Bane es un brujo poderoso, pero se topará con una pared
inquebrantable de magia de la más antigua, oscura y poderosa, ni siquiera él
podrá hacer nada.
- No se rendirá.
- De eso estoy seguro.
- ¿Ha venido para llevarse a Nathan? – Pregunto Edrian practico.
Max se tensó de inmediato, que Nathan se fuera era lo peor que
podría pasarle ahora, algo que no sabía si podría soportar.
- No. – Dijo Vladimir. – Por ahora este es el mejor lugar para él.
– Vladimir se colocó frente a Edrian. – Estoy aquí para pagar una deuda. – Le
dijo sorprendiendo a todos. – Te sacrificaste por Nathan, le ayudaste a escapar
y te debo.
- No, Nathan es un Nefilim, La Clave lo protege. No me debe…
- Es así, e incluso la magia mas poderosa no puede interponerse
para que pague mi deuda de vida. Es mi obligación y tu derecho reclamar lo que
quieras de mí y de mi reino.
Los ojos de Edrian brillaron con esperanza. – Cuando dice lo que
quiera ¿A qué se refiere?
- Se lo que me pedirás. – Dijo Vladimir. - Y no puedo mentir, no
puedo dártelo. Lo único que puedo hacer es darte paso a través de las
fronteras. Ninguna magia podrá detenerte, no cuando es la misma magia la que se
está cumpliendo. Y no cuando sea eso lo que pidas.
Las miradas cayeron sobre Edrian como ladrillos, el peso de la
responsabilidad, el peligro y el sacrificio.
- Es lo que quiero. – Dijo Edrian. – Quiero ir por Alec.
Vladimir asintió. Aceptando el trato.
- Sera muy peligroso. – Dijo Nathan.
- ¿Debe ir solo? – Pregunto Max.
Edrian podría tener mil cosas en ese momento girando en su cabeza,
las armas que usaría, su rumbo de nuevo entre la vegetación interminable, su
llegada a palacio y la manera en la que lograría encontrar a Alec. Pero todo se
disipo, Edrian se alejó del grupo llevando con él a Vanessa de la mano. La movió
consigo hasta que ambos estuvieron en un espacio privado.
- Escucha. – Le dijo ansioso. – No quiero… es decir, no pienses
que…
Vanessa levanto su dedo y lo coloco sobre los labios de Edrian. –
No tienes que explicar nada, es lo que tienes que hacer.
- Así es. – Dijo el Cazador. – Pero no significa que…
- Te conozco. – Dijo Vanessa. – Nunca dejarías pasar una
oportunidad como esta, no debes disculparte y no debes pensar que me enojare por
qué haces lo correcto.
- No quiero que me mal intérpretes, lo que siento por Alec esta…
casi aclarado.
Vanessa sonrió - Tranquilo. – La chica se paró en sus puntas y
beso a Edrian lenta y tiernamente. – Quiero que vayas por él, porque si Alec
muere, entonces no tendré nunca ninguna oportunidad contigo.
Edrian jalo una de las rastas de la chica. – Siempre fuiste más
sabía que yo.
- Promete que tendrás cuidado.
- No pretendo morir ahí, quiero volver con ustedes.
- ¿Ustedes?
- Tu y Aurora. Volveré para estar con ustedes.
Vanessa le beso y se abrazó de él una vez más con mucha fuerza.
Cuando se separaron, Edrian giro hacia Vladimir preparándose a si
mismo. – Estoy listo. – Le dijo con determinación.
* * * * *
- No logro entenderlo. – Dijo Helen. – Ya debería de haber cedido
las protecciones.
- Haces lo que puedes. – Le dijo su esposa. – Debes descansar.
- No. No tenemos tiempo
para eso.
- Tu esposa tiene razón. – Le dijo Magnus. – Si desfalleces todo
será peor. Descansa. Yo continuare.
- Magnus, tu energía está muy baja. Aun no puedes hacer estas
cosas.
- Necesitamos hacer todo cuanto podamos, buscar más opciones.
Pedir ayuda. – dijo Magnus.
- ¿Mas brujos?
- Todos cuanto puedan venir, tiene que haber una forma de derribar
las barreras. Algo que no hemos intentado.
- El ataque al instituto fue devastador para nuestras fuerzas, aun
con los subterráneos que están por llegar, seremos minoría. – Dijo Simon
pensativo.
- Debo intentarlo. – Dijo Magnus acercándose a las barreras. – Una
vez más.
Isabelle se acercó para intentar persuadirle que esperara un poco más,
para que su vida no estuviera en el riesgo en el que ahora estaba por su
energía tan baja. Clary le sujeto el brazo. Si Magnus podía tener una especie
de paz intentándolo, era lo menos que podían dejar hacerle. Isabelle lo
entendió y dejo que Magnus hiciera un esfuerzo más.
Entonces, Jace cayó sobre su rodilla y grito. Fue un grito
desgarrador que corto el frio aire e hizo que todos se pusieran en alerta.
Clary corrió a su lado. - ¿Qué tienes? ¡Jace! ¿Qué pasa? ¡Dios mío!
¿Qué te pasa?
Jace seguía en una agonía que no le permitía hablar. Clary gritaba
por él e insistía.
- No es él. – Dijo Magnus paralizado, mirando a Jace y su
expresión de dolor. – No es su dolor.
Isabelle se arrodillo junto a su hermano. – Déjame. – Le dijo en
una petición desesperada. – Jace, deja ver tu runa parabatai.
Jace tomo aire y logro levantar su equipo para mostrarla. La runa parabatai estaba brillando, no como si
estuviera quemando o estuviera por desaparecer. Era como si la hubieran
dibujado con sangre. Sangre fresca corría por el costado de Jace.
- ¿Qué significa? – Pregunto con horror Clary.
Todos los terrores que se habían negado a decir en voz alta, esas
horas en las que Alec había pasado del otro lado de las fronteras, todos los
temores y peores pensamientos se hicieron reales, frente a sus ojos estaba la
prueba de ello.
- Significa. – Dijo Magnus con voz rota. – Que lo están
torturando.
Continuara…
@MayGraciel♥
Este capitulo lo dedico a una muy querida amiga, Pita. Espero lo disfrutes y que goces de tu día especial. felicidades =)
***
El Maycember inicio el 01 de diciembre, enseguida les subo la entrada para que lo disfrutes como yo lo hago ;D no se olviden de apoyar a las artistas Neiara & Mikaria. Las quiero, hermosas ♥
Muchas gracias, por el esfuerzo que hiciste para complacerme hoy en mi segundo cumpleaños, a mí que festejo cada uno de mis aniversarios. Te adoro Mayra, no solo porque lo que escribes altera mi corazón y mi pulso, sino porque eres parte de mi corazón, me eres muy querida.
ResponderBorrarUn abrazo.
Pita.
Cuando es la siguiente actualización!? 😍😍 soy nueva lectora y me enamore de esta novela malec!!
ResponderBorrarokk si si eres el grinch!!! edrian el héroe mmmm no no !!
ResponderBorrarTe apoyo! May es el Grinch! ! May es como Camille!! :'(
BorrarTe repito May. . Estas segura que quieres que leamos el final???, cada vez en lugar de reconstruirnos nos matas un poco más. :'( estaba empezando a querer un poco a Edrian pero definitivamente ya lo odio de nuevo. El no puede ser el héroe, pinche wey! *hace mucho berrinche la niña* Magnus es el que esta haciendo TODO!!
ResponderBorrarTengo el corazón roto! <|3 y la única forma de que vuelva a ser feliz. .. es con alguna de mis sugerencias (las de mi caja de sugerencias que de dije hace tiempo, aunque ahora es mi caja de deseos de Navidad) se cumpla!! POR FAVOR! !!!
YA SUFRIMOS BASTANTE !!
MERECEMOS EL FINAL MÁS INCREÍBLE DE LA HISTORIA DEL MUNDO !!!!
Mi muy querida May,
ResponderBorrarpasando la emoción de mi regalo, procedo a decirte que me encanta la manera en la que no dejas de lado ninguna parte importante del desarrollo de la historia.
Veo a muchas personas que escriben ignorando la situación política de sus personas y las realidades que viven solamente centrándose en sus relaciones de pareja y eso aburre muchísimo. Tu no solo nos haces consiente de esa realidad, sino que los personajes reaccionan a ellas y ninguno (específicamente Edrien) pierde la dignidad del carácter que le haz conferido desde el principio siguiendo la línea de su personalidad, perspectiva y valores, ME ENCANTA ESE HOMBRE =3 y lo decidido que está a hacer lo correcto aunque incomode a los demás, especialmente a las lectoras que lo odian.
No puedo decirte suficiente, lo mucho que me gusta la relación de todos los primos y cómo han ido formando lazos que los hermanan y los fortalecen mutuamente, las estrategias de ataque, contraataque y las implicaciones que legalmente tendrán para ir a la guerra, me encanta como se hacen presentes en las escenas y diálogos, no dejas nada de lado y que hayas reservado la situación de Alec, fue genial. Y el amor de TODA su familia por él, la determinación de Jace, la preocupación de todos por Max, Nat y Will, la dulzura que Clary le profesa a sus hijos (y como me llega especialmente hoy) y lo indeciblemente abatido que está Magnus pero mostrándose práctico… No tiene palabras para decirte cuán disfrutable fue.
No dejes que te presionemos mucho, la historia es increíble y por mucho que nos quejemos es tuya y la vas a llevar a donde los personajes te indiquen, de todos modos la vamos a leer, tomate tu tiempo para hacerla como debe quedar, además tu salud es más importante que ninguna otra cosa.
¿Ya te he dicho que te amo? No te lo he dicho suficiente.
Te mando un abrazototote:
Pita =3
No puede ser DX estuve esperando como por un mes par que actualizadar porque quería saber sobre Alec, me tuviste con elalma en puño todo este tiempo y ahora sctualizasy en todo el santo capitulo me tienes con un suspenso que ni te cuento y justo al final, cuando sale algo sobre Alec, lo dejas asi!! Es que no sabes que sufro!? No juegues con mis sentimientos!! ಥ_ಥ me estas matando de la angustia.
ResponderBorrarPd: como se acerca navidad supongo que actualizar como regalo, no? Jajaja se vale soñar DX
oh dios mi magnus en todo su esplandorrrrrr!!! pero ese final alec!! esta sufriendoooo!!! y que edrian valla por magnus despues crucen el reino! ay dios estoy que no se que pensar!
ResponderBorrarOH POR DIOSSSS son muchas cosas :O a ver mmm, primero que todo AMÉ lo que hiciste con Magnus demostrando lo fuerte que es, simplemente perfecto, y aghhh yo querer que Magnus salve a Alec please u.u a Edrian ya lo tolero un poco más pero no del todo aún... Espero la siguiente actualización pronto :3 gracias por escribir estas historias, lo haces de una manera maravillosa <3
ResponderBorrarEsto es demasiado💔 fue increible y no puedo esperar al siguiente capitulo
ResponderBorrarSin palabras ésta vez, sin palabras. Sigo odiando a Edrian, más que nada porque me duele la idea al estar en el lugar de Magnus, es decir, tu pareja confían ciegamente del hombre que estuvo enamorado de él y viceversa. Me gusta como formas a los personajes porque no pierden su personalidad, aunque cuando te pones en el lugar de uno que amas sientes el dolor. ¡Ojala pudiese escribir así! No sólo centrándome en una pareja, pero se vuelve complicado aunque yo estoy orgullosa de la manera en que escribo ja ja ja Irónico ¿No?
ResponderBorrarAy que lloro ;3; de verdad, gracias por tantos sentimientos.
Pd: Cómo de muera Alec te voy a buscar (?)
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ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarPerdón por tantos comentarios, al parecer excedo el límite de caracteres y no lo sabía, creí que era que Blogger me lo cortaba y no entendía. Así que mandaré mi biblia por partes x'D.
BorrarAy! ¡Merlín!
(No se si te acuerdes de mi, te escribí que tus historias me hacen el día pero lo hice en Anónimo, me cree una cuenta porque esta cosa no me dejaba comentar x'D)
Quiero ante todo felicitarte por tan buenas historias que tienes acá. Decirte que espero no lo dejes a media o en serio comenzaré a planear perseguirte (♥), y que pases unas felices navidades.
Ahora voy con lo que voy.
Número 1: Ni se te ocurra poner a Edrian de héroe May, hablo muy en serio, no puedes hacernos esto, no puedes; ponlo de semi héroe si quieres, que sea como un Neville de Harry Potter. No te lo perdonaré por mucho que te ame a ti y a lo que escribes TwT. Bueno, tampoco tan así eh x'D. El men me cae bien, debo admitirlo, y el hecho de que siga su línea de personalidad incluso en este punto diciendo entre líneas algo como: Al diablo Malec, yo salvo a Alec. Es genial, LO ODIO, pero es genial porque me saca de mi zona de confort de todo lindo y todo predecible y me pone en una situación sentimental que detesto pero muy en el fondo estoy muy complacida por estar (¿Masoquismo?, llámalo como quieras jeje) algo que me impacta sin medidas, estoy oscuramente complacida de este giro. Pero después del arrebato de magia de Magnus, simplemente imperdonable :) jajajaja. (Esta historia me hace ser bipolar).
Número 2: OMG! Magnus es definitivamente impresionante, ¡Cuánto poder! ♥♥♥♥. Que él confíe en Edrian sólo porque Alec lo hacía es taaaan Magnus que me hace plantearme seriamente si no eres una especie de Cassandra que habla en español y vienes por aquí a hacernos leer cosas tan hermosas (Y a la vez tan sad's ¿Qué tienes con hacernos sufrir? x'D). La manera en que los personajes no pierden su esencia es algo aplaudible <3.
Número 3: ¡¡¡¿QUÉ LE ESTÁS HACIENDO A ALEC?!!!
BorrarNúmero 4: ¡¡¡NO ME LE LASTIMES LA CARA QUE VIVE DE ESO!!! (Okno x'D). We, mi Alec, tu me destrozas el cora </3.
Número 5: Personalmente creí que Max iba a hacer papillas a Edrian, estoy agradecida de que no fuera así, Max definitivamente no es ese tipo de personajes y te agradezco infinitamente que no lo deformaras como seguro otros lo hubiesen hecho hace 2 capítulos x'D.
Número 6: ¿Ya te he dicho que eres impresionante? El cómo abordas las situaciones, el como describes las escenas, las múltiples reacciones, los diálogos, el que los personajes se aferren a lo que son y como son a lo largo de todo el FanFic y que si en algún punto deben cambiar no sea de un momento a otro sino con sus debidos factores para causar el cambio en él; es un Fanfic Malec pero eso no te intimida para restarles un poco de protagonismo en algunas escenas y eso hace una GRAN diferencia. El que lleves todo hasta el límite y luego pones el bendito continuará es algo que me hace volver cada día (Se que no actualizas cada día pero pos re-leo las cosas sólo para no perder el hábito x'D). Conrespecto a continuará... estoy que me compro todos los diccionarios que encuentre y les tacho esa palabra (Jamás había odiado tanto el continuará, te lo juro, ¡JAMÁS!).
Obviamente como lectora me sentiré mal, bien, triste, enojada, asustada, impactada y/o enamorada de lo que has escrito (Siempre me gustará pero no puedo evitar todas las emociones que le siguen x'D), así que al final, decidas como decidas el desenlace de esto, lo amaré, así como amé cada una de las otras historias.
Guerra fría promete mucho, deberían hasta hacer una serie de esto, con eso te lo digo todo x'D. Soy muy Fan de Harry Potter por lo que pocas veces me tomo la molestias de leer en otros fandoms, y las pocas veces que lo he hecho no es algo de lo que realmente me haya enamorado. No como con los Fanfics de mi propio Fandom y no como con tus Fanfics. Sinceramente te digo que, cuando vayas a hacer un libro, mándame tus datos para darte de una vez lo que vaya a costar el libro, porque me lo compro.
Estoy tan emocionada por este capítulo y tan nerviosa por lo que continuará que no he dejado de mover mis piernas en un claro signo de ansiedad. Alá, este año como que le arruinaré a un niño la idea de que Santa existe sólo por mi frustración de no tener la continuación a la mano. No te lo tomes como un apuro, con o sin esto habría buscado una excusa para mis maldades. Pero con este final, te lo adjudicaré a ti ;). x'D.
BorrarDesde hace un tiempo he querido preguntarte algo y sería feliz si me la respondes *-*.
Desde que empecé con tu blog, veo como todas tus historias se entrelazan de una u otra manera y parecen ser como parte de un enorme Fanfic (Por ejemplo en CoFH está lo del anillo Lightwood que se repite en Te encontraré, también está lo de la decisión de las hadas siendo desterradas y todo eso que repite acá) Siguiendo esta línea (Incluyendo Familia) ¿Qué fue lo que pasó con la Runa que Clary vio y usaron para sellar el matrimonio de Magnus y Alec? ¿Aún sigue en sus pechos? ¿La Clave nunca lo reconoció a pesar de ser una runa del Ángel? ¿O Guerra Fría es otro Fanfic apartado a los otros y no tiene en ella esta Runa? Perdona si es que la mencionaste y yo no me di cuenta D: (Que es que con lo despistada que soy seguro es así) pero me muero de la curiosidad saber que pasó con eso, pues si es una runa del ángel y Alec vistió apropiadamente dorado deberían ser un matrimonio aceptado D:!!!
(Si alguien más me puede aclarar esto, bienvenido sea x'D)
We, eres una escritora realmente impresionante. Cómo me atrapas y me obligas a leer aunque se me estén quemando las tajadas (Tuve que hacerme unas nuevas porque las olvidé completamente mientras leía). Seguro y me he alargado en este comentario. Sólo pasa cuando me emociono mucho así que discúlpame si te he hecho leer tanta disparatada de otra de tus lectoras x'D.
Gracias por otro maravilloso capítulo que hace a mi día uno más bonito y menos gris. (Me acabo de fijar que tienes Wattpad!!, yo hace poquito que me creé uno así que lo uso poco, pero igual te seguiré allí <3).
May, fue un placer leer esto y un placer aún más grande que me respondieras en mi último comentario (Chillé como un cerdo para el matadero de la felicidad, iba a ser un cerdo sacrificado muy feliz x'D). Espero con ansias el siguiente cap, más emociones me aguardan, estoy segura de eso ;).
¡Ahora si!
Si has llegado hasta acá haré un altar en tu honor, estará junto al altar de Draco Malfoy pero no será tan lindo como el de él (No puedo traicionarlo </3)
¡Una gran abrazo te mando! Perdón por el texto tan largo x'D.
Jajajaja, me volví a leer todos los Fanfics y los libros de nuevo y ya me aclaré yo misma mi duda (Es que soy bien lenta). Discúlpame por eso. ¡Os amo mucho a ti y a tus escritos! x'D.
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ResponderBorrarEstoy sufriendo. No se aue decir. Tengo miedo. La espera me esta matando asi como la historia. NOOO, ALEC POR QUÉ?!?! Ya no se que pensar de Edrian, a veces me cae bien y a veces no. Me encantó la parte en que Magnus muestra todo su poder���� y todo por Alec❤ Me muero, eso fue hermoso y a la vez triste. Gracias por actualizar y espero la continuación. Te amo tanto, amo como escribes. Se que voy a sufrir pero que aún asi lo voy a disfrutar
ResponderBorrarPasaron tantas cosas que no se por donde empezar, me encanto que magnus hiciera todo ese despliegue de poder y q demostrará que esta dispuesto a todo por alec pero también me molesto q no pensara en max y que si también lo pierde a él puede quedarse sin ningún padre u.u
ResponderBorrarEdrian es un personaje q dentro de todo me gusta (menos cuando separo a alec y magnus ¬¬) pero no me gustaría que él salvará a alec, y no es solo porque tiene q ser magnus quien lo salve, sino q me da pena q se sacrifique y de todo para salvaro y que alec termine en los brazos de magnus (xq siempre va a ser así) y aunque Edrian ya lo tienen casi superado debe doler.
Y con el final, por el ángel! Que siempre me dejas meses angustiada sin poder dormir sin saber como esta mi querido Alexander, eso es crueldad T.T
estuvo mega genial, fue un cumulo de diversos sentimientos y de sensaciones GRACIAS. porfavor actualiza pronto, siento que estoy muriendo lentamente, por favor no soporto la idea de alec sufriendo. me encanta, me enamore de tu historia, no me gusta que edrian quede como heroe siento que magnus esta haciendo todo lo imposible por rescatar a alec,pero es tu historia y sabras como seguirla y acabarla. Gracias esta excelente pero porfavor actualiza pronto. Necesito saber que pasa con alec.
ResponderBorrarEdrian heroe no!!
ResponderBorrarY... el final!! Omg! Pobre Alec. Mi corazón duele! Mi bebe magnus. Necesito que actualices!!!!♡